Desde la zona cero

Debemos estar tranquilos, por más que los policías, bomberos y demás profesionales que esta mañana han venido estén hablando por teléfono con familiares y amigos diciendo que se encuentran en la zona cero. El epicentro de la noticia: la comunidad de vecinos, a la que pertenezco, donde ha estallado el primer caso de ébola en Europa. Debemos estar tranquilos, porque la racionalidad nos lo exige y porque los medios de comunicación hacen su trabajo informándonos de todo aquello que nuestras autoridades sanitarias no se han tomado la molestia de venir a decirnos en persona.

Ayer iban a desinfectar el piso: nadie vino, pero ahí quedó el comunicado de prensa oficial. Ayer estuvimos esperando también que algún especialista (no la ministra ni la directora general de sanidad, tampoco aspirábamos a tanto, sino una persona cualificada como no están demostrando serlo las aludidas), viniera a reunirse con nosotros y tranquilizara los ánimos. Pero como siempre, tuvimos que conformarnos con el plasma. Quizás porque nuestros políticos tienden a confundir cada vez más el concepto de ciudadanía por el de masa votante a la que deben acercarse sólo en vísperas electorales, para evitar contagios indeseados.

Por Luis Fernández Colorado, vecino de la enfermera contagiada.