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Podemos ve en Fidel Castro un “referente de la soberanía” y advierte contra las “injerencias exteriores”

El partido de Iglesias reconoce también los "límites y contradicciones" de su trayectoria

Francesco Manetto
Pablo Iglesias, este sábado tras participar en el acto de homenaje a Marcos Ana.
Pablo Iglesias, este sábado tras participar en el acto de homenaje a Marcos Ana. Fernando Villar (EFE)

La dirección de Podemos lamentó este sábado el fallecimiento de Fidel Castro ensalzando al mandatario como un referente no solo para Cuba o América Latina, sino también para “todas aquellas luchas por la soberanía que han ido aflorando en el panorama internacional en las últimas décadas”. El líder de la formación, Pablo Iglesias, habló de las “luces y sombras” de su proyecto y destacó: “Se va un referente de la dignidad latinoamericana y de la resistencia soberana”. Esta idea fue, al margen de las consideraciones sobre su gestión, la que presidió la mayoría de las reflexiones de los dirigentes del partido. “Muere Fidel Castro, protagonista del siglo XX. Patria como soberanía popular y justicia social”, escribió en Twitter el número dos de Podemos. Íñigo Errejón. El diputado Pablo Bustinduy, responsable de política internacional, pidió apoyo para los cubanos en la etapa que se inaugura. Carolina Bescansa, secretaria de análisis, confió en que el nuevo ciclo desembocará en una “democratización plena y la elección democrática directa de los responsables legislativos y ejecutivos”. Y, sobre el futuro de Cuba, la cúpula avisó de que “se situará siempre contra cualquier tipo de injerencia exterior o interferencia ante una decisión que corresponde exclusivamente al pueblo cubano.

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Con todo, a diferencia de Izquierda Unida y del PCE, Podemos admitió también las sombras del castrismo. “En su larga trayectoria se evidenciaron también los límites y las contradicciones tanto de su propia experiencia como del contexto histórico en el que esta sucedía”, señala un comunicado emitido por el partido. Su dirección considera que las palabras que acompañaron la retórica de la revolución deben volver a llenarse de contenido. “Patria, dignidad, emancipación, justicia social: son todos significantes de un legado que está hoy por repensar y analizar, con rigor y espíritu crítico, huyendo de hagiografías pero también de simplificaciones. La historia le absolverá, como dijo en unos de sus célebres discursos, o no; pero sin lugar a dudas con la muerte de Fidel Castro se pierde a uno de los personajes internacionales más influyentes y carismáticos del último medio siglo”, recalca su análisis.

“Desde Podemos”, prosigue la formación, “consideramos que todos los desarrollos políticos y económicos que puedan producirse en la isla deberán ser siempre fruto de la voluntad del pueblo cubano. A las conquistas de la revolución, que no deben olvidarse y son dignas de consolidarse, les corresponde ahora una profundización de la apertura en la esfera civil”. En este contexto, el partido pide al Gobierno español que “esté a la altura de las circunstancias”. “Entendemos necesario que España juegue un papel activo en el proceso de cambios que se ha abierto en Cuba”. Las prioridades consisten ahora en “que se produzca de manera inmediata e irreversible el fin del bloqueo, que ha golpeado de manera injustificable al pueblo cubano a lo largo de todas estas décadas”.

Izquierda Unida se deshizo en elogios hacia Castro y al análisis priorizó la emotividad. “Su compromiso y su lucha inquebrantables por la soberanía y bienestar social del pueblo cubano, junto a su firme determinación con los valores de igualdad, justicia social, libertad y dignidad que representa el socialismo han hecho de Fidel un ejemplo revolucionario para todos y todas nosotras”, defendió la federación de izquierdas. José Luis Centella, secretario general del PCE, escribió una carta a Raúl Castro en la que califica a Fidel de “político preclaro y de extensa visión, hasta el último momento una guía para toda la izquierda mundial”.

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Sobre la firma

Francesco Manetto
Es editor de EL PAÍS América. Empezó a trabajar en EL PAÍS en 2006 tras cursar el Máster de Periodismo del diario. En Madrid se ha ocupado principalmente de información política y, como corresponsal en la Región Andina, se ha centrado en el posconflicto colombiano y en la crisis venezolana.

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