Sáenz de Santamaría enfría la reforma de la Constitución
La vicepresidenta advierte de que no se cambiará la norma básica para contentar a los nacionalistas
El PP y Podemos enfriaron ayer las esperanzas de que la comisión territorial del Congreso promovida por el PSOE sirva para modificar la Constitución y zanjar el debate secesionista. El apoyo del PSOE es “lo mínimo” para modificar la norma básica del Estado, pero no basta, según dijo la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, quien avisó: “Si queremos reformar la Constitución, hay que ir con un consenso muy amplio”. El secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique, calificó de “marketing” la propuesta socialista.
La vicepresidenta del Gobierno, en un encuentro celebrado por la Cadena SER en Sevilla, se mostró favorable a introducir cambios en la Carta Magna, pero no a cualquier coste y, menos aún, para “contentar a los nacionalistas”. “No se contentan. Para ellos, cualquier logro es una meta volante”, lamentó.
De esta forma, Sáenz de Santamaría se alineó con la línea fría de su partido sobre la reforma constitucional, para la que el pasado miércoles comenzó su andadura la comisión impulsada en el Congreso por el PSOE sobre el modelo territorial con la ausencia de Unidos Podemos y los partidos nacionalistas.
“Hay que trabajar en la línea de [Jean-Claude] Juncker [presidente de la Comisión Europea] y no en la de [Oriol] Junqueras”, ironizó Sáenz de Santamaría en referencia al presidente de Esquerra Republicana de Catalunya, encarcelado tras la declaración unilateral de independencia por supuestos delitos de rebelión, sedición y malversación de fondos.
El secretario general socialista, Pedro Sánchez, defiende la reforma constitucional para determinar cómo Cataluña se queda en España, pero no que se pueda ir, principal diferencia con Unidos Podemos, que aboga por un referéndum pactado. El presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy, aceptó la apertura del proceso, pero Sáenz de Santamaría se encargó ayer de enfriar las expectativas.
La vicepresidenta afirmó que una transformación de la norma básica del Estado “no se puede empezar por el tejado” y abogó, primero, por evaluar el funcionamiento actual del Estado de las autonomías y, después, conseguir el consenso más amplio. En este sentido, consideró ilógico cambiar un texto que cuenta con un respaldo mayoritario de los españoles (el 88% de los votantes respaldó el texto de 1978) por otro con menos apoyos.
Una de las claves de este consenso será el establecimiento de un nuevo sistema de financiación que sustituya al actual porque, según ha reconocido la dirigente del PP, es un “mal modelo”. Para este cambio, ha reclamado la participación de Cataluña (ausente en la última conferencia de presidentes autonómicos) tras las elecciones del próximo 21 de diciembre. “Hace falta un nuevo Gobierno que se incorpore al debate”, afirmó.
Recelos tras el pacto con Rajoy
Acuerdo. El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, anuncia el 11 de octubre su respaldo a la aplicación del artículo 155 de la Constitución y un acuerdo con el presidente del Gobierno para abordar una reforma de la Constitución.
Primeros pasos. La comisión parlamentaria sobre el modelo territorial, el primer paso para abrir la reforma de la Constitución, arranca sin independentistas catalanes, PNV ni Unidos Podemos.
Reticencias. Los líderes territoriales del PP reclaman límites a la reforma y, ayer, la vicepresidenta se suma a las reticencias.
En este sentido, Sáenz de Santamaría reclamó un Ejecutivo catalán que “revierta el mal que han causado los independentistas” y acusó a las fuerzas que han llevado a la aplicación del artículo 155 de la Constitución de ser las “más anticatalanistas”. “Sólo han pensado en ellos”, concluyó.
Moción de censura
Al jarro de agua fría de la vicepresidenta se sumó por la izquierda el secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique, quien rechazó sumarse al proceso de reforma constitucional. “Lo que hay que hacer en estos momentos es echar al PP del Gobierno. En el momento en el que el PSOE realmente quiera cambiar el país, lo que veremos es a Pedro Sánchez presentando una moción de censura. Hasta que no veamos eso, estamos hablando de marketingy maniobras discursivas para justificar su apoyo al 155”, afirmó el dirigente de esta formación.
La distancia entre los modelos territoriales de socialistas y Podemos es insalvable, según se encargó ayer de recordar la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, quien acusó al máximo dirigente de la formación, Pablo Iglesias, de querer situar el Estado en condiciones preautonómicas y preconstitucionales.
En su opinión, el modelo territorial de Podemos es “un disparate que convierte a Andalucía en una comunidad de segunda sin entender el legado del 28 febrero y del 4 de diciembre”, en referencia a las fechas en la que los andaluces aprobaron el acceso a la autonomía y la reclamaron en las calles hace casi medio siglo.
“Queremos que a España le vaya bien para que a Andalucía le vaya bien. Nunca estaré de acuerdo en que se vuelva a esa discusión preconstitucional”, afirmó Díaz en un acto en Granada.
Participación el 21-D para poner fin a la deriva
La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, se mostró ayer más partidaria de una solución en las urnas el próximo 21 de diciembre que de una reforma constitucional.
En este sentido, Sáenz de Santamaría destacó que serán las elecciones catalanas las que supongan el “fin de la deriva independentista” y deseó una gran movilización para asegurar que el resultado cuente con el respaldo de una mayoría incuestionable de catalanes.
“Espero que haya una gran participación y que se ponga el punto final al desafío independentista para recuperar el dinamismo de la economía y la sociedad de Cataluña”, afirmó ayer la vicepresidenta.
En este sentido, la representante del Gobierno afirmó que los comicios autonómicos supondrán “la vuelta a la normalidad y a la legalidad” así como la elección de un Ejecutivo que “piense en los catalanes”.
La vicepresidenta acusó a los independentistas de haber causado un enorme daño económico y social a la comunidad y afirmó que es posible el respeto a la “diversidad” con la “lealtad al proyecto común” que es España.
En ese marco reclamó la vuelta de las instituciones catalanas a los órganos de representación autonómica, como la conferencia de presidentes, para abordar aspectos tan fundamentales como la reforma del sistema de financiación e impulsar los “mecanismos de cooperación” entre Administraciones.
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