El negociador de la UE lima en Madrid “las angustias” del Brexit
Michel Barnier se reune con el Gobierno, con los portavoces de exteriores en el Congreso y con empresarios
En su novedoso, por inusual, tour de capitales para explicar el estado actual del Brexit, el negociador especial de la Unión Europea, Michel Barnier, pasó este martes por Madrid y mantuvo una apretada agenda de reuniones con un denominador común: tranquilizar inquietudes. Lo hizo en citas varias con el Gobierno, en el Parlamento y con empresarios. Y con dos mensajes: el proceso está siendo complejo pero debe ser rápido y acabará peor para el Reino Unido que para la UE aunque debilite a todos. Sobre Gibraltar respaldó la posición de España.
Cuando la Unión Europea encomendó al veterano Michel Barnier, exparlamentario durante 20 años en Francia, exministro de Agricultura y excomisario europeo para el mercado interior, la ardua tarea de negociar en nombre de los 27 países aún socios la resolución del Brexit le permitió una gestión más transparente de lo habitual en estos procedimientos, siempre mucho más secretos. Barnier reporta habitualmente a los jefes de Gobierno en Bruselas, pero también en visitas a cada Estado y a distintos parlamentos, como la que hizo este martes por tercera vez a la comisión mixta española Congreso-Senado sobre la UE.
El primer lamento de Barnier fue para constatar que por culpa del denostado Brexit para la UE tanto el Reino Unido como Europa saldrán perdiendo en su poderío en el panorama internacional. El porcentaje del PIB mundial de Europa con 28 socios llegaba al 16,9% y sin el Reino Unido se quedará con el 14,5%. Y mostró un calendario aportado hace cinco años por el premier británico David Cameron en el que se observa cómo cada década que pasa una de las cinco grandes naciones europeas va perdiendo posiciones y saliendo del top 10 de los países más fuertes del globo y la predicción de que para 2050 solo quedará Alemania en ese ranking. La UE, sin embargo, sí permanecerá entre los cuatro primeros puestos con o sin el Brexit y, según Barnier, tendrá un papel en el orden o desorden mundial.
Barnier realizó una exposición ilustrada con gráficos para detallar lo complejo de esta negociación (desmontar en 24 meses 750 acuerdos muy concretos fraguados durante 44 años de alianza) y para presumir de que pese a lo apretado del calendario (dos años para concretar el Brexit desde la carta de salida entregada en marzo de 2017 por la primera ministra Theresa May) el proceso no va mal del todo, especialmente para la UE. El negociador no quiso enfangarse en polémicas nacionales, ni cuando una senadora de ERC, Laura Castel, le planteó la queja sobre el comportamiento policial, judicial y político del Estado español durante la consulta independentista en Cataluña el 1-O ni cuando la mayoría de los portavoces le reclamaron su posición sobre una hipotética marcha atrás o nuevo referéndum en el Reino Unido sobre el Brexit. Sobre Cataluña no contestó nada y sobre una rectificación del Brexit se limitó a observar que nada tenía o debía de aportar.
Barnier acudió al Congreso tras mantener antes entrevistas con la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, el equipo montado en La Moncloa sobre el Brexit y con el ministro de Exteriores, Alfonso Dastis. Luego se reunió con empresarios y anunció que lo hará con los sindicatos. Reconoció que persigue así limar lo más posible “las angustias e incertidumbres” que genera el Brexit, especialmente para los 4,5 millones más afectados (los 3,3 millones de europeos residentes en Gran Bretaña y los 1,2 millones de británicos que viven en el continente, la mayoría en España). Barnier ensalzó el acuerdo logrado para que no varíe la situación y beneficios actuales de ese contingente de ciudadanos en el futuro y durante toda su vida.
El enviado de la UE detalló las fechas principales e inmediatas del peliagudo proceso que se abre ahora: el 29 de enero empezará a negociar las condiciones de la transición hacia esa salida ordenada, que está marcada en su fase corta entre el 30 de marzo de 2019 y el 31 de diciembre de 2020.
Varios parlamentarios le preguntaron sobre cómo afectará todo esto a la relación de España con Gibraltar. Barnier precisó que el Peñón dejará la UE al mismo tiempo que el Reino Unido y remachó que el Gobierno español exigió y logró la condición de que en el futuro todo lo que se negocie o plantee sobre Gibraltar será objeto de un trato bilateral entre el ejecutivo español y el británico con especial preocupación hacia los más de 10.000 trabajadores transfronterizos.
El modelo de los pollos clorados
Michel Barnier puso un solo ejemplo para ilustrar el nivel de importancia de la salida del Reino Unido de la UE y lo complejo del desmontaje de 44 años de relaciones de todo un modelo europeo. Y habló entonces de los pollos clorados y de cómo un alto cargo norteamericano requirió a un homólogo británico que deberían asumir ese sistema para tratar esas aves cuando son sacrificadas (sumergirlas en un líquido con cloro) frente al modelo europeo que no lo permite.
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