¿Qué cambios baraja el presidente para su nuevo Ejecutivo?
El presidente del Gobierno y del PP comunica al Rey la formación de su nuevo Ejecutivo Después justificará los cambios, que se prevé sean más leves en el Gabinete que en el PP
El PP tiene contabilizados 1.400.000 votantes que se quedaron en sus casas y no les apoyaron en las elecciones municipales del 24 de mayo. Otros 652.000 se fugaron a Ciudadanos. Mariano Rajoy despachará este miércoles su nuevo Gobierno con el rey Felipe VI y presentará luego un Gabinete para el que ha buscado y reforzado la proyección de los ministros “más empáticos con la calle y las necesidades sociales de la gente” sin variar de política económica. La figura que emerge para encarnar esta etapa es la del ministro Alfonso Alonso. El objetivo es recuperar el voto perdido de los simpatizantes más desencantados.
El presidente del Gobierno tiene para este miércoles una jornada apretada de actos, llamadas y conversaciones, que comenzará a las nueve con la sesión de control en el Congreso. Luego acudirá a La Zarzuela y comunicará al Rey los cambios en su equipo que lleva semanas pergeñando en La Moncloa, tras escuchar las ideas, quejas y propuestas de casi todos los ministros y de dirigentes del partido.
En el Gobierno y el PP están convencidos de que Rajoy no variará ahora de política económica (aunque no se descarta una sorpresa en las personas que encabezan ahora esos ministerios), porque entienden todos que esas duras reformas eran necesarias para salvar a España de la crisis y la quiebra y pueden reportar frutos entre los partidarios más reflexivos. El problema mayor que encuentran los estrategas populares es volver a recuperar al simpatizante y elector del PP al que se falló en las expectativas, en el programa y en las promesas y se le trató, además, con soberbia y suficiencia. Ese es el aspecto principal que se pretende corregir ahora con un Gobierno con pocas caras nuevas, pero sí con algunas relevantes, y mejor imagen en puestos de gran proyección.
Alonso y Cospedal
La figura a la que se dirigen todas las miradas es la del actual ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, al que se proyecta para un puesto más trascendente en el Gobierno y/o también en el PP.
El otro dilema a resolver es el cargo que ocupará Dolores de Cospedal, ahora secretaria general del partido. Rajoy le ha ofrecido un ministerio, mantenerse como número dos en el PP y reforzar su equipo en el partido con un coordinador general de peso político, algún nuevo vicesecretario y un equipo que empieza a trabajar desde ya al frente de la inminente y clave campaña electoral. Cospedal, este martes, aún no había acudido al Parlamento de Castilla-La Mancha a recoger su credencial como nueva diputada autonómica.
Los ministros y miembros del PP coinciden en especular con que habrá más novedades y ajustes en el partido que en el Ejecutivo. Lo hacen sobre la creencia de que no tendría mucho sentido ni explicación una gran remodelación del Gabinete a tres meses del final de la legislatura y a cinco de las elecciones generales, si finalmente las convoca para el 22 o 29 de noviembre como ha afirmado varias veces públicamente. En privado, a distintos políticos de la oposición y del PP les ha confesado recientemente que aún dudaba sobre la mejor fecha para la cita con las urnas.
Ser más simpáticos
Rajoy ha pedido opiniones y consultado propuestas pero no ha contrastado nombres. Lo que todos los dirigentes de su entorno más próximo le han aconsejado es que deben hacer inmediatamente otro tipo de políticas. Unos lo denominan “bajar y pisar más la calle” y otros prefieren el concepto de “conectar más y mejor con las demandas reales de la gente”. Un miembro de la dirección fue más contundente: “Empatizar más quiere decir ser más simpáticos, porque ahora caemos muy mal, y que cuando alguien del Gobierno sale y dice que es necesario subir los impuestos no lo haga con risitas e incluso que tampoco supone un gran gasto reducir el IVA cultural o fastidiar a todos los funcionarios con los moscosos o los horarios de los martes por la tarde”. El puyazo se dirige contra el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, al que muchos en el PP y el Gobierno cuestionan por su “falta de piel” con los electores en general y muy en particular “con nuestro electorado”.
El PP confía menos en el resultado real que pueda producir la única estrategia que han puesto en marcha desde el 24-M de ataque duro al PSOE y a su líder, Pedro Sánchez, porque no creen que el volumen de votante moderado que se le pueda morder por ese lado a los socialistas vaya a ser al final elevado.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.