Rajoy viajará a Argentina en julio para sellar la reconciliación
El presidente propondrá a Fernández una alianza estratégica con España tras el conflicto de YPF
Atrás quedaron los tiempos en los que el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, decía hace dos años, tras la nacionalización del 51% de YPF que pertenecía a Repsol, que Argentina se había "dado un tiro en el pie" e iba a ser un "apestado internacional" de donde nadie querría invertir. Repsol acaba de cobrar su indemnización en títulos públicos argentinos, los que ya liquidó entre bancos, al igual que el 12% que aún mantenía en la petrolera sudamericana. Y el presidente de Gobierno, Mariano Rajoy, visitará Argentina en la primera quincena de julio próximo, según fuentes diplomáticas.
Rajoy quiere relanzar así la relación entre España y Argentina y para que no sea solo un gesto simbólico le propondrá a su par Cristina Fernández de Kirchner que ambos países sellen una alianza estratégica. España ha rubricado pactos de esta índole con varios países europeos, como Francia, Italia y Portugal, algunos africanos, como Marruecos y Argelia, y solo uno latinoamericano, México. Una alianza de este tipo implicaría cumbres presidenciales anuales o bianuales y mecanismos de comunicación más fluidos entre los dos Gobiernos.
También Fernández desea recibir a Rajoy en un año de estancamiento económico que la encuentra en búsqueda de inversiones. El ministro de Relaciones Exteriores argentino, Héctor Timerman, tiene previsto viajar a Madrid el 1 de julio para llevarle la carta de invitación al presidente del Gobierno, según fuentes diplomáticos. No se descarta que Timerman vuele antes, dada la premura de Rajoy por venir ese mismo mes. El presidente del Gobierno también ha sido invitado por la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, para asistir al Mundial de fútbol, que se celebrará del 12 de junio al 13 de julio.
A Rajoy le interesa la alianza estratégica con un país en el que las empresas de España han invertido 29.000 millones de euros, el 6% del total que acumulan en el exterior, y donde viven 404.000 de sus ciudadanos. La mayoría de estos españoles son nacidos en Argentina y descendientes de peninsulares y tienen doble nacionalidad.
Argentina sigue siendo importante para la inversión española, más allá de que ya no está más Repsol. Aquí están BBVA y Santander, que al igual que los demás bancos en Argentina han recibido recientes reproches del Gobierno de Fernández por los altos tipos de interés de los créditos para consumidores y empresas, y también Telefónica, que posiblemente participe de la subasta que acaba de anunciar el Ejecutivo para instalar la tecnología móvil 4G en el país. Endesa, aunque controlada por la italiana ENEL, sigue estando radicada en España y sus conflictos por los cortes eléctricos en Argentina suelen derivar en gestiones diplomáticas de Roma y Madrid. España es el segundo mayor inversor extranjero en Argentina, detrás de EE UU, en parte también por la presencia de empresas como Mapfre, Prosegur, Gas Natural Fenosa, PRISA (editora de El País), NH, Codere, Planeta, Indra, Abertis y Cirsa, cuya recaudación en un casino conjunto con el empresario local Cristóbal López en Buenos Aires está siendo investigada en los tribunales.
La población española en Argentina ha aumentado en los últimos años por el regreso de hispanoargentinos por la crisis en España y por los hijos y nietos de quienes migraron tras la Guerra Civil y que han recuperado la nacionalidad por la ley de Memoria Histórica. En 2013, unos 18.000 españoles se radicaron en Argentina, pero la mayoría de ellos son oriundos de este país. El año pasado, la cantidad de españoles que iniciaron el trámite de residencia en Argentina, es decir, aquellos que no nacieron en su territorio, fueron unos 2.700. De cualquier forma, no hay país del mundo fuera de España con más españoles que Argentina. El segundo es Francia, con 215.000. Y la cifra puede subir aún más si prospera el proyecto de Rajoy de otorgar la nacionalidad a judíos sefardíes. Argentina es el país con el cuarto mayor colectivo de judíos del mundo, con 382.000, solo superada por Israel, EE UU y Francia.
Argentina está relanzando sus relaciones económicas internacionales tras la devaluación del peso de enero pasado, que ocurrió ante la escasez de divisas del país. El país sudamericano busca exportar más, recibir inversiones y que el sector privado capte crédito. Para ello ha emprendido diversas acciones. Ha mejorado sus estadísticas públicas, aunque persistan ciertas críticas, para acercarse a los inversores internacionales y para evitar sanciones del Fondo Monetario Internacional (FMI). Ha pagado a Repsol, como uno de los gestos necesarios para atraer a petroleras extranjeras para que se asocien con YPF en el rico yacimiento de hidrocarburos no convencionales de Vaca Muerta. Ha acordado con los países ricos del Club de París, incluida España, que el próximo día 28 comiencen las negociaciones formales para saldar la deuda que dejó de pagarles en su crisis de 2001. Además ha aceptado la presión de Brasil para elaborar una propuesta conjunta de Mercosur para sellar un tratado de libre comercio con la Unión Europea. Esta semana se reunieron los negociadores del bloque sudamericano en Caracas.
La alianza estratégica entre España y Argentina mejoraría la comunicación, aunque claro que no fue por falta de diálogo que Fernández decidió volver a estatalizar YPF, una empresa que para muchos argentinos es sinónimo de patria. El Gobierno argentino dirá que la expropió por la insuficiente inversión de Repsol y la petrolera española, que porque el país sudamericano quería quedarse con los activos que tenía en Vaca Muerta. Pero aquellas son discusiones del pasado.
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