Respaldo al plan de Marina para que los profesores hagan más práctica
Docentes y expertos analizan la propuesta encargada por el Gobierno. El punto más conflictivo, la evaluación
El filósofo José Antonio Marina pide que su plan para la carrera de los profesores, elaborado por encargo del Gobierno y presentado el lunes, se someta a debate. Seis profesionales del mundo educativo lo han examinado para EL PAÍS. Aplauden que este proyecto aumente las prácticas en el aula de los futuros docentes y que dé más peso al director. Y recelan de una evaluación que tenga efectos en su sueldo y en su historial laboral, lo más polémico del documento.
El profesor Marina entregó el lunes en el Ministerio de Educación su Libro Blanco sobre la Profesión Docente y pidió que se enviara a todos los centros educativos y se abriera el debate. Sindicatos docentes, expertos de Didáctica y Psicología y un representante de directores de instituto lo han analizado. En síntesis, critican la falta de concreción, el papel de las evaluaciones y que un documento así se presente al final de una legislatura y sin un cálculo de su coste. La propuesta anterior que estuvo más cerca del éxito, el estatuto docente de 2007, quedó en la cuneta porque Hacienda consideró que sería demasiado caro. Ven un acierto que los futuros maestros hagan dos años de prácticas en las aulas y que el proyecto incluya opciones para progresar en la carrera docente.
Propuesta “en el aire”
Los sindicatos rechazan que la evaluación “sistemática” del docente influya en su sueldo y creen que para examinar la calidad de la enseñanza se deberían observar también los medios y recursos del centro. “No lo consideramos punto de partida para ningún debate”, dice Francisco García (CC OO) sobre el Libro Blanco. “Es una propuesta en el aire”, ahonda Nicolás Fernández Guisado (ANPE), que pide al Gobierno que aclare si lo asume como propio. Educación anunció que sería un “borrador” a revisar a partir de enero, si el PP repite en el Gobierno. Las centrales comparten que se analice el desarrollo de la carrera profesional pero “respetando los derechos adquiridos”, dice Fernández Guisado.
“Evaluar a los docentes es bastante complicado. No está claro qué es lo que hace un buen profesor y existen hasta 30 variables que tienen relación con los resultados de sus alumnos, desde la familia a la organización del colegio”, añade José Gimeno Sacristán, catedrático de Didáctica de la Universidad de Valencia (UV).
Marina propone que el aspirante estudie cualquier carrera (incluido Magisterio), que pase una prueba estatal y luego haga un máster. El portavoz de CC OO y el experto de la UV solicitan que esa prueba global se haga antes de empezar en la Universidad. Y Gimeno defiende que incluya una entrevista: “No se puede ver si alguien será buen profesor preguntando por los afluentes del Ebro”.
Respecto al máster, que se estudiaría en centros de nueva creación, “los alumnos que lleguen de las facultades de Educación no estarán en igualdad de condiciones con el resto”, critica Elena Martín, catedrática de Psicología de la Autónoma de Madrid, que participó en un intento de evaluación docente con el Gobierno del PSOE hace más de 20 años. “Es muy interesante la fase de prácticas, aunque una preparación de siete años es excesiva”. “Necesitamos que ya desde la facultad, el futuro maestro tenga mucha más visión de la práctica en el aula”, comparte también Ana Cobos, presidenta de la confederación de orientadores COPOE.
Marina prevé más formación para los orientadores y solicita una mayor profesionalización de los directores. “Comparto que se mejore la selección y formación de los directores y también que se nos dé autonomía en el trabajo”, añade Alberto Arriazu, presidente de la federación de directores de instituto Fedadi. Arriazu se felicita porque se hable de la formación del docente, pero no cree que el asunto salga adelante. “Hace más de 30 años que estamos en este debate”, concluye.
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