Grecia dice que ninguno de sus 50.000 refugiados es reubicable en España

Han pasado casi dos años —el 26 de septiembre de 2015— desde que la Comisión Europea ideó in extremis un programa de acogida para aliviar la presión migratoria que sufrían Grecia e Italia por una de las oleadas de refugiados más grande de la Historia. Los dos países mediterráneos se convertían en el primer destino de millones de personas que huían de los horrores de la guerra de Siria, Irak, Afganistán, Eritrea, Líbano... El comunicado enviado por Grecia a España este jueves evidencia el fracaso del programa de la Unión Europea y carga de razones al Ministerio del Interior que, efectivamente, se encuentra con que sus solicitudes no pueden ser tramitadas.

“Lamentamos informarles de que en la actualidad no hay más expedientes que cumplan los criterios de elegibilidad establecidos en las Decisiones del Consejo de la UE para el Programa de Reubicación”, dice literalmente el mensaje de los griegos, según fuentes oficiales.

Grecia ha agradecido a España su “apoyo y cooperación en el Programa de Reubicación” y se ha comprometido a informar lo antes posible a la Oficina de Asilo y Refugio española “si se produjera algún cambio en la situación actual y sobre la disponibilidad de expedientes”.

La razón de esta gran paradoja, que mantiene a millones de personas encerradas en condiciones miserables, la explica Estrella Galán, secretaria general de CEAR: “El programa de acogida de la UE es un fraude porque está pensado para maquillar la falta de voluntad de los estados miembros acoger refugiados”.

La ratonera griega

Ese “fraude” se sustancia en los requisitos establecidos por la Comisión —y avalados por el Tribunal de Justicia europeo esta misma semana— para indicar quienes son las personas reubicables.

“Impusieron que debían ser ciudadanos cuyas nacionalidades tuvieran una tasa de protección internacional del 75%, altísima”, explica Galán. “Es decir, en función del número de países que reconocieran la protección de esas nacionalidades eran reubicables o no, por lo que al final solo entraban ciudadanos sirios, iraquíes y eritreos y quedaban fuera el resto”, señala.

Para todos ellos, Grecia se ha convertido en una ratonera y por eso hay muchos que continúan el camino por su cuenta, acudiendo a las mafias que han surgido alrededor de este colapso y, muchas veces, poniendo en riesgo sus vidas y las de sus familias.

España se comprometió ante la UE a acoger, antes del 26 de septiembre de este año, a 17.337 refugiados, 15.888 por la vía de la reubicación procedentes de Grecia e Italia y 1.449 mediante reasentamientos desde Líbano, Jordania y Turquía. Por ahora, España ha acogido a 1.980 solicitantes de protección internacional, de los que 1.279 han sido reubicados y 701 reasentados. En total, en toda la UE, solo se han repartido el 3,5% de los refugiados previstos: 5.600 de un total de 160.000.

La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) expresó ayer su preocupación por el “deterioro” de la situación en las islas griegas del mar Egeo (Lesbos, Quíos, Samos y Leros), adonde han vuelto a llegar más refugiados en agosto, y pidió medidas para hacer frente a la saturación y mejorar las condiciones en los centros de recepción. En agosto hubo 3.695 llegadas por mar frente a los 2.249 en julio, según los datos de la agencia.