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Niño con VIH busca familia

Los menores seropositivos pueden vivir sin riesgos de transmisión con los tratamientos actuales, pero en España casi no hay familias dispuestas a adoptarlos

Un niño de Myanmar con VIH.
Un niño de Myanmar con VIH.Jan Schmidt-Whitley (The Union)

Ana y Luis decidieron adoptar a su hija hace diez años en un país africano. Poco a poco, la niña fue integrándose en la nueva familia. Ahora va al colegio, juega y tiene una vida como todos los niños de su edad. Dos veces al día tiene que tomar unos jarabes, el tratamiento que le permite convivir con el VIH, heredado de su madre biológica: es una de los 2,1 millones de niños que padecen esta infección en el mundo, según datos de ONUSIDA. En muchos países de la UE, como Italia, Francia o Bélgica, es común adoptarlos. En España, cerca de 10.000 familias están a la espera de una adopción (según el Ministerio de Sanidad), pero las que están dispuestas a acoger a un niño con VIH se cuentan con los dedos de una mano, afirman los especialistas. “Prevalecen prejuicios y desinformación”, apuntan.

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La hija de Ana y Luis puede vivir con normalidad y cuando sea mayor hasta podrá tener relaciones sexuales no protegidas sin peligro para su salud ni para la de los demás, según aseguran los médicos. Los progresos en la lucha contra el VIH han permitido en los últimos años reducir drásticamente sus efectos nefastos, según mantiene la Coordinadora Estatal de VIH y sida (CESIDA). Los especialistas coinciden en considerarla una infección crónica que se puede controlar, con los debidos medicamentos, sin ningún riesgo de transmisión ni reducción de la esperanza de vida de quien la sufre. En España, esos tratamientos están completamente cubiertos por la Seguridad Social.

Esta pareja, que vive en el País Vasco, conoce de cerca lo que supone convivir con el VIH. Luis es seropositivo y Ana vio a un familiar cercano fallecer por el sida en los años noventa, cuando la enfermedad aterrorizaba la sociedad. Saben que ahora el escenario ha cambiado totalmente, pero todavía se enfrentan a mucho desconocimiento y prejuicios. “Si el avance médico en materia de VIH ha sido espectacular, socialmente la estigmatización todavía es muy fuerte”, comenta Ana. Cuentan que no apuntan a su hija a excursiones del colegio o de verano porque temen falsas alarmas entre compañeros y educadores si la viesen mientras toma los jarabes. Por eso prefieren no revelar sus identidades reales ni la de su hija. Solo pocas personas, entre amigos y familiares, saben que la niña es seropositiva.

Familia busca niño con VIH

Dámaris Pérez y Josué Tirado, un matrimonio madrileño, encontraron casualmente el vídeo sobre los niños con VIH realizado por CESIDA en Internet y empezaron a cambiar radicalmente su opinión sobre esta infección. Tras hablar con especialistas y familias adoptantes, decidieron dar el paso: ahora quieren adoptar un niño seropositivo.

La pareja cuenta que en la charla que tuvieron con la Comunidad de Madrid hace pocas semanas les mencionaron el caso de los niños con necesidades especiales, pero les avisaron de que las listas de espera son muy largas y el coste del proceso es elevado. "Te lo ponen todo muy negro", dice Pérez.

Los dos saben que deberán estar preparados para ofrecer a su hijo el apoyo psicológico necesario y superar la desconfianza de amigos y familiares. Pero están motivados para realizar su sueño. “Nos parece algo maravilloso poder ayudar a una persona necesitada y que ella te esté ayudando a ti”, dice Tirado.

Ana y Luis aseguran que decidieron adoptar a una niña con VIH porque sabían que a menores con esta patología "no los quiere nadie" y dicen estar cansados de tener que “hacerse invisibles”. Como el VIH no es una infección que supone un peligro para la salud pública, la ley protege el derecho a la intimidad. La niña no está obligada a contarle a nadie que es seropositiva. Pero sus padres, así como CESIDA y Familias de Colores, asociación acreditada por el Estado para la gestión de adopciones internacionales, quieren que la sociedad asuma que no tiene por qué tener miedo a estos niños.

En España la adopción es competencia de los Gobiernos autónomos y es posible adoptar a niños seropositivos tanto dentro como fuera del país. Sin embargo, en la práctica esto conlleva distintas dificultades. A falta de un registro nacional, dentro de España una familia solo puede adoptar si el menor se encuentra en la misma comunidad autónoma. En el extranjero, las solicitudes están bloqueadas con diferentes países, donde en muchos casos las autoridades locales dan prioridad a la adopción nacional. La ausencia de un organismo central en España que gestione las peticiones dificulta la aplicación de acuerdos bilaterales.

En 2016 menos de la mitad de los menores de 15 años con VIH tuvo acceso a los tratamientos, según los últimos datos de ONUSIDA. Solo el año pasado fueron infectados 160.000 niños. En España viven más de 1.200 menores de 18 años con esta infección, de los que uno de cada cuatro era adoptado, según la Asociación Española de Pediatría. Susana Morales, presidenta de Familias de Colores, explica que en muchos países no hay recursos para garantizar a los niños con VIH los medicamentos y por eso mueren.

El documental de CESIDA sobre la adopción de niños con VIH, titulado "Adopción en positivo".Vídeo: CESIDA

Morales recuerda que a estos mejores se les considera niños con necesidades especiales, a la par de quienes sufren patologías de distinto tipo, desde la cardiopatía al labio leporino. Esto supone un trámite acelerado para permitirles acceder a los medicamentos cuanto antes. La presidenta de Familias de Colores afirma que en diversos países de la UE se informa a las familias sobre la posibilidad de adoptar a niños con VIH, mientras que en España la información al respecto es muy escasa.

“No es que la sociedad española sea más estigmatizante que las de Francia o Italia. El problema es que no hay información, y la responsabilidad es sobre todo de las comunidades autónomas”, dice Toni Poveda, director de CESIDA. Desde el pasado diciembre, circula en la web un documental sobre la adopción de niños con VIH, realizado por CESIDA, que la organización envió a todas las Comunidades, pero hasta la fecha estas aún no lo han emitido.

Una ley para superar el bloqueo de las adopciones

En España, uno de los países con más solicitudes en el mundo, el número de adopciones internacionales se ha desplomado un 66% entre 2012 y 2016, según los últimos datos disponibles. Las listas de espera de los solicitantes pueden durar entre seis y diez años y los costes para llevar a cabo el proceso son de al menos 12.000 euros.

Las asociaciones señalan que las cifras oficiales de procesos de adopción en trámite no tienen en cuenta las familias que tienen idoneidad pero han desistido por límites de edad o por el bloqueo de los expedientes. Hace dos años se aprobó una nueva ley de la infancia, que impulsa nuevos acuerdos bilaterales de adopción internacional, promueve un organismo central competente en materia y crea un registro único de los niños adoptables en España. Hoy en día falta la aprobación de un reglamento de actuación de la ley. En 2016, Ciudadanos y PSOE presentaron dos proposiciones no de ley para promover la puesta en marcha de las nuevas medidas.

Benedicto García, de la Coordinadora de Asociaciones de Adopción y Acogimiento (CORA), que representa a las familias adoptantes, habla con optimismo de la nueva ley. García explica que está en estudio legislativo un decreto que permitirá "mejorar el flujo de las solicitudes" y crear así listas de espera "más cortas y más ajustadas". El Gobierno tiene previsto aprobarlo antes de finales del año en el Senado, según García.

El representante de CORA afirma que las opciones de adopción internacional son "muy pocas", también por la situación en los países de origen, donde se da prioridad a la adopción nacional. García opina que la administración pública y las entidades acreditadas tienen que ser claros con las familias españolas e informarlas de que las solicitudes para niños sin necesidades especiales, con mucha probabilidad, no serán atendidas. "La gestión de las expectativas de las familias es "muy mala", sostiene.

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