Rajoy denuncia ante la ONU el paraíso fiscal gibraltareño
Es la segunda vez que el presidente interviene en la Asamblea General
Como había anunciado, Mariano Rajoy aprovechó anoche su discurso ante Naciones Unidas para reivindicar Gibraltar, aunque con menos contundencia de lo esperado. Tras recordar que es la única colonia que queda en Europa, denunció que el Reino Unido viene desoyendo el mandato de descolonización aprobado en los años sesenta por la Asamblea General y el compromiso adquirido con España en Bruselas en 1984. “Este anacronismo sigue causando inconvenientes a los ciudadanos de Gibraltar y de la zona adyacente”, afirmó, sugiriendo que los problemas cotidianos que afectan al Peñón (del contrabando a los controles de la Verja) se derivan de su carácter colonial. “España reitera una vez más su llamamiento al Reino Unido para retomar el diálogo bilateral y la cooperación regional”, concluyó.
Rajoy dedicó buena parte de su discurso a defender la candidatura de España para ocupar un asiento rotativo en el Consejo de Seguridad en el bienio 2015-16. Aunque la cooperación española se ha derrumbado en los últimos años, Rajoy hizo valer las cuantiosas contribuciones de la etapa de Zapatero y prometió que “a medida que la economía española está volviendo a crecer, volveremos a apoyar estos esfuerzos con una inversión en cooperación al desarrollo generosa, inteligente y eficaz”. Lo que quizá no fue tan afortunado es asegurar que, si España vuelve al Consejo de Seguridad, lo hará “con el mismo espíritu” que en la anterior ocasión. Entonces, en 2003, Aznar apoyó la invasión de Irak en contra de la ONU.
Más allá de las palabras, está por ver si España y Reino Unido pactarán, como en años anteriores, la resolución que cada octubre se presenta ante el Comité de los 24 (descolonización) de la ONU sobre Gibraltar o si Madrid opta por denunciar los incumplimientos británicos. Ello dependerá, según fuentes diplomáticas, de que haya un acuerdo sobre la puesta en marcha de los grupos ad hoc que -- con participación de Londres, Madrid, Gibraltar y la Junta andaluza—deben discutir asuntos como pesca o medioambiente y sustituir al denostado Foro Tripartito.
El segundo gran objetivo de Rajoy en Nueva York es vender la mejora de la situación económica. Si hace un año, argumenta el presidente, todo el mundo preguntaba por el rescate financiero de España, ahora la cuestión es cuándo y cómo de intensa será su recuperación. La ONU no es el único foro en el que Rajoy defenderá que, gracias a las reformas del Gobierno, España ha dejado atrás lo peor de la crisis. El presidente se ha reunido esta mañana con el consejo editorial de The Wall Street Journal, que el lunes publicó una entrevista con él, y ha dado otra a la agencia económica Bloomberg TV. Este mismo mensaje ofrecerá mañana en el Council of Foreign Relations, un centro privado con más de de 80 años de historia dedicado al fomento de las relaciones internacionales.
Por último, Rajoy defenderá en la ONU la candidatura de España para ocupar un asiento rotativo en el Consejo de Seguridad durante el bienio 2015-16. Aunque aún falta un año para que se vote, el Gobierno es consciente de la dificultad del empeño, pues se enfrenta con Nueva Zelanda, que cuenta con el respaldo de los pequeños estados del Pacífico, y Turquía, una potencia emergente con creciente influencia en Asia y África. Para evitar que se repita el fiasco de Madrid 2020, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, está multiplicando durante esta semana los contactos bilaterales en Nueva York para pescar votos.
Aunque la cooperación española se ha derrumbado en los últimos años, Rajoy hará valer las cuantiosas contribuciones realizadas en la etapa de Zapatero y, antes de intervenir ante la ONU, participará en la presentación de resultados del fondo conjunto con el PNUD (Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo) para el cumplimiento de los Objetivos del Milenio, al que España ha aportado 665 millones en el periodo 2007-13 y del que se han beneficiado casi nueve millones de personas.
Rajoy será también uno de los primeros mandatarios occidentales en entrevistarse con el nuevo jefe de Gobierno iraní, Hasan Rohaní, verdadera estrella de esta sesión de la Asamblea General, después de que Obama –con quien no llegó a reunirse—le tendiera públicamente la mano para resolver mediante el diálogo la disputa sobre el programa nuclear. La agenda de Rajoy se completa con sendas entrevistas con los presidentes de Chile y Perú, Sebastián Piñera y Ollanta Humala, enfrentados por la delimitación de sus aguas territoriales.
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