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Obama destaca el papel del Rey en las “estrechas” relaciones mutuas

Don Felipe se reúne con el presidente de EE UU tras reclamar en su estreno ante la ONU medidas urgentes contra el cambio climático

Felipe VI estrecha la mano de Barack Obama en Nuyeva York.
Felipe VI estrecha la mano de Barack Obama en Nuyeva York.EFE

El rey Felipe VI se presentó ayer ante el mundo como jefe de Estado con dos mensajes, uno en cada mano, que formarán parte indisoluble de su reinado: el compromiso de España por la paz y la estabilidad mundial como aliado de la coalición que combate el terrorismo internacional y la necesidad de tomar medidas urgentes contra el cambio climático. El primero recorrió el encuentro de media hora, más de lo previsto, que el Rey mantuvo en Nueva York con el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en el que ambos acordaron seguir trabajando juntos ante los “retos internacionales” en una asociación “más importante que nunca”, según fuentes oficiales estadounidenses. Obama destacó el papel del Rey en las “estrechas relaciones” entre ambos países. El segundo mensaje centró su discurso en la Cumbre del Clima con motivo de la 69ª Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York, su estreno en el gran foro internacional ante los principales líderes mundiales.

Don Felipe y Obama se reunieron de forma “distendida y cordial”, según fuentes oficiales españolas, en el hotel Waldorf Astoria de Nueva York, donde se hospeda el líder norteamericano durante la Asamblea de Naciones Unidas. Fue una conversación “en buena sintonía” en la que los dos líderes abordaron “de forma somera” los conflictos internacionales, los temas bilaterales entre España y Estados Unidos (economía, política y cultura, entre otros temas) y en el que constataron las “excelentes relaciones” entre los dos países. Más tarde, ambos coincidieron en la tradicional recepción de Obama en el mismo hotel a los representantes mundiales presentes en Nueva York. En la reunión estuvieron presentes el ministro de Exteriores español, José Manuel García Margallo; el embajador de España en Washington, Ramón Gil Casares, y el jefe de la Casa del Rey, Jaime Alfonsín. Por parte de Obama acudió su Consejera de Seguridad, Susan Rice, y el embajador estadounidense en Madrid, James Costos.

“Ha sido una primera toma de contacto y una deferencia por parte del presidente Obama haberse reunido con el Rey durante esta Asamblea General”, comentaron fuentes oficiales españolas, que destacaron que el líder estadounidense tiene previsto reunirse de forma bilateral con muy pocos mandatarios mundiales en Nueva York. En este sentido, el encuentro confirmó el interés de Obama por empezar a colaborar con el nuevo Jefe del Estado de un país aliado en un momento particularmente convulso en todo el mundo. Obama llega a la cumbre de Naciones Unidas atosigado por múltiples cuestiones: el desafío terrorista del Estado Islámico, la tensión con Rusia por Ucrania, la crisis del ébola, el desafío del clima... Horas antes de la reunión, Estados Unidos y sus aliados árabes habían bombardeado posiciones del autoproclamado Estado Islámico en Siria, un salto cualitativo en la lucha contra los terroristas islamistas. España forma parte de la coalición internacional que lucha contra el Estado Islámico, pero su colaboración se limita a Irak y no contempla tropas sobre el terreno ni ataques aéreos. En Irak, el Gobierno legítimo solicitó una intervención armada extranjera, algo que no ha sucedido en Siria, lo que otorga al Gobierno español una cobertura legal para su apoyo militar.

Caitlin M. Hayden, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de EE UU, resumió así la entrevista: “Ha sido una oportunidad para el presidente de ofrecer su felicitación personal al Rey por su coronación. Ambos abordaron la estrecha cooperación entre Estados Unidos y España, tanto bilateral como por su condición de aliados en la OTAN, a la hora de responder a los retos internacionales. Están de acuerdo en que las dos naciones deben continuar trabajando juntas para reforzar una asociación más importante que nunca y la amistad de los dos Gobiernos y de los dos pueblos”.

La grave situación de Oriente Próximo estuvo sobre la mesa durante la reunión. Otro de los asuntos que se trató fue la presente Asamblea General de Naciones Unidas y, en este marco, la candidatura de España a un asiento en el Consejo de Seguridad para los años 2015 y 2016, que se resolverá en octubre. Turquía y Nueva Zelanda son los otros dos países que optan por el bloque occidental. El Rey, según informó Exteriores días atrás, se está volcando en apoyo de la candidatura española durante su estancia en Nueva York. Otro de los temas abordados, informaron fuentes oficiales, fue la comunidad hispana en Estados Unidos, que cuenta con cincuenta millones de personas, y la posibilidad de colaborar en algunas efemérides al respecto.

El Rey, según las mismas fuentes, estuvo todo el día informado de la crisis de Gobierno provocada por la dimisión de Alberto Ruiz Gallardón como ministro de Justicia por la retirada de la reforma de la Ley del Aborto. En este sentido, el Jefe del Estado acudió a la Misión de España ante Naciones Unidas, es decir, a suelo español, para cumplir con su función constitucional y firmar los decretos del relevo en Justicia, cuyo nuevo titular es Rafael Catalá, ex secretario general de Infraestructuras.

Urgencia del cambio climático

Unas horas antes del encuentro con Obama, el Rey edificó su discurso sobre el clima sobre dos pilares: no hay tiempo que perder y toca acelerar contra un cambio climático que causa terribles desastres y amenaza la sostenibilidad del planeta. Fue un mensaje apremiante en la cumbre convocada por el Secretario General, Ban Ki-moon, en el que alternó la urgencia responsable con el optimismo de la acción. “El reto común que representa el cambio climático ha adquirido una mayor urgencia. Amenaza los equilibrios básicos que hacen posible la vida y la continuidad de nuestra civilización y nos obliga, por ello, a actuar con decisión”, proclamó.

Don Felipe abordó la tribuna con una cuidada barba y un traje gris. En español, bajo la mirada de la Reina Letizia, presente en la sesión, arrancó sus palabras con una referencia al histórico momento que él mismo, en su fuero interno, estaba viviendo: “Es realmente un honor para mí hablar hoy por primera vez, como Rey de España, ante las Naciones Unidas. Y me alegra especialmente que sea con motivo de esta Cumbre sobre un tema tan fundamental para el presente y futuro de nuestro planeta”. La primera fue un reflexión personal, un recuerdo de la infancia: “Pertenezco a una generación inspirada por una imagen: la imagen de un pequeño y frágil planeta azul, tomada por los pioneros de la carrera espacial. El impacto de aquella primera visión de la Tierra desde el Cosmos nos hizo comprender de verdad que, por encima de las fronteras y a pesar de nuestras diferencias, compartimos un mismo hogar y nos enfrentamos a retos comunes”.

Tras la emoción, los hechos, el peligro real: “Los habitantes de las islas vulnerables del Pacífico, del Índico o del Caribe, o de las zonas costeras en muchos de nuestros países, no pueden esperar; tampoco los habitantes de zonas montañosas donde desaparecen los glaciares, ni los de regiones enteras amenazadas por la desertificación, o quienes dependen para su subsistencia de los mares y de los océanos. Que nadie se llame a engaño. Ninguno de los países aquí representados puede esperar. Detrás del ascenso de unos pocos grados de temperatura, están en juego vidas humanas y la continuidad misma de nuestras sociedades”.

Parafraseando muchos de los eslóganes oídos en las calles de Nueva York y decenas de ciudades de todo el mundo el pasado domingo, el Monarca español insistió en que “no podemos esperar” porque “hay razones para la esperanza”. Don Felipe destacó el consenso básico mundial sobre los peligros que acechan y los avances de los últimos años, “por mucho que estos hayan sido insuficientes. “Ahora toca acelerar el paso”, remachó. Emplazó a todos a tomar “una decisión clave para el futuro del planeta en menos de un año”, en la Cumbre del Clima de París en 2015. De allí debe salir un nuevo acuerdo global y vinculante que permita combatir el cambio. “Seamos ambiciosos, seamos inteligentes, seamos sensibles y solidarios”, reclamó.

El Rey destacó el compromiso “firme” de España contra el cambio climático. Recordó las medidas puestas en marcha para reducir las emisiones. “Estamos cumpliendo los objetivos de reducción de los gases de efecto invernadero fijados para 2020. Y nuestra siguiente meta es reducir nuestras emisiones en un 40% en 2030, respecto de los niveles de 1990”, explicó. Como principal éxito, expuso la transición que, según dijo, España está haciendo hacia un modelo de crecimiento basado en energías renovables y tecnologías limpias. “Me permito destacar con orgullo que España se ha convertido en el primer país del mundo en el que la energía eólica se ha situado como la primera fuente de generación de electricidad a lo largo de un año completo”, enfatizó.

Los proyectos Clima, de adquisición por parte del Estado de reducciones cuantificables de CO2 a las empresas, o Huella de Carbono, para animar a las empresas a que calculen cada año su huella y la registren oficialmente como incentivo para mejorar su eficiencia, fueron puestos como ejemplo por el Rey de la voluntad “descarbonizadora” de España. En el ámbito internacional, puso en valor que España ha sido el primer país en contribuir al Fondo de Adaptación.

“La escala temporal de la lucha contra el cambio climático se mide en décadas y siglos”, recordó Don Felipe. “No podemos buscar las soluciones ni de forma aislada ni en el corto plazo; solo las encontraremos si somos capaces de forjar un compromiso global y duradero”, advirtió. Y concluyó solemnemente: “No podemos permitirnos el fracaso. Hay demasiado en juego. Aseguremos que las siguientes generaciones puedan contemplar desde el espacio la visión que inspiró a mi generación: la de un planeta pequeño y frágil; perdido en la inmensidad del Cosmos, pero todavía capaz de albergar el milagro de la vida”.

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