La disputa de PSOE y PP por la herencia y sus herederos

La herencia recibida ha sido el arma de defensa de los ministros del Gobierno ante el afán de la oposición socialista de pedirles cuentas en la sesión de control al Ejecutivo del Congreso. Como innovación el PSOE ha replicado que para los españoles su problema van a ser los herederos. “Ustedes señores del PP, los herederos, van a ser el problema para este país porque, al menos, en material social, ustedes van ser un mal sueño para España”. Este fue el broche del secretario general del Grupo Socialista, Eduardo Madina, en su interpelación a la ministra de Sanidad y Asuntos Sociales, Ana Mato. Pero el debate más encendido se produjo entre la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y la portavoz socialista, Soraya Rodríguez, también por la herencia.

“No se excuse usted en la herencia recibida para presentar unos presupuestos restrictivos y que supondrán un retroceso para el país”. Nada menos que la portavoz socialista, Soraya Rodríguez, pidió a la vicepresidenta que no hablara del legado recibido por el Gobierno socialista. El abucheo y el griterío de la bancada popular fue estruendoso hasta el punto que Rodríguez, brazos en jarra, exclamó: “Señor presidente, no puedo hablar, no puedo hablar”. Lo reiteró porque, en efecto, los abucheos y exclamaciones a voz en cuello no cesaban. Pues sí, la vicepresidenta del Gobierno adelantó que claro que iba a hablar de la herencia.

“No es lo mismo coger a un país en superávit que en déficit”, dijo la vicepresidenta que atribuyó todos los recortes que su Gobierno va a hacer por el desfase del déficit del 6% al 8,5%. Tanto Rodríguez como el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, negaban con la cabeza. Los recortes en ciernes son “los más brutales de la democracia, cargando el coste de la crisis sobre los trabajadores, a lo que se añade una “vergonzante amnistía fiscal”, replicó la portavoz socialista. También en este terreno la esperaba la vicepresidenta. La historia es larga y en los primeros años de Gobierno del PSOE en los ochenta y en los noventa hubo dos amnistías fiscales que luego ellos mismos prohibieron por ley. “A ustedes les gusta la amnistía fiscal cuando están en el Gobierno y las deploran en la oposición; igual que les pasa con las huelgas generales”.

La dinámica de reproches continuó entre el socialista Pedro Saura y el Ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, también por la amnistía fiscal. Sin demasiada acritud el ministro recordó que este era un procedimiento recomendado por la OCDE cuando hace falta ingresos y subir la recaudación “para no hacer los ajustes sociales” que sí hizo el PSOE, reprochó. La comparación entre unos y otros la continuaron los ministros de Agricultura, Miguel Arias Cañete, en respuesta al socialista Jesús Felipe Sicilia y de la ministra de Fomento, Ana Pastor, al portavoz del PSOE en esa materia, Rafael Simancas. No tenía ganas de polemizar el ministro de Educación, José Ignacio Wert por lo que la respuesta al portavoz socialista de Educación, Mario Bedera, fue moderada en relación a la política de becas.

En este ambiente la propuesta de diálogo del líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, acogidas con desgana por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se diluyeron casi de inmediato. Los propios socialistas reconocieron que si en las próximas horas no se produce un cambio en el Gobierno, mañana jueves votarán en contra de la Ley de Estabilidad Presupuestaria. Su contenido fue pactado en el mes de agosto entre el PSOE en el Gobierno y el PP en la oposición para que el techo de déficit estructural quedara en un 0,4% para entrar en vigor en 2020. El Gobierno ha decidido fijar ese déficit en el 0%. “Más papistas que el Papa porque la Comisión Europea recomienda el 0,5%”, recuerdan en el PSOE.