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Cataluña se asoma al soberanismo

El fracaso del Estatuto y la crisis económica insuflan energía al independentismo P Mas lo utiliza para presionar en favor del pacto fiscal

Miquel Noguer

El peaje de la autopista Barcelona-Manresa, uno de los más caros de España, levantó las barreras la tarde del viernes. No fue ningún gesto de gracia de la empresa concesionaria, sino un acto de pragmatismo para evitar daños mayores. Un reducido grupo de conductores se habían plantado ante las barreras y se negaron a pagar. Ante el colapso creado, la concesionaria, en colaboración con los Mossos d'Esquadra, optó por dejar pasar a todos los conductores de la línea. Nadie pagó los cuatro euros que cuestan —ocho en fin de semana— los 30 kilómetros escasos de recorrido.

A la misma hora, Àlex Díaz, de 37 años, llegaba procedente de Barcelona a la estación de peaje de Figueres (Girona). "No quiero pagar", le dijo a la cajera. También le dejaron pasar, eso sí, tras apuntarle la matrícula del coche. Ambas acciones forman parte de la última campaña de insumisión que se ha extendido en círculos independentistas a través de Twitter. La promueven quienes creen que Cataluña, con peajes en más de dos tercios de sus vías rápidas, sufre un trato injusto que debe cambiar. "Esta autopista es de pago desde hace más de 40 años; la obra está más que amortizada, y no puede ser que aquí se pague en todas partes mientras en España no paga nadie", razona Díaz.

La campaña tiene todos los ingredientes para dejar huella, algo poco probable hace menos de una década. Parte del convencimiento de una mayoría de catalanes de que las infraestructuras en Cataluña son insuficientes y caras; lo hace en un momento de crisis económica y con un Gobierno autónomo que ha dicho "comprender" la actitud de quienes la promueven. Y todo en un contexto en el que el sentimiento independentista, si no mayor, al menos se hace oír más que nunca.

Una bandera y un cartel independentistas catalanes colgados en un edificio de Barcelona en 2010.
Una bandera y un cartel independentistas catalanes colgados en un edificio de Barcelona en 2010.gianluca battista

Esta afirmación la sostienen la mayoría de académicos de la más variada adscripción política. El sentimiento independentista, que diferentes estudios situaban en torno al 25% en la década de los noventa, creció con los Gobiernos de Aznar, se consolidó con los de Rodríguez Zapatero y no parece que Mariano Rajoy lo vaya a frenar. Ahora roza el 44%, según la última encuesta de la Generalitat. El catedrático de Ciencias Políticas de la Universidad de Barcelona Joan Subirats defiende que el recorte del Estatuto por parte del Tribunal Constitucional no hizo más que insuflar aire al independentismo, "pero esto ya es la prehistoria". La crisis es ahora el principal motor del soberanismo. "El independentismo aumenta en la media que se ve como la solución a los problemas; mucha gente cree que le iría mejor fuera de España", relata Subirats.

"En Cataluña ha ido calando la idea de que nos toman el pelo, un sentimiento que ya existía pero que no contaba con una política informativa como la actual", opina Ferran Requejo, catedrático de Ciencias Políticas de la Universidad Pompeu Fabra. Se refiere así al discurso perfectamente tejido por el Gobierno de Artur Mas y sus medios de comunicación afines, que permanentemente relacionan los recortes sociales con el "maltrato" que sufre la Generalitat al no tener un sistema de financiación como el del País Vasco o Navarra.

Subirats mantiene que es "dudoso" que a Cataluña le pueda ir mejor siendo independiente, y pone como ejemplo lo que le está ocurriendo al Gobierno de España. "Rajoy no está precisamente tomando decisiones de manera autónoma". Con todo, Subirats sí cree que no es muy sostenible en el tiempo la actual cuota de solidaridad de Cataluña con el resto de España, que según la Generalitat supera el 8% del PIB catalán. "Hay la sensación de que se ha ido demasiado lejos con la solidaridad". De hecho, según el Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat la idea de cambiar el sistema de financiación por uno en el que Cataluña recaude y gestione todos los impuestos es apoyada por el 85% de los votantes de CiU, pero también por el 78% de los del PSC y el 26% de los del PP.

El 45% de los catalanes apoya la vía soberanista, según la Generalitat

La crisis económica y la globalización han puesto en jaque el actual modelo de Estado-nación, afirman los politólogos. Para algunos, lo que ocurre en Cataluña no es tan diferente de lo que pasa en Escocia, donde se celebrará un referéndum de autodeterminación en otoño de 2014. Lo corrobora Bill Kidd, diputado senior del Scotish National Party: "La situación económica tiene mucho que ver con el auge independentista, pero no se puede reducir a esto; simplemente, tanto en Escocia como en Cataluña mucha gente cree que estaría mejor con un Estado propio, y los movimientos que hacen tanto el Gobierno británico como el español para frenarlo crean más movimientos de solidaridad hacia ellos", asegura.

En Cataluña hablar de independentismo, o como mínimo defender un trato singular, ha dejado de ser tabú. La principal patronal, Fomento, ha mostrado su apoyo inequívoco a la demanda del concierto económico de Artur Mas, y entidades como el Consejo de la Abogacía se han pronunciado como nunca lo habían hecho en defensa de la inmersión lingüística en catalán en la escuela, o contra el recorte del Estatuto. "Somos 22.000 abogados en Cataluña y hay gente de todas las tendencias políticas, pero está claro que llega un momento en que tienes que mojarte en asuntos que son de vital importancia", explica su presidente, Antoni Molas.

“Ha calado el sentimiento de que nos toman el pelo”, dice Ferran Requejo

El debate es especialmente vivo en el mundo de la cultura. Isabel Martí, directora de La Campana, una de las editoriales independientes catalanas más importantes, ha notado el cambio de paradigma en su propio trabajo. "Hace unos años, si publicabas un libro con referencias al independentismo eras vista como una rareza, estabas condenada", explica. Esta semana, coincidiendo con el Día del Libro, las estanterías de las librerías se han llenado de ensayos políticos, con una eclosión de títulos que analizan el salto al independentismo. "A los jóvenes les interesa especialmente, porque ahora el independentismo es de los pocos ismos que hacen pensar en la posibilidad de un mundo diferente", señala Martí. Pero no tiene claro que eso lleve a alguna parte: "Antes podías ser comunista como ahora puedes ser independentista".

En una línea parecida se expresa el ensayista y profesor de Literatura Comparada Jordi Llovet. Según él, el auge independentista es "propaganda" que rodea el proyecto de Artur Mas. Y alerta: "Con un 60% de la población hablando en castellano y votando a partidos no independentistas esto no va a ninguna parte... Quizá lo más viable sigan siendo los pactos del Majestic".

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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