Pujol hijo: “La gente no va por la vida con mochilas con billetes de 500 euros”
La defensa del hijo del expresidente catalán lo presenta como un “dinamizador de negocios”
Las cinco horas de declaración como imputado de Jordi Pujol Ferrusola ante el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz sirvieron ayer para que el hijo del expresidente catalán se desvinculara de la denuncia de su exnovia, María Victoria Álvarez, de que viajaba a Andorra con mochilas cargadas de billetes de 500 euros: “La gente no va así por la vida”, dijo Pujol Ferrusola, según fuentes de su defensa. Sobre su relación con Álvarez, las fuentes próximas al imputado la calificaron de “íntima”, pero sostienen que no era de una confianza tal que le llevara a contarle detalles de sus actividades mercantiles. “Yo las exclusivas las doy aquí, en el juzgado”, ironizó Pujol Ferrusola ante el magistrado.
El primogénito del exmandatario catalán explicó las 27 facturas por servicios de intermediación y asesoría con empresas contratistas de la Generalitat y que le reportaron ingresos de 7,5 millones de euros entre 2004 y 2012. Según las mismas fuentes próximas a Pujol Ferrusola, este se presentó como un “dinamizador de negocios” con “gran habilidad para conseguir contratos gracias a sus contactos profesionales”.
Mientras que la policía sostiene que el dinero, que fue movido por 13 países entre ellos varios paraísos fiscales, proviene de comisiones ilegales por mediar en contratos de la Generalitat de Cataluña, la defensa de Pujol Ferrusola insiste en que es fruto de trabajos estrictamente legales. Según la defensa, su trayectoria profesional, que comenzó con la venta de pieles catalanas a Corea del Sur desde una empresa de Nueva York, sus conocimientos para desarrollar negocios como la construcción de un centro de tratamiento de residuos en México y un sistema de red eléctrica en Gabón, la ampliación de una refinería en Cartagena (Murcia) o la edificación de un hotel en Ibiza.
Sobre el negocio de Gabón, señaló que fue posible por sus contactos con los hermanos andorranos Josep y Pierre Duró, que habían montado una red comercial en el país y se llevaron el 82 por ciento de los beneficios de este negocio. Su comisión fue del 18 por ciento y se fue prolongando según se iba ampliando la instalación eléctrica.
Respecto al pelotazos urbanísticos en Palamós (Girona), por el cual Pujol Ferrusola adquirió una finca en 2002 por 217.000 euros y la vendió, previa recalificación, en 2005 por 4,5 millones, la defensa argumentó que los solares fueron vendidos por el cuñado de Gironés, que le dijo que algún día se modificaría el planeamiento urbano de la localidad, gobernada por CiU en el momento de la primera venta y por el PSC cuando se produjo la segunda. En todos los casos, según esta parte, las plusvalías generadas por la compra-venta tributaron legalmente.
Este martes también ha declarado, como testigo, Cristina Isabel de Francisco, la supuesta socia de Pujol Ferrusola. De Francisco, que trabajaba como secretaria del primogénito del expresident, rechazó que mantuviera negocios juntos con su jefe y aseguró que se limitó a reservar el nombre de una de sus compañías, Project Marketing Cat, como trámite previo a su constitución y siguiendo las instrucciones de sus jefes.
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