UM tenía una caja B con dinero negro de comisiones, según su excontable
Llompart ratifica la tesis del fiscal y afirma que "grandes cantidades de dinero negro" eran controladas por la expresidenta Munar
En la sede central de Unió Mallorquina (UM) en Palma existía una ‘caja B’, con dinero negro -paralela a la caja y contabilidad oficiales-, que se nutría de las comisiones abonadas por las empresas contratistas y proveedoras de la Administración donde UM tenía poder. Las compañías "rendían cuentas" y pagaban "comisiones" al partido, según el relato que efectuó ante la Audiencia de Palma el antiguo contable del grupo, el economista Álvaro Llompart. UM gobernó, alternativamente, con el PP y el PSOE de 1983 a 2010.
Además de los 60.000 euros en negro para gastos corrientes –hecho que conocía la ejecutiva- en UM existía una tercera caja exterior, repartida en diferentes despachos particulares, con el dinero que se recaudaba entre compañías colaboradoras. Era “la caja B de las grandes cantidades que controlaba la señora Munar”, según la tesis de la fiscalía, refrendada por el contable.
Llompart recogió en cientos de folios las cuentas del dinero sucio. No destruyó las pruebas como le ordenó la dirección, antes del registro de las oficinas de UM en Palma, en 2010, cuando ya habían desaparecido ordenadores y rastro de los fondos.
Este lunes Llompart fue testigo del fiscal anticorrupción en el juicio a los exlíderes de UM, Maria Antònia Munar y Miquel Nadal y otros socios y testaferros en el ‘caso maquillaje’ que concluirá en tres jornadas. La fiscalía reclamó antes de la vista seis años de cárcel para ambos expolíticos, en una de las piezas de las ramas de corrupción de UM que alude a una posible malversación de 240.000 euros de caudales públicos con subvenciones desde el Consell de Mallorca a una productora de televisión VideoU, que el partido adquirió para tener influencia directa.
El contable Llompart, que era alto cargo del Instituto de Estrategias Turísticas de Baleares en 2010, fue detenido y está imputado en diferentes causas de corrupción de UM. Pactó con los fiscales y devino cooperador de la justicia al confesar hechos delictivos y ayudar a destapar otros casos ignotos para los investigadores. Entregó sus notas contables ocultas.
La expresidenta del Consell de Mallorca y del Parlamento balear, Munar, y el que fuera su mano derecha, el exconsejero de Turismo Nadal, mantienen versiones enfrentadas y se acusan mutuamente sobre los fondos de UM y la maniobra de control de la productora VideoU. Esta sociedad pagó la nómina a casi dos decenas de activistas electorales de UM, indirectamente con fondos oficiales. Varios de ellos lo reconocieron ayer.
El fiscal, con el contable, quiso dejar en evidencia la versión de Munar y su defensa. La exlíder dijo en la vista que “nunca, jamás” manejó dinero negro en UM o propio. Nadal, por el contrario, dice que la exlíder le entregó 300.000 euros en un sobre, una noche, en su coche oficial, para comprar la productora VideoU y su televisión, a la que después regaron con subvenciones desde el Consell. Las supuestas subvenciones ilegales son la raíz del episodio delictivo a examen en la vista.
Los dos antiguos chóferes oficiales de Munar –que le acompañaban a la peluquería o trasladaban a su hijo a clases de repaso a Campos, a 38 kilómetros de su casa, según el abogado de Nadal- dieron una versión favorable a su ex jefa, ante las sospechas del fiscal y de los magistrados ante un posible concierto previo del testimonio. Afirmaron que el auto no circuló aquel día del pase de los 300.000 euros, 21 de noviembre de 2004, y la presidenta estuvo en su pueblo en una fiesta para personas mayores. Los fondos se manejaron al comprar la productora y se disfrazaron con pagarés no ejectuados.
Munar asegura además que ella no era ya la líder orgánica de UM en la etapa que describe Llomaprt. El contable dijo al tribunal que en UM “todo se regía desde la señora Maria Antònia Munar", y que su efímero sustituto, Miquel Àngel Flaquer, -también imputado- le explicó que rendía cuentas a la entonces presidenta del Consell y más tarde del Parlamento.
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