Los incumplimientos de Rajoy amenazan el pacto con Rivera

Ante los incumplimientos, este miércoles Ciudadanos ha buscado y logrado el apoyo del PSOE y de Podemos para que el Congreso investigue la presunta financiación ilegal del PP. También ha empezado a negociar con Pablo Iglesias una reforma constitucional para acabar con los aforamientos, aceptando incluso la convocatoria de un referéndum para que los ciudadanos validen el cambio. Además, esos dos partidos se han intercambiado documentos para impulsar la limitación de mandatos presidenciales, que afectaría muy especialmente a Rajoy. Y, finamente, Ciudadanos se ha reunido con el PSOE en Murcia y ha marcado el 27 de marzo como fecha límite para que Pedro Antonio Sánchez dimita como presidente de Murcia por estar imputado. Si antes no es desimputado o deja el cargo, Rivera forzará unas elecciones autonómicas a las que necesita llegar con alguna victoria política.

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En plena fase final de la negociación de los presupuestos para 2017, Rajoy y Rivera han trasladado todos esos desencuentros a su ya complicada relación con reproches públicos y parlamentarios cargados de desaires. La decisión de buscar rápidamente socios alternativos para hacer realidad todos esos contenidos de los pactos alcanzados con el PP es el mejor resumen de que su acuerdo está cerca de llegar al punto de no retorno. También es el termómetro de cuánto está dispuesto a arriesgar Ciudadanos para lograr sus objetivos: nunca antes había acordado nada con Podemos.

“Nuestro grado de confianza en el PP ha disminuido en lo que tiene que ver con la regeneración, no en las materias en las que ha habido acciones coordinadas”, ha especificado Juan Carlos Girauta, portavoz parlamentario de Ciudadanos. “De una manera u otra, todo iba funcionando razonablemente bien”, ha seguido en referencia a la acción combinada de los dos partidos para impulsar una Ley de Autónomos, mejorar la conciliación, abrir negociaciones para firmar un pacto educativo o estudiar una reforma de la ley electoral. “Pero cuando llega la palabra corrupción, se cierran como una ostra y eso no hay quien lo abra. Pues mire usted, tenemos el abridor de ostras”, ha subrayado en referencia al PSOE y a Podemos.

"Cada uno tiene derecho a construir su juego y sus escenarios como quiera", ha explicado un miembro de la dirección del PP sobre Ciudadanos. "Y ellos han construido su identidad política a través de la regeneración", ha añadido este consejero de Rajoy, que atribuye muchos de sus desencuentros con Rivera a la distinta interpretación de la textualidad de los puntos de su acuerdo. 

El partido de Rajoy cree que la formación de Rivera no ceja en su empeño de lograr la dimisión del presidente de Murcia porque ha perdido peso político en el Congreso, donde el inicio de la legislatura ha demostrado que sus 32 diputados no sirven para decidir mayorías ni influir en los grandes asuntos. Según esa argumentación, Ciudadanos se prepara para un posible adelanto electoral en Murcia (e incluso en España) buscando una victoria política que le refuerce ante su electorado, demuestre su utilidad y llene de contenido su apuesta programática por regenerar las instituciones. Los consejeros de Rivera lo niegan y explican la situación de otra manera.

"Hemos endurecido el tono porque en el PP no aceptaban cumplir con lo que habían firmado en el tema de la corrupción", ha explicado un dirigente de la máxima confianza del líder de Ciudadanos. "Creemos que es bueno que se ponga en marcha la comisión de investigación sobre la presunta financiación ilegal del PP. Y si es sin el PP, lo haremos sin el PP", ha subrayado. "No estamos en la clave del adelanto electoral. Hay que seguir la hoja de ruta de poner en marcha las propuestas".

Los dos partidos admiten la posibilidad de un adelanto electoral en Murcia. Y ninguno rehuye esa opción. El PP, porque se quedó a solo un escaño de la mayoría absoluta en las elecciones de mayo de 2015; y porque ha unificado a todo el partido entorno a Sánchez, que será revalidado como presidente regional y candidato único a finales de este mes. Ciudadanos, porque ha logrado con el resto de la oposición un cambio de la ley electoral murciana que favorece a los partidos minoritarios al instaurar la circunscripción única (lo que dificulta las mayorías absolutas); y bajar al 3% de los votos el límite obligatorio para entrar en la Cámara regional.

Sin embargo, el conflicto que se dirime en Murcia es solo un ejemplo del pulso que se disputa en toda España: la relación entre el PP y Ciudadanos está marcada porque aspiren a ocupar un mismo espacio electoral, el de los votantes de centro derecha.