Cuatro condenados por estafar 39 millones a cientos de Testigos de Jehová
El Supremo confirma las condenas impuestas a cuatro directivos de esta organización que crearon una estafa piramidal
El Tribunal Supremo ha confirmado las condenas de entre tres años y tres años y medio de cárcel a los cuatro responsables de una estafa piramidal que ascendió a 39 millones de euros y que afectó a más de 1.300 personas en toda España, cientos de ellos pertenecientes a los Testigos de Jehová. El engaño se produjo entre 1998 y 2002 a través de las empresas Rural New Life, S.L., y Mutua Mas Vida, esta última una entidad que se comprometía a garantizar asistencia sanitaria no invasiva, que excluía transfusiones de sangre en las intervenciones quirúrgicas, vetadas en esta religión, de ahí que haya cientos de afectados Testigos de Jehová.
Los condenados a tres años y medio de cárcel son Juan Andrés Torrecillas Martínez, uno de los socios fundadores de Rural New Life y expresidente de Mutua Mas Vida, y Diego Luna Sánchez, delegado de ambas entidades en la zona de Catalunya, quien aprovechó su cargo de “anciano” (una especie de pastor) en los Testigos para convencer a centenares de feligreses para que suscribieran contratos de inversión y pólizas de seguros. A tres años de prisión han sido condenadas dos hermanas, María Mercedes y María Nieves Torres Salado, la primera directora jurídica de las dos entidades, y la segunda fundadora y exsecretaria del Consejo de Mutua Mas Vida. Las dos fueron además designadas albaceas testamentarias del fundador y primer presidente de Rural New Life, ya fallecido.
La sentencia del Supremo confirma la dictada por la Audiencia Provincial de Barcelona el 29 de enero de 2015, que condenó a los cuatro acusados por un delito continuado de estafa (con el agravante de abuso de confianza y con perjuicio de notoria importancia), en concurso con un delito de insolvencia punible.
El Supremo solo ha estimado estimado parcialmente el recurso de las dos mujeres y las ha absuelto por el delito de insolvencia punible.
Según los hechos considerados probados de la Audiencia de Barcelona, el objeto social de Rural New Life, con sede en Sevilla, era la captación de inversores privados a través de una red comercial distribuida por toda España para invertir en el mercado inmobiliario y en bolsa y comprar participaciones en otras empresas. “Sin embargo, los citados acusados decidieron -de común acuerdo e inducidos del ánimo de enriquecimiento injusto- ofrecer a partir del año 1999 como señuelo a los futuros inversores unos contratos de préstamo (bajo la denominación de Plan Inversión y Plan Ahorro, en adelante PIN y PAN) en los que se hacía constar una rentabilidad garantizada entre el 10 y el 13%, a pesar de ser plenamente conscientes que no se iba a invertir el capital captado en ningún bien concreto que produjera tales elevados dividendos”, concluyeron los jueces de Barcelona. “Conscientes de que solo con la entrada de nuevos capitales (pirámide) podrían hacer frente a las obligaciones contraídas, establecieron una red de sucursales (12 en toda España)”, a la que hicieron llegar unos folletos de propaganda donde se prometían esos intereses a riesgo cero.
A finales del año 1998, al comprobar que muchos de los inversores pertenecían a la congregación religiosa Testigos de Jehová como consecuencia de que la mayoría de delegados de zona eran miembros directivos de la misma y ofrecían los productos PIN y PAN a los feligreses de su comunidad, el primer presidente de Rural New Wife (ya fallecido), otro socio que está ahora en paradero desconocido, y Torrecillas, decidieron ampliar y completar la estructura piramidal fraudulenta mediante la fundación de Mutua MAS VIDA, una entidad de naturaleza aparentemente asistencial que serviría para que los mismos inversores ya captados por Rural New Life SL, se decidieran a adquirir también participaciones como mutualistas, a cambio de garantizarles no solo una asistencia sanitaria no invasiva que excluía toda posibilidad de transfusiones de sangre en las intervenciones quirúrgicas, tratamiento clínico que prohíbe dicha religión, sino también intereses elevados de sus aportaciones económicas.
“Consiguieron de esta manera y gracias a la "fe ciega" de los suscriptores consecuencia de compartir un mismo ideal religioso basado en la inmoralidad de toda mentira, que a comienzos del año 2001 entre ambas entidades tuvieran ya casi 3.000 partícipes entre inversores y asegurados”, indica la sentencia.
El Consorcio de Compensación de Seguros llegó a un acuerdo con 1.312 asegurados de Mutua Mas Vida para la adquisición y subrogación por valor del 89,31% de cada título o participación, por valor de 11 millones de euros. Pero el Consorcio no asumió los créditos correspondientes a la mercantil Rural New Life, dado que era una sociedad privada con ánimo de lucro, y tenía aún pendiente pendientes de cobro por parte de los inversores 27,9 millones de euros. La sentencia, en concepto de responsabilidad civil, condena a los cuatro acusados a indemnizar conjunta y solidariamente a los afectados y al Consorcio de Compensación de Seguros por la cantidad estafada, declarándose responsable subsidiario –no solidario como había dicho la Audiencia de Barcelona—la sociedad Rural New Life respecto a sus inversores perjudicados.
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