Rajoy insiste en pactar la financiación con el PSOE sin una “subasta de ideas”
El presidente reafirma que usó en Cataluña excepcionalmente el artículo 155 en defensa legítima de un ataque al Estado
Mariano Rajoy entiende que, en política al menos, "cada uno es libre de pensar y proponer lo que le parezca conveniente" pero defiende que lo que procede ahora en España, después de la crisis institucional y social vivida con el desafío independentista en Cataluña, es recuperar la normalidad democrática y para ello descartó actuaciones como las propuestas por Podemos de recurrir la aplicación del artículo 155 ante el Tribunal Constitucional o incluso las ideas como las lanzadas por el candidato del PSC, Miquel Iceta, de promover una especia de Hacienda catalana. Rajoy no cree que lo que toque ahora sea "participar en estas elecciones del 21-D para una subasta de ideas". La iniciativa de Podemos de intentar revocar el 155 la ve como una "absurdo sin sentido" y mantiene que la puesta en marcha de ese artículo "es lo menos que podíamos hacer" para defenderse de un ataque al Estado de Derecho.
El presidente del Gobierno volvió a defender este jueves desde Abiyán, en Costa de Marfil, la oportunidad de haber recurrido hace algo más de un mes al artículo 155 "porque está en la Constitución, aprobada por los españoles y es absolutamente democrático". Rajoy recordó, además, que artículos con redactados muy similares al 155 español están también en constituciones o cartas fundamentales de otros países europeos y argumentó que su puesta en marcha solo se justifica ante "situaciones excepcionales".
El jefe del ejecutivo se preguntó retóricamente qué le gustaría o que querrían partidos como Podemos y otros que cuestionan el 155 que hubiera hecho ante el cúmulo de circunstancias que se sucedieron en relación a Cataluña en los últimos meses y que detalló tras las sesiones del Parlamento que aprobaron la anulación de la Constitución y el Estatuto, que marginaron a la oposición y que llegaron a declarar la independencia unilateral. "¿Qué quieren que no hagamos nada?", se interrogó Rajoy. Fue cuando señaló que "tamaño absurdo no tiene sentido" y cuando refrendó que la actuación finalmente emprendida fue la mínima "que podíamos hacer" y la englobó en la necesidad de que "el Estado de Derecho se defienda cuando alguien le ataca" porque consideró esa una de las esencias del Estado de Derecho: "Que se pueda defender".
Al presidente del PP se le preguntó también por la última propuesta planteada por el candidato del PSC, Miquel Iceta, en esta campaña electoral de crear una especie de Hacienda catalana que gestione todos los impuestos y que se compongan de manera paritaria por el Gobierno central y el autonómico. A Rajoy le gusta y le cae bien Iceta, del que resaltó que ha apoyado el 155 y ha planteado una difícil batalla política en Cataluña con Ciudadanos y el PP, pero no le parece nada bien su idea. Se limitó a decir que no coincide con su planteamiento.
Pero la iniciativa de Iceta le sirvió a Rajoy para abogar porque en esta crucial campaña electoral catalana se imaginen pocas o ninguna ocurrencia. Cree que no es el momento para eso. El líder del PP volvió a insistir en que ya está en marcha (aunque muy parado) un proceso para renovar el actual modelo de financiación de las autonomías y reafirmó su posición de que el nuevo debe ser pactado y acordado entre todas las comunidades y con los procedimientos ya en marcha y habituales. Rajoy rememoró que así se ha hecho durante los últimos 40 años y que así debe ser: "No se trata de resolver los problemas puntuales de cada uno porque se entraría en prácticas contradictorias de imposible ejecución".
Fue ahí cuando Rajoy recalcó que para aprobar el nuevo modelo de financiación autonómica hace falta, política y matemáticamente, el apoyo del PSOE (aunque le gustaría también el de Ciudadanos) para superar los 137 diputados actuales del PP y alcanzar la mayoría de los 176. Lo que no se quiso poner fue límites de plazos ni perfilar un posible calendario sobre su aprobación.
La patrullera Infanta Cristina y el almirante franquista que borró Rosalía de Castro
Mariano Rajoy tuvo una intervención inconexa este jueves, durante una visita de cortesía que efectuó como presidente del Gobierno a la patrullera española Infanta Cristina que lleva desde agosto en funciones de vigilancia y apoyo a los países del Golfo de Guinea. El buque, botado como corbeta en 1977, se transformó como patrullero de altura y ahora está encuadrado en la Fuerza de Acción Marítima que opera con otras armadas en esa zona en misiones humanitarias y de paz y tiene su base en Cartagena. El patrullero tiene una dotación de casi 100 personas y regresa ya este viernes a España, con escala en Canarias, tras haber prestado servicios en países como Costa de Marfil, Camerún, Gabón, Angola,Cabo Verde, Senegal, Ghana, Santo Tomé y Príncipe.
El balance de la misión ha sido considerado como un éxito y Rajoy quiso este jueves transmitir su orgullo a la tripulación con varios mensajes encaminados a subrayar que la defensa de España y de Europa ahora está en muy diversos lugares, que las fronteras son más amplias y difusas y todas estas experiencias ayudan y aportan nuevos conocimientos.
Como se trataba de una patrullera, de miembros de la armada que llevan cuatro meses muy lejos de casa y como llegaba de una oleada de reuniones multilaterales en el seno de la V Cumbre entre la Unión Africana y la Unión Europea, Rajoy se sintió con ganas de recordar que él de joven vivía en Pontevedra, camino de Marín (donde estaba y está la Escuela Naval Militar española), en la calle del almirante Salvador Moreno. Así se lo contó a los mandos y a la tropa y también les aclaró que ahora le han cambiado el nombre a esa calle en su ciudad pero que él seguía llamándola así porque así fue como creció.
El cambio de nombre a la calle Salvador Moreno se efectuó en 1999, por aprobación del pleno del Ayuntamiento de Pontevedra ya dirigido desde entonces por el BNG y con el amparo de la ley de Memoria Histórica. Y entre otras razones porque el almirante Salvador Moreno participó en el golpe franquista de 1936. Eso no lo mencionó Rajoy. Ni tampoco que el nuevo nombre de esa calle es Rosalía de Castro, una de las poetisas y novelistas más relevantes de la literatura gallega y castellana del siglo XIX.
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