Primero el retrato y luego el relato

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Pasan los días y los diputados del PSOE siguen sin saber lo que deberán votar en la segunda investidura de Mariano Rajoy (si es que obedecen la decisión que tome el Comité Federal el próximo domingo). Los politólogos, los expertos en comunicación y los tertulianos insisten en que es muy importante que los socialistas tengan un buen relato sobre la decisión de abstenerse. Sin embargo, antes del relato hace falta el retrato y los principales líderes socialistas que defienden la abstención en privado siguen sin retratarse en público.

Frente a los defensores del “no es no”, que dan la cara sin complejos, los principales barones regionales siguen remoloneando con eufemismos. Tan solo Guillermo Fernández Vara, el presidente de la Junta de Extremadura, ha sido claro y tajante desde la noche del 26-J: “O se gobierna o, si no se puede, se deja gobernar”. Otros líderes envían a sus segundos mientras ellos (o ellas) esperan en la retaguardia.

¿No sería mejor fijar públicamente y de una vez la posición? Retratarse frente a todos y defender la postura con argumentos; que los hay. Con eso, los socialistas se evitarían estar los próximos seis días sometidos al bombardeo de unos y otros, a las especulaciones y a las noticias de miles de firmas que supuestamente tienen los pedristas para echar a la comisión gestora y convocar un congreso de inmediato.

La noticia sería muy sencilla: los presidentes regionales del PSOE en Andalucía, Castilla-La Mancha, Extremadura, Comunidad Valenciana, Aragón y Asturias (con nombres y apellidos) apoyarán la abstención en la investidura de Rajoy. A lo mejor otros líderes con peso en el partido se sumaban a la decisión y, confirmado el retrato, se pondrían a hacer el relato. Algo muy importante para que los socialistas puedan iniciar su reconstrucción lo antes posible. Otra cosa es la táctica de cómo ejecutar la decisión de pasar a la oposición.

Frente a los más agoreros, que anuncian que una decisión de ese tipo supondría la muerte del PSOE, los movimientos recientes de Podemos pueden facilitar las cosas a los socialistas. Su líder máximo, Pablo Iglesias, en su nuevo intento de aniquilar a Íñigo Errejón, se sitúa cada día más a la izquierda, en la calle con los antisistema y los independentistas. Con 85 diputados, quien encabece el PSOE (sea quien sea) será el líder indiscutible de la oposición con amplio margen de maniobra hacia la izquierda y con posibilidades de hacer una política transversal frente a un Gobierno en minoría.