141 caballos y mulas han muerto en El Rocío durante la última década
Los accidentes y dolencias de los equinos son cada vez más escasos en la peregrinación
En la última década han muerto 141 caballos y mulas durante la peregrinación a la aldea de El Rocío que atraviesa el Parque Nacional de Doñana. La cifra denota un descenso progresivo en las muertes de equinos desde 2009, gracias a la mayor vigilancia y concienciación de los jinetes que acuden a la aldea onubense, que cada año concentra un millón de peregrinos y unos 20.000 caballos, mulas y bueyes. El pasado fin de semana concluyó la última romería con seis equinos muertos por fallos cardíacos, cólicos digestivos o accidentes, el número más bajo de la última década en esta romería multitudinaria.
Las denuncias de colectivos en defensa de los animales han provocado que el maltrato haya descendido en paralelo a una mayor vigilancia por parte del Seprona de la Guardia Civil, que ha denunciado a seis jinetes por tres casos de maltrato animal con seis ejemplares intervenidos el pasado fin de semana. Si hace 10 años murieron 23 equinos, cuya retirada y destrucción costó 10.000 euros a la Junta de Andalucía, desde entonces las muertes han descendido de manera paulatina hasta 17 equinos muertos en 2012, 13 en 2016 y seis este año. “Siempre nos hemos preguntado cuántos animales mueren en una población de 20.000 caballos fuera de la romería y hay una media de entre 8 y 10. En El Rocío suele haber un incremento de cinco animales muertos por los accidentes y enfermedades previas que no se manifiestan en estado de reposo”, reflexiona Miguel Carro, responsable del dispositivo veterinario del Plan Romero.
En los últimos años el partido animalista PACMA ha censurado y vigilado de cerca el tratamiento a los caballos por parte de los peregrinos, y ahora celebra “la buena noticia” del descenso de muertes de animales gracias al mayor control y la presencia de 2.314 agentes de la Guardia Civil. “Es fruto de la presión mediática. Sin embargo, esto no cambia la explotación a la que son sometidos ciertos animales utilizados como mero medio de transporte. No hemos visto maltrato físico con resultado de muerte, sino un esfuerzo físico extremo”, puntualiza Laura Duarte, portavoz de PACMA.
Desde la otra acera le responde Santiago Padilla, secretario de la hermandad matriz de El Rocío: “La casuística es amplísima y en El Rocío hay de todo, gente con mayor o menor conocimiento de los animales, no se le pide el carné a nadie. Siempre pedimos el mayor respeto al medio ambiente y a los animales, pero fuera de las hermandades hay muchas personas”. Las 121 hermandades que acuden cada año a la aldea llevan un veterinario que atiende las necesidades de los animales.
“Cualquier cifra nos parece alta, pero no es descabellada, las bajas son habituales. El 99% son personas que saben cuidar de sus caballos y no se plantean dejar de darle agua. El otro 1% alquila el equino y no tiene experiencia, pero es un factor asociado a la ignorancia, no a la mala fe”, opina Carro.
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