El caso del ácido bórico
Una sustancia usada como matacucarachas hallada en un registro de ETA dio pie a otro bulo
Se llamó el “caso del ácido bórico”, y provocó ríos de tinta porque supuestamente vinculaba a ETA con miembros de la lucha yihadista. Todo era falso.
En un escueto informe de tres páginas firmado el 21 de marzo de 2005 por tres peritos de la Policía Científica se hacía constar que una de las sustancias halladas en el piso de Hassan el Saski, condenado a 15 años de prisión por los atentados, era la misma que la encontrada en un registro de 2001 de un piso franco de ETA en Salamanca.
El informe decía lo siguiente: “Dado lo poco frecuente en que esta sustancia ha sido intervenida en hechos terroristas y a que nosotros ignoramos su verdadera aplicación en relación con estos hechos, existen varias posibilidades, tales como: conservante de los explosivos de tipo orgánico, enmascarar el explosivo para que no pueda ser detectado por perros especialistas, etc. Nos lleva a la posibilidad de que el autor/autores de estos hechos estén relacionados entre sí y/o hayan tenido un mismo tipo de formación y/o sean el/los mismos autores”.
Esta conclusión, sin ningún argumento o base científica que la sustentase, fue eliminada del informe por los superiores de los peritos, lo que llevó a los medios afines al PP a plantear una conspiración en toda regla para exculpar a ETA. El ácido bórico, además de usado como matacucarachas, también se utiliza para evitar el mal olor de los pies.
En 2008, la Sección 15 de la Audiencia de Madrid corroboró la mentira con una sentencia que absolvía del delito de falsedad a cuatro altos cargos de la policía científica. El texto arremetía contra uno de los peritos que había vinculado a ETA con los yihadistas y confirmaba lo irrelevante de que en dos casas distintas se encuentre "una sustancia de uso doméstico".
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