Multa de 30 euros al repartidor que pegó al ‘youtuber’ que le llamó ‘caranchoa’
El juez le atribuye un delito de lesiones leves, aunque descarta que deba indemnizar al autor del vídeo
Un juez ha impuesto una pírrica multa, 30 euros por un delito leve de lesiones al repartidor de paquetería que abofeteó al youtuber alicantino Sergio Soler, conocido como MrGranbomba, porque le había llamado "cara anchoa". El insulto fue grabado por el propio agredido con una cámara oculta y el vídeo acabó siendo viral en Internet.
La sentencia, hecha pública este miércoles, supone un auténtico varapalo para el bromista. Establece que Mr Grambomba no solo asumió el riesgo de ser golpeado y se puso en peligro con su "actitud provocadora", sino que rebasó dicho límite hasta "llegar al consentimiento pleno de las lesiones". Por esa razón, Soler no será indemnizado.
El magistrado, Ángel Manuel Villanueva, llega a sugerir a la fiscalía que se querelle contra el propio denunciante, de 20 años, por falsedad y estafa procesal, pues sospecha que podría haber manipulado la copia del vídeo que entregó a la policía cinco días después de denunciar el tortazo.
Además, destaca que su credibilidad "es más que cuestionable" por sus múltiples "contradicciones" y recuerda que se lucraba con sus burlas de "dudoso gusto, explotando a un pretendido personaje cómico".
Los hechos ocurrieron el pasado 9 de septiembre en el centro de Alicante. El 23 de febrero, durante la vista celebrada en el juzgado de Instrucción 8 de la ciudad, el youtuber justificó la grabación con el argumento de que ésa era su profesión y ese tipo de bromas lo que le pedían su “medio millón de seguidores”.
Por su parte, el mensajero, Sergio Osorio, contó que creían que el joven trataba de distraerle para robarle los paquetes que tenía que repartir. El fallo da la razón al trabajador. Le disculpa porque se encontraba en una "situación de evidente stress", cuando finalizaba su jornada laboral, y el temor a ser víctima de una robo justificaban su “recelo y hostilidad”. El juez no le exime del delito, pero le impone la pena mínima, una multa de diez días a tres euros diarios, al considerar que activó un "mecanismo de defensa racional", lo que califica como "supuesto de legítima defensa putativa".
La sentencia, que consta de 42 páginas y está jalonada de citas a la jurisprudencia del Constitucional y el Tribunal Supremo, contiene severos reproches al youtuber. Así, desgrana que en sus vídeos incurría en expresiones hacia los transeúntes "que objetivamente faltan al respeto y consideración que impone la mínima norma cívica de convivencia": soplanucas, escupemierda, pichacorta, papanatas, pringao o caramerluza, entre otro variado repertorio. Abusaba así del ciudadano medio al que encontraba demabulando por la calle, "de su buena fe y paciencia". Y todo para lucrarse con los vídeos que subía a su canal de Youtube.
En definitiva, precisa el juez, introducía a las víctimas de sus bromas, "de forma no consentida ni autorizada, en actores involuntarios de un show" que a él le reporta un beneficio económico.
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