Rajoy evita incluir Cataluña en la agenda formal del Consejo Europeo

En la agenda oficial del Consejo Europeo con los principales líderes de Europa que se celebrará este jueves y viernes en Bruselas no figura el conflicto desgarrador que se está viviendo en Cataluña, una de las regiones más prósperas y punteras de la UE. La Moncloa no quiere que se incluya porque considera esa crisis un asunto interno de España y así ha impuesto sus tesis en la práctica totalidad de las instituciones mundiales y entre todos sus socios.

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El presidente del Ejecutivo español, Mariano Rajoy, acudirá directam ente a la cita con otros jefes de Gobierno de la UE hoy por la tarde, tras saltarse el paso previo habitual de asistir a la cumbre con sus colegas del Partido Popular europeo, pero solo con la intención de discutir sobre la lenta evolución del Brexit, que es la materia fundamental de esta cita. Es lo que habló el pasado martes por teléfono con Donald Tusk, el presidente del Consejo, para ultimar la agenda formal. Y no tiene intención de cambiar esa idea tampoco una vez dentro de la sala con la posibilidad de introducir lo que se conoce como un punto informativo, es decir, un paréntesis para comentar temas de especial interés y actualidad en alguno de los países miembros de la UE. Ha sucedido en otras ocasiones pero Rajoy no quiere ese formato.

En La Moncloa se trabaja con otra estrategia. Se prefieren los contactos bilaterales y privados, telefónicos o en persona, donde Rajoy suele explicar su versión de lo que está ocurriendo y tiene más margen para ofrecer todos los datos del contencioso. Lo ha hecho ya varias veces con la canciller alemana Angela Merkel, lo hizo este martes por teléfono con la británica Theresa May, y ha cerrado un encuentro a solas estos días en Bruselas con el francés Emmanuel Macron.

Amplio respaldo

Ha recibido de todos ellos, en público y en privado, la adhesión a sus ideas, su respaldo a la Constitución y a la unidad de España. Pero eso no quiere decir que la convulsión política y social en Cataluña no preocupe en Europa y entre sus socios políticos. La UE vive la crisis catalana con gran intensidad. El imán que ese conflicto pueda ejercer sobre otros nacionalismos europeos pone en guardia a algunos dirigentes. También inquieta el riesgo de desestabilización de España en un momento en que parecía haber dejado atrás las turbulencias económicas y políticas.

Rajoy no quiere referirse y oficializar el problema catalán en Europa pero diferentes responsables diplomáticos y comunitarios en Bruselas sí dejan caer que unas palabras sobre el asunto serían bienvenidas. Aunque la agenda formal se suele ocupar de temas más genéricos, algunos líderes suelen pedir un turno de intervención al Consejo cuando hay un asunto candente en sus países. Es lo que algunas fuentes comunitarias esperaban que Rajoy hiciese y no ha hecho ni piensa hacer. Cataluña y sus derivadas, en cualquier caso, estarán en las charlas en los márgenes del Consejo. Y en la reunión matinal del PP europeo se prepara una intervención para aclarar, sobre todo a los dirigentes de Eslovenia y algún país báltico, que este caso no tiene nada que ver con lo que sucedió en su día entre Kosovo y Serbia.