Gafas para combatir la pobreza
Más de 100 oftalmólogos españoles previenen y curan la ceguera en países con bajos recursos
En el mundo hay aproximadamente 39 millones de personas ciegas y 246 millones que presentan baja visión, según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). La entidad asegura que en el 80% de los casos la discapacidad visual se puede prevenir o curar, pero el 90% de los enfermos vive en países de medios o bajos recursos, con poco o ningún acceso a la salud oftalmológica. Para mitigar ese problema, más de 100 oftalmólogos y ópticos españoles trabajan en 25 de los países más pobres del mundo, donde distribuyen gafas, realizan cirugías y ofrecen formación a enfermeros locales.
La OMS considera que, junto a las vacunaciones, la mejora de la visión es la acción sanitaria más efectiva para luchar contra la pobreza. "El 80% de lo que aprende un niño se procesa a través del sistema visual. Si garantizamos el acceso a la salud de los ojos a poblaciones con pocos recursos, estamos garantizando su acceso a la educación", explica Covadonga Basaran, médico del Centro Internacional para la Salud del Ojo. Basaran dirige la Fundación de Salud de Burkina Faso. Ella explica que en ese país africano solo van al colegio los niños que nacen en años pares. "Si solo la mitad de ellos puede estudiar y la otra mitad no ve, nunca podrán romper el ciclo de la pobreza", ha afirmado la médica este jueves en un encuentro en la CaixaForum por el Día Mundial de la Visión, organizado por la Sociedad Española Contra la Ceguera en Países en Desarrollo (Poderver).
Las principales causas de la ceguera y baja visión son las cataratas y no poder acceder a unas gafas. Según explica Julio Yangüela, presidente de Poderver, una operación de catarata dura 20 minutos y cuesta, de media, 25 euros en esos países. El oftalmólogo también defiende que es posible fabricar gafas por menos de 10 euros. Con ese presupuesto, la asociación ha realizado más de 10.000 intervenciones quirúrgicas y ha facilitado más de 6.300 gafas desde 2011, cuando empezó su labor.
Yangüela y sus compañeros voluntarios han creado centros de oftalmología permanentes en Bolivia, Perú, Etiopía, Ecuador y Kenia. Para dar continuidad a su proyecto, ofrecen becas a estudiantes locales y forman a enfermeros, cirujanos de cataratas y expertos en oftalmología pediátrica. "Cada nuevo profesional puede atender entre 5.000 y 10.000 personas. Y la formación cuesta 10.000 euros por año, durante cuatro o cinco años", comenta Yangüela.
Mujeres, las más afectadas
Dos tercios de las personas que padecen algún tipo de discapacidad visual en el mundo son mujeres. María Jesús Aparicio, oftalmóloga voluntaria de la asociación Medicus Mundi en Burkina Faso, relata que uno de sus mayores retos en ese país africano es lograr que las madres y sus hijas vayan a las consultas. Aunque ella y otros voluntarios hayan construido centros médicos y quirúrgicos, muchos pacientes viven lejos de la zona urbana y tienen que emprender un viaje para llegar a la consulta. "Si ya es difícil que un hombre se presente en el consultorio, lograr que lleven a sus mujeres y niñas es casi imposible. La salud de las mujeres no es importante", lamenta Aparicio. "Aquí, si eres un niño ciego, todavía puedes ir al colegio. Pero a las niñas que no ven les atan a las sillas para que se queden en casa, por miedo a que les pase algo", cuenta la médica.
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