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La playa como altavoz reivindicativo

Familiares de los presos de ETA ‘toman’ cada verano los arenales para denunciar la política de dispersión carcelaria

Mikel Ormazabal
San Sebastián -
Familiares de presos de ETA despliegan un cartel contra la política de dispersión, en 1997.
Familiares de presos de ETA despliegan un cartel contra la política de dispersión, en 1997.EFE

En pleno verano, casi siempre el primer domingo de agosto, familiares de presos de ETA bajan a la arena de la playa, se mezclan entre los bañistas y despliegan sus pancartas reivindicativas para exigir el acercamiento y la liberación de presos de ETA. "Es una llamada de atención sobre una situación que amenaza con prolongarse indefinidamente", aseguran en Etxerat. Convierten los arenales, aprovechando que estos están abarrotados de turistas, en un altavoz internacional que denuncia la dispersión de los reclusos de la banda por las prisiones españolas y francesas y contra la política penitenciaria "de excepción" que se les está aplicando incluso después de la disolución de ETA.

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La movilización que Etxerat suele realizar todos los veranos con la finalidad de mantener viva la llama de los presos de ETA ha encontrado estos días su réplica, aunque en otro formato, en playas de Cataluña. Grupos pertenecientes al Comité de Defensa de la República (CDR) se han dedicado este pasado fin de semana a clavar decenas de cruces amarillas en varios arenales de la costa catalana en solidaridad con los líderes independentistas que siguen encarcelados, lo que ha provocado escenas de tensión entre partidarios y detractores del procés que han acabado con insultos y agresiones.

En Euskadi no se ha llegado a tanto. En las acciones que familiares y amigos de los presos de ETA vienen repitiendo en las playas, sin faltar a la cita desde 1997, no se han producido altercados ni incidentes. La protesta se lleva a cabo en una decena de playas de Gipuzkoa y Bizkaia, también en la de Hendaya (País Vasco francés), donde forman cadenas humanas o simplemente se concentran portando pancartas con el lema Stop a la dispersión. Queremos vivos y en casa. "Queremos mostrar a los visitantes cuál es nuestra realidad", explica Patricia Vélez, miembro de Etxerat, porque "muchos [turistas] vienen con la idea de que en Euskal Herria se ha abierto un nuevo escenario, pero nuestra situación sigue siendo la misma y cada semana seguimos poniendo en riesgo nuestras vidas". Este colectivo asegura que en las últimas tres décadas han fallecido 16 familiares y amigos cuando se dirigían o regresaban de visitar a presos de ETA, algunos encarcelados en centros que distan más de 1.000 kilómetros de sus domicilios.

La campaña propagandística de Etxerat por las playas vascas incluye el reparto de folletos y octavillas con el denominado "mapa de la dispersión" y un texto que critica con dureza la política penitenciaria de los Gobiernos de España y Francia, que esta asociación considera "inhumana" porque "condena de por vida" a los familiares.

Esta protesta en las playas suele venir acompañada de la tradicional entrega al lehendakari de un informe sobre la situación que atraviesan los presos etarras. Miembros de esta asociación de familiares suelen acudir el 1 de agosto a Azpeitia (Gipuzkoa) para interponerse en el paseíllo que el mandatario vasco suele realizar hasta la basílica de Loyola el día de san Ignacio, patrón de Euskadi. Iñigo Urkullu se negó a recibirles en 2016, pero rectificó al año siguiente para mantener un pequeño encuentro con los miembros de Etxerat, a quienes recordó que su gabinete está haciendo todo lo posible para que Rajoy modifique su política y acepte acercar a los presos a cárceles próximas al País Vasco, como está realizando en los últimos meses el Ejecutivo francés.

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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