El Gobierno se vuelca en la sociedad catalana ante el bloqueo institucional
En La Moncloa hacen un balance muy positivo: la vicepresidenta ha contactado con unos 40 representantes de todo tipo de sectores y ha viajado 16 veces a Cataluña
El Gobierno central constata el fracaso en sus relaciones institucionales al máximo nivel con la Generalitat de Cataluña, pero se niega a renunciar a la llamada Operación Diálogo con la sociedad catalana. En La Moncloa hacen un balance muy positivo de esa estrategia: la vicepresidenta ha contactado con unos 40 representantes de todo tipo de sectores y ha viajado 16 veces a Cataluña en esta legislatura. El portavoz del Ejecutivo oficializó este viernes que el objetivo ahora es conectar “con sectores clave” de esa sociedad, no representada ya por “un Gobierno de todos los catalanes sino solo de los secesionistas”.
El presidente Mariano Rajoy clausurará hoy en Sitges las jornadas que cada año organiza el influyente Círculo de Economía con esa misma pretensión de abrirse a todos los ámbitos posibles ajenos a la institución de la Generalitat de Cataluña y a los partidos nacionalistas que la dirigen. Es seguro que su discurso apenas aportará novedades a las claves que lleva manejando desde hace meses ante la deriva del desafío separatista. También es fácilmente predecible que volverá a escuchar de los representantes de este relevante lobby empresarial catalán la necesidad de encontrar soluciones políticas al problema del encaje de Cataluña en España.
Juan José Brugera, el presidente del Círculo de Economía, se decantó en estas jornadas a favor de que el presidente catalán, Carles Puigdemont, acepte la invitación del Gobierno de Rajoy y acuda al Congreso a explicar y debatir sus ideas sobre el referéndum separatista, aunque también demandó del Ejecutivo central alguna alternativa viable para Cataluña.
Íñigo Méndez de Vigo recordó este viernes tras el Consejo de Ministros que esa oferta de ir a las Cortes, lanzada por la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y reiterada por Rajoy, “no se debería despreciar” porque en el Congreso “se puede discutir de todo, pero siempre de acuerdo con las reglas”.
En otras ocasiones, el presidente del Ejecutivo central ha aprovechado su presencia habitual en ese foro para demandar de los empresarios catalanes una labor de mediación y de propagación de su mensaje sobre que, al margen de los legítimos anhelos políticos de los dirigentes nacionalistas de la Generalitat, es necesario cumplir con las reglas de juego y las leyes en vigor no solo para no vulnerar el orden constitucional vigente, sino también para asentar los buenos datos de la recuperación de la economía española. Hoy volverá a repetir esa idea, pero Rajoy lo que persigue es remachar con su presencia que es el jefe de Gobierno también de los empresarios catalanes.
El Ejecutivo español valoró este viernes la aportación “buena” y “de gran peso” de esa patronal catalana así como de otros representantes clave de la sociedad, como destacó tras el Consejo de Ministros su portavoz. El ministro Méndez de Vigo reiteró desde esa plataforma oficial su “llamamiento al diálogo con esa sociedad civil” y se apuntó el tanto de que gracias al comportamiento del Ejecutivo en estos meses y a ofertas como la de ir al Congreso a debatir “con luz y taquígrafos” se está registrando en algunos sondeos de opinión la impresión de que “la mayoría de los catalanes no entienden lo que hace el Gobierno de Puigdemont, que ya no es el Gobierno de todos los catalanes sino solo de los secesionistas en manos de los radicales de la CUP”.
En La Moncloa la negociación formal con la presidencia de la Generalitat se da por imposible, al menos hasta que se produzcan las próximas elecciones autonómicas y se compruebe cómo queda la correlación de fuerzas y de poder entre la antigua Convergència, hoy PDeCAT, y ERC, pero en el Ejecutivo de Rajoy rechazan que la Operación Diálogo “tenga fecha de caducidad” o haya sido un fracaso porque aún no se vislumbren resultados aparentes. Y no solo por el balance de los datos, que acaba de actualizar el Gobierno.
Cuestiones concretas
Fuentes del Ejecutivo ponen como ejemplo de la utilidad de ese plan de apertura a todos los ámbitos catalanes posibles lo sucedido esta semana cuando la vicepresidenta Sáenz de Santamaría acudió a comer con una quincena de directivos del Colegio de Abogados de Barcelona. Visitó el inmueble y la impresionante biblioteca de la entidad y en el almuerzo se habló, naturalmente, del proceso separatista, que parece el monotema en Cataluña, pero también de otros asuntos.
El Gobierno central aprovecha esas reuniones para ofrecerse a resolver cuestiones concretas y para demostrar que se interesa y gestiona problemas diarios de los catalanes, como han hecho recientemente otros ministros, como el de Fomento, Íñigo de la Serna, con la bifurcación ferroviaria de Moncada.
Operación Diálogo: 16 viajes y 40 contactos
Desde que el Gobierno de Rajoy tomó posesión en noviembre, la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, ha viajado 16 veces a Cataluña. Ha mantenido allí unos 40 contactos, la mayoría discretos y sin cobertura pública. Otras citas, las menos, han sido en su despacho de la Delegación del Gobierno, como las que concertó con los líderes de Ciudadanos y el PSC. Una decena de entidades han preferido viajar a Madrid con discreción.
Santamaría ha estado con alguna patronal empresarial o el Colegio de Abogados de Barcelona pero también ha clausurado congresos (Alacat 2016 o Mobile World), participado en entregas de premios (Planeta, Ferrer Salat, Foment del Treball, Liceu, El Periódico), ha inaugurado una oficina de la Seguridad Social y una jornada universitaria sobre los derechos de los menores en Internet, ha visitado obras en el aeropuerto de El Prat, ha firmado un convenio para salvar los XVIII Juegos del Mediterráneo en Tarragona en 2018, ha presenciado el trofeo Conde de Godó, ha acudido a la entrega de las becas de La Caixa y a la fiesta del libro y de la rosa de Sant Jordi, lo que sentó muy mal a los dirigentes de la Generalitat.
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