El exsacerdote acusado de abuso sexual en Mallorca: “Como sacerdote juro que digo la verdad”
La Fiscalía y la acusación particular mantienen la petición de tres años de cárcel por abuso sexual a una menor
El juicio que ha sentado en el banquillo al expárroco de la localidad mallorquina de Selva, Antoni Cano, ha quedado visto para sentencia este viernes. El exsacerdote está acusado de un presunto delito de abuso sexual a una menor de 12 años que él atribuye a un móvil económico orquestado por el padre de la víctima. "Nunca había oído tantas mentiras. Como sacerdote, juro que digo la verdad", ha manifestado el religioso durante el turno de última palabra en el que ha vuelto a negar los hechos y ha declarado que si hubieran sido ciertos "habría agachado la cabeza y reconocido esta debilidad".
El exsacerdote ha insistido en los argumentos de defensa que expuso durante su declaración como acusado ante el tribunal y ha querido dejar claro que la única vez que tocó a la menor fue cuando esta llegó a casa con su padre y le dio un beso. Antoni Cano también ha insistido en que el padre de la menor le exigió 60.000 euros y le amenazó con denunciarle en falso si no accedía a entregarle esta cantidad. "Es tan cierto como que no hay sol en este momento", ha zanjado el expárroco.
La Fiscalía sostiene que durante el episodio ocurrido en febrero de 2015 la niña se quedó a dormir en el domicilio del cura y se metió en su cama porque tenía miedo de dormir sola. En ese momento y según el relato del escrito de acusación, el religioso puso su mano en la cintura de la menor bajándola hasta la ingle, por lo que la niña tuvo que propinarle un codazo hasta en dos ocasiones para que desistiera de sus intenciones. En su escrito de conclusiones definitivas ha mantenido la petición de tres años de cárcel y cinco de libertad vigilada.
La fiscal Rosario García considera que el delito de abuso ha quedado probado durante las sesiones del juicio y se ha referido a la declaración como testigo que efectuó el padre de la menor, que reveló haber sufrido abusos en su infancia por parte del cura. También ha apelado a los informes de los psicólogos forenses y los especialistas que han tratado a la niña y que consideran creíble su relato de lo sucedido.
La defensa de Cano ha pedido su libre absolución al considerar que el relato de la niña –que declaró a puerta cerrada para preservar su privacidad- presenta diferentes versiones y contradicciones en determinados detalles sobre la ropa y el mobiliario de la habitación en la que dormía el religioso. El abogado defensor, Eduardo Gallego, ha planteado la reflexión sobre el hecho de que alguien que haya sufrido abusos sexuales "lleve a su hija a la casa de la persona que presuntamente cometió los abusos".
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