“Durante mi mandato no tuve constancia tratos inhumanos” de las tropas españolas

Dos días después de anunciar la retirada de las tropas españolas de Irak, en 2004, el entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, mantuvo una conversación telefónica con Geroge W. Bush, su homólogo estadounidense. "Fue difícil. Cuando el presidente de EE UU lo primero que te dice, después de darte los buenos días, es que se siente profundamente decepcionado, te entra un sentimiento de preocupación", ha reconocido Zapatero, quien ha señalado que en aquel momento sentía que abandonar Irak era el principal compromiso contraído con los ciudadanos. Cuando se cumplen 10 años de aquella guerra, el expresidente sostiene que la comunidad internacional ha aprendido la lección y que ahora es impensable una acción de ese tipo sin contar con el apoyo de Naciones Unidas.

El expresidente ha asegurado esta mañana, en una entrevista en la cadena SER, que desde el 19 de abril de 2004, cuando dio la orden de retirada, hasta el 20 de mayo, cuando el último soldado español salió de Irak, obtuvieron una información "muy intensa" de lo que sucedía en en el país —sobre todo respecto a la seguridad de las tropas— y que no tuvieron "absolutamente ninguna" constancia de denuncias de tratos inhumanos. Zapatero se ha manifestado así al hilo de las imágenes difundidas por EL PAÍS que muestran a varios soldados pateando a dos hombres indefensos. El expresidente ha expresado su confianza en que el Ministerio de Defensa abra una investigación y, "en su caso, si es necesario, tome las medidas de responsabilidad que merecen las personas que hayan hecho eso", y ha explicado que esta misma mañana ha hablar con el ministro de Defensa por aquel entonces, José Bono, quien ha confirmado que nunca recibieron denuncias, ni en vídeo ni por escrito.

Zapatero ha insistido en que la retirada de Irak fue el compromiso más importante que adquirió con los ciudadanos en las elecciones de 2004 y que su decisión no hizo más que responder a la exigencia social. "Actué tan rápido porque tenía miedo de que, si pasaban los días y las semanas, las presiones fueran muy fuertes", ha apuntado. "Hay promesas que a veces puedes cumplir y otras que no, porque no dependen de la voluntad política, pero aquí las excusas eran difíciles", ha continuado el expresidente, quien ha definido la intervención en Irak como un error que podría haber abierto una brecha entre el mundo islámico y el mundo occidental. No obstante, ha destacado el cambio realizado en 2005 en la normativa española, que establece que las Fuerzas Armadas solo pueden participar en el exterior en misiones de paz y seguridad con el amparo de Naciones Unidas y el apoyo del Parlamento.

El expresidente no solo ha tenido palabras para la guerra de Irak, sino que también se ha referido a la situación del partido socialista —que se ha enfrentado a "algunas circunstancias que no han sido favorables"— y al mandato de Alfredo Párez Rubalcaba: "Cuando fui líder del PSOE siempre aprecié el apoyo y sé lo difícil que es estar al frente de la dirección, por lo que deseo que [Rubalcaba] tenga ese respaldo y mantendré la lealtad a mis ideas y mi coherencia".