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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

¿Les jeux sont faits?

Desde las elecciones han cambiado dos piezas clave: el Partido Popular, lastrado por la corrupción, y Podemos

Francesc de Carreras

“Cuando teníamos las respuestas, nos cambiaron las preguntas”. Esta enigmática frase estaba escrita en un grafiti de una pared de Quito (Ecuador). Según Juan Cruz, que lo sabe casi todo, así se lo contó el poeta ecuatoriano Jorge Enrique Adoum a Mario Benedetti y éste la expandió por el mundo.

Pues bien, en este largo proceso de formación de Gobierno, al día siguiente de las elecciones parecía que el PSOE, aun con un mal resultado, tenía la clave para encontrar aliados a derecha o izquierda. Desde entonces, sin embargo, han cambiado dos piezas clave: el Partido Popular y Podemos.

El primero porque en dos meses, tras lo descubierto en Valencia y en Madrid, más Rodrigo Rato, es la viva imagen de la corrupción y la impasible dirección del partido, personalizada en Mariano Rajoy, no ha hecho nada para borrarla sino al contrario, ahí está la protección a Rita Barberá, una mina de efectos retardados a punto de explotar. Así, el partido conservador es en estos momentos un dinosaurio a la deriva y su líder, como ocurrió con Artur Mas, a punto de la dimisión.

Podemos es un caso distinto. Ahí el problema es de un mal planteamiento táctico y estratégico, quizás inevitable por ser lo que son: a Pablo Iglesias le interesan más lo cargos que los proyectos políticos. ¿Esto es el cambio? Y cuando plantea proyectos, o bien le asoma la patita totalitaria, como que los jueces no deben ser independientes sino “estar comprometidos con el programa del Gobierno del Cambio”, después rectificado pero que ahí queda; o bien, hacen unas cuentas económicas que no se las cree nadie, ni en España ni en Bruselas. Por ahora es un partido honrado pero no es un partido serio.

¿Qué nos queda? Pues nos quedan el PSOE y Ciudadanos, que no suman solos (130 diputados), pero que se han puesto de acuerdo en un programa y dejan al PP (123) en una situación subordinada pero con la que deben comprometerse para regenerarse y para demostrar que son un partido responsable.

En esta ronda o, probablemente, en la siguiente, se formará Gobierno. Como en la ruleta de Montecarlo, quizás les jeux sont faits.

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