Gafas de cerca y gafas de lejos

Mariano Rajoy y Pedro Sánchez escenificaron este jueves la vuelta a la normalidad de las relaciones entre los jefes del Gobierno y la oposición. Dos horas de reunión, con sonrisas y apretones de manos, después de varios años de auténtica desconexión entre los líderes de los dos partidos que han gobernado este país desde 1982.

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Es como si, después de largos meses con las gafas de cerca puestas, se hubieran dado cuenta de que para mirar al futuro hay que ponerse las de lejos; o, por lo menos, unas lentes progresivas con las que se puede leer y mirar al frente. Táctica y estrategia. PP y PSOE habían caído en la trampa de gestionar la irrupción de Podemos en beneficio propio (el uno potenciándolo como una pinza y el otro dejándose abrazar), y ahora han descubierto que a ambos, y a España, les irá mejor dialogando y negociando las políticas de Estado.

Esa era la impresión que daban tras el encuentro de este jueves. “Sentido de Estado”, “comunicación fluida”, “acuerdo para defender la legalidad y la Constitución en Cataluña”... eran las frases de los portavoces de ambos líderes. Sin embargo, en mitad de la conferencia de prensa del PSOE, Margarita Robles dejó de mirar a lo lejos y, con cierta miopía política, lanzó una bomba innecesaria.

Robles señaló que Rajoy y Sánchez no habían hablado de la aplicación del artículo 155 de la Constitución para impedir la secesión en Cataluña, pero añadió: “La Ejecutiva Federal del PSOE ha aprobado en su última reunión que el 155 no procede y que no lo apoyaremos”. Fin de la cita.

¿No es acaso legal y constitucional? Es como si los socialistas necesitaran compensar cada paso institucional con un guiño a la izquierda radical o al nacionalismo. Una pena.