_
_
_
_

Un médico fallecido es el foco del posible contagio de la cooperante

La mujer repatriada de Malí se pinchó con una aguja en una “zona de alto riesgo”

José Naranjo
La médico de MSF entra en el hospital Carlos III de Madrid.
La médico de MSF entra en el hospital Carlos III de Madrid.Getty Images

Se llamaba Hassan Diomandé y trabajaba como médico de familia en la clínica Pasteur de Bamako, la capital de Malí. A finales de octubre se contagió de ébola tras atender a Sekou Koïta, el imán de Koulémaré procedente de Guinea que introdujo la enfermedad en Malí, y el 11 de noviembre ya tenía los primeros síntomas, por lo que fue ingresado en la unidad de tratamiento situada en el Centro Nacional contra las Enfermedades de Malí (CNAM) de Bamako, gestionado por un equipo de Médicos sin Fronteras-España (MSF). Se trata del único caso confirmado que ha pasado por esas instalaciones. El accidente que ha aconsejado la repatriación a Madrid de la médica navarra de MSF tuvo lugar este jueves cuando se pinchó con una aguja atendiendo a este paciente, que falleció poco después.

Más información
La cooperante está “bien y en contacto con su familia”
La cooperante con riesgo de ébola ya está en el Carlos III de Madrid
Los condicionantes de la espera
Repatriada una cooperante navarra desde Malí por posible ébola
Todo sobre el ébola

Teresa Sancristóbal, responsable de la intervención de MSF en Malí, aseguró ayer a EL PAÍS que “el accidente se produjo cuando el enfermo, fruto de la desorientación, dio un manotazo en el momento en que se le estaba realizando un procedimiento con un inyectable”. Asimismo, ha confirmado que dicho inyectable no había estado en contacto aún con el enfermo, pero que al tratarse de un accidente en una zona considerada de alto riesgo “se decidió evacuar a esta persona”. La cooperante repatriada llevaba menos de 21 días en Bamako.

La capital de Malí se ha convertido en el más reciente foco de la epidemia de Ébola que se extiende por África occidental y que continúa activa en cuatro países de la región. Es la nueva y más reciente frontera de un brote que preocupa mucho porque ha irrumpido en una ciudad de casi dos millones de habitantes que, al igual que ocurre en Sierra Leona, Guinea o Liberia, tiene una débil estructura de salud y cuyas autoridades no estaban preparadas. Este país ha registrado ya siete fallecimientos por ébola según el Gobierno (la OMS, de momento, ha registrado cinco) y, en la actualidad, tiene unas 360 personas bajo vigilancia.

El primer caso se detectó en Malí el pasado 24 de octubre. Fue una niña de dos años y medio que viajó junto a su abuela desde la vecina Guinea hasta la ciudad de Kayes, al oeste del país, donde falleció ese mismo día. Sin embargo, ninguno de las 118 personas que fueron puestas bajo vigilancia por este primer caso desarrolló la enfermedad.

La epidemia no está controlada, pero no avanza al ritmo vertiginoso con que lo hacía hace dos meses

Pocas horas después de la muerte de la pequeña, otra persona enferma de ébola viajaba también desde Guinea hasta Malí. Se trataba del imán de Koulémaré, que falleció el 27 de octubre en la clínica Pasteur de Bamako tras contagiar a un enfermero, al doctor Diomandé y a un amigo que fue a verle. Los tres han fallecido, así como una mujer y su hijo que estuvieron en contacto con este último. En total, siete muertos, seis en el foco de Bamako y la niña en Kayes.

Tras la irrupción del brote en Malí, Médicos sin Fronteras envió un equipo primero a Kayes y luego a Bamako, en total 14 personas, coordinado por la sección española de la ONG. En la capital maliense gestionan una unidad de tratamiento situada en el CNAM, en el barrio de Djicoroni Para, que abrió sus puertas el 4 de noviembre. Ayer por la mañana sólo había un paciente sospechoso en dicho centro.

La epidemia de Ébola en África Occidental está lejos de estar controlada, pero no avanza al ritmo vertiginoso con que lo hacía hace dos meses. El panorama es un poco más optimista en Liberia, donde el brote parece en franco retroceso, especialmente en la capital, Monrovia. Así lo ha confirmado el director del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) estadounidense Thomas R. Frieden, quien, en unas recientes declaraciones a The New York Times ha asegurado que “ha habido un cambio sustancial en la evolución de la epidemia en Liberia” y habla de “decrecimiento del número de casos”.

Liberia sigue siendo el país más afectado, con 2.964 muertos

Entre las razones que han contribuido a una mejora de la situación en Liberia, que sigue siendo el país más afectado por el virus con 2.964 muertos, se encuentran el despliegue de la ayuda internacional, la construcción de nuevos centros que ha permitido aislar de forma segura a un elevado número de pacientes, la creciente movilización ciudadana y los cambios de hábitos en la población.

Sin embargo, el nuevo foco detectado en Bamako y la tenaz persistencia de contagios en Guinea y Sierra Leona, donde preocupa el avance del virus hacia la capital, Freetown, son las malas noticias. Ya lo dijo la presidenta liberiana, Ellen Johnson-Sirleaf, durante un reciente mensaje televisado dirigido a la nación: “Mientras nuestros vecinos no hayan derrotado al virus, Liberia no podrá ser declarado libre de Ébola”. De hecho, los organismos internacionales están realmente inquietos con la evolución que vive Sierra Leona. Sólo en los últimos siete días se han producido 200 nuevos contagios, y la provincia Occidental, donde se encuentra la capital, acumula ya 810 casos y supera a las de Kailahun y Kenema, que fue por donde penetró el virus desde la vecina Guinea y que en verano eran las más afectadas.

En total, en la región africana afectada por el ébola, ha habido hasta ahora 15.140 infectados, de los que han muerto 5.419.

Plazos y factores

48 horas.Las primeras 48 horas tras el pinchazo de la médica se cumplen hoy. A partir de ahora es posible detectar el virus (si lo hay). Este plazo se extiende hasta los 21 días.

El pinchazo. El origen de la aguja es muy importante. No es lo mismo si había pinchado a un enfermo antes, si ha estado en contacto con material contaminado o si solo ha estado en zona de riesgo.

Antecedentes. La experiencia con el VIH indica que un pinchazo es una situación de riesgo, pero tiene un aspecto a favor: la sangre del herido sale, lo que dificulta que el fluido contaminado entre.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

José Naranjo
Colaborador de EL PAÍS en África occidental, reside en Senegal desde 2011. Ha cubierto la guerra de Malí, las epidemias de ébola en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Congo, el terrorismo en el Sahel y las rutas migratorias africanas. Sus últimos libros son 'Los Invisibles de Kolda' (Península, 2009) y 'El río que desafía al desierto' (Azulia, 2019).

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_