El PSOE revisará su forma de gastar

Uno de los asistentes a las jornadas sobre fiscalidad organizadas en Badajoz por el PSOE, excargo del partido y trabajador de la Agencia Tributaria hasta ayer mismo que se jubilaba, cogió el micrófono y dijo: “En España hace falta una reforma fiscal desde hace mucho tiempo, no es de ahora. Antes de la crisis el sistema ya era ineficiente, ya los que más tenían no pagaban, ya las rentas del trabajo soportaban el grueso de la recaudación... Se tenía que haber reformado el sistema entonces”.

Los socialistas debatían ayer por primera vez su propuesta de reforma en profundidad del modelo fiscal —que se cerrará en la Conferencia Política de octubre—, y el secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, tuvo que escuchar de varias bocas esa misma sugerencia velada (que no llegó a ser crítica abierta): el PSOE pudo hacerlo cuando gobernaba. Él no lo dijo, pero sí subrayó que el partido ha decidido ahora “repensar a fondo” su proyecto y que será “radical” y “valiente” al hacerlo.

Quizá por eso, unas jornadas montadas para debatir fundamentalmente la reforma del sistema impositivo español —“para que paguen más los que más tienen, los que más ganan y los que más heredan”, insistió Rubalcaba— derivaron en un análisis más amplio de cómo hacerlo mejor desde el Gobierno si el PSOE llega a recuperarlo. El propio Rubalcaba, el exlehendakari Patxi López y varios de los intervinientes plantearon la necesidad de analizar cómo gestiona la izquierda el gasto público, y cómo combatir el sambenito de ineficiencia y despilfarro que el PP ha adjudicado tradicionalmente a los socialistas.

Los socialistas abogan ahora por cambiar el “estatus” financiero de la Iglesia

“La izquierda debe introducir las palabras eficiencia, productividad y competitividad en los servicios públicos. Si no, vendrá la derecha a decir que son insostenibles y que hay que privatizarlos”, señaló López, que propuso evaluar permanentemente las políticas de gasto y subvenciones condicionándolas a los resultados para evitar abusos (algo que plantearon también otros socialistas). “Tenemos que examinar el gasto en educación, sanidad, empleo... Con la perspectiva de la austeridad, la eficiencia y la redistribución. Garantizar que no se desperdicia ni un euro. No tenemos un dinero infinito. Hagámoslo, revisémoslo. Y planteémonos si estamos siendo eficientes y, sobre todo, lo redistributivos que debemos ser”, añadió Rubalcaba, que invitó a los socialistas a pensar en ello para un próximo debate sobre el Estado de bienestar que el PSOE tiene pendiente.

Respecto a su plan de reforma fiscal —adelantado la víspera—, el secretario general aseguró que lo llevará adelante aunque inquiete a las grandes fortunas. “Anoche ya recibí varias llamadas...”, dijo con misterio. No llegó, sin embargo, a comprometerse a que un Gobierno del PSOE no volverá a bajar impuestos, como le había pedido Juventudes Socialistas. A quienes en Twitter reclamaban que se recorte también la financiación de la Iglesia católica (que el anterior Gobierno del PSOE incrementó) les respondió con una noticia: “Sí, hay que revisar el estatus financiero de la Iglesia. Lo haremos en la Conferencia Política”.

José María Peláez, de la asociación de inspectores de Hacienda, aplaudió la propuesta del PSOE de reorganización del modelo fiscal pero advirtió: el centro del debate debe ser la lucha contra el fraude. “Por ahí, 60.000 millones dejan de recaudarse cada año”.