“Nos están hundiendo”

Ángel Pena es propietario desde hace más de 30 años de una tienda de alimentación en la calle de Zorrilla, detrás del Congreso. Apostado en el mostrador, explica que desde hace 10 días, cuando se anunciaron los nuevos recortes, vende un 60% menos. El fuerte dispositivo policial que hay en la zona para evitar manifestaciones frente a la Cámara baja está perjudicando a comerciantes y hosteleros. “Nos están hundiendo”, se lamenta.

Incluso cuando se permite el paso, hay agentes de guardia y las vallas quedan apiladas en los laterales de las calzadas. “Esta es una zona de turismo y aunque dejen pasar, hay gente que no lo hace. Y si pasa no se para por miedo a que pueda ocurrir algo”, dice enfadado Serafín Montiel, que regenta el quiosco de la plaza de las Cortes desde hace 33 años y asegura que sus ventas han caído un 50%. A estas quejas se unen las de algunos restaurantes, cuyos responsables afirman que han perdido reservas porque sus clientes no han podido llegar al local.

Hosteleros y comerciantes consultados señalan no estar en contra de que el Congreso sea protegido pero creen que las medidas son excesivas y que el perímetro de seguridad debería estar más acotado. “Que cerquen el edificio pero no todas las calles adyacentes”, agrega Montserrat Galera, propietaria de una farmacia en la calle del Marqués de Cubas.