Las claves para una buena ayuda ante una emergencia humanitaria
El primer impulso tras una catástrofe como el terremoto de Turquía y Siria es prestar asistencia, pero no todo vale. Se trata de canalizar el entusiasmo a través de la formación, la coordinación y la protección para que no provoque efectos indeseados
La magnitud de la catástrofe ha impactado en nosotros y el primer impulso es ayudar, hacer todo lo posible y hacerlo rápido. Es una reacción positiva y necesaria. No podemos permanecer indiferentes al sufrimiento humano. Es una catástrofe. Es una emergencia. Debemos movilizarnos. Ahora bien, no todo vale. La emergencia no justifica la imprudencia.
Tras el primer impulso, es importante, antes de actuar, informarnos bien de cómo hacerlo, para actuar mejor, para que nuestra ayuda sea más eficiente y eficaz. Se trata de canalizar el entusiasmo a través de la formación, coordinación y la protección como forma de minimizar futuros errores. Ante la catástrofe, miles de personas están buscando la manera de apoyar. Desde el Comité de Emergencia de la Organización Médica Colegial, compuesto por los responsables de cooperación de cada colegio, queremos destacar la importancia de canalizar la asistencia de forma efectiva.
Un primer consejo es no fomentar ni participar en colectas de bienes. Las donaciones en especie implican logística y gastos de envío, lo cual dificulta más que ayuda. Cuando hay que enviar ayuda a lugares lejanos, lo más eficaz es donar dinero, recomendablemente a organizaciones que ya están en los países —en Turquía y Siria, en el caso de terremoto del pasado 6 de febrero—, y son expertas en emergencias.
También es importante canalizar al personal sanitario interesado y disponible para acudir a terreno a través del registro de cooperantes de la Fundación de Cooperación de la Organización Médica Colegial. Desde esta plataforma, los facultativos se ponen a disposición de las ONG que demanden sus perfiles, lo que refuerza la actividad de los profesionales en terreno y facilita mucho la logística.
Cómo actuar ante una emergencia sanitaria
Qué no hacer | Qué hacer |
---|---|
Donar bienes | Donar dinero |
Ir por libre | Informarse antes de actuar y no tener prisa |
Actuar de manera inmediata y sin pensar | Las situaciones más críticas siguen aún después de que periodistas y medios de comunicación abandonen la noticia. Recuerda: mañana tu ayuda también puede ser útil |
Compartir imágenes sin criterio. Evita reenviar mensajes falsos o hacer apología de actos violentos o indignantes | Evita reenviar mensajes falsos o hacer apología de actos violentos o indignantes |
Todo vale | Deja de suponer que por ser emergencia todo sirve. La dignidad es tan importante como la vida misma. Las buenas voluntades no siempre son suficiente. Si vas a ayudar, cerciórate que sea con algo útil |
Las ganas de intervenir en terreno ante una emergencia humanitaria van a menudo de la mano de un gran desconocimiento. Tanto del contexto como de las verdaderas necesidades de la población. Con demasiada frecuencia se infravalora el cuestionar tanto la pertinencia de la ayuda que se desea ofrecer a la población local como los potenciales riesgos frente a negligencias, enfermedades y agresiones. También existe aún cierta estigmatización y silencio respecto a la salud mental de nuestros médicos y el impacto de la misma sobre las acciones en terreno. Por todo ello, es esencial prepararse a conciencia una vez se ha meditado muy bien la decisión y hemos conseguido despojarnos de la falta de humildad.
Es importante dignificar la figura del médico voluntario, pero no se debe mitificar ni beatificar. No somos héroes, somos profesionales de la medicina que requerimos de profesionalización para ejercer de manera eficaz nuestra misión en países empobrecidos. Distintas organizaciones trabajan para garantizar esos niveles de profesionalidad mediante la formación y las garantías de seguridad fundamentales para nuestros médicos. También es esencial estar a disposición del médico para resolver dudas, disipar falsas expectativas, y allanar el camino para futuros cooperantes y voluntarios.
Es de vital importancia identificar previamente ciertas vulnerabilidades y carencias que pueden boicotear el entusiasmo y convertirlo en una amenaza más que en una oportunidad
Se puede ayudar desde la promoción de la salud de muchas maneras, incluso sin salir de España. Sin embargo, cooperar va mucho más allá. Pasa por sumar, por integrar a la población local, transformar y provocar cambios que se prolonguen en el tiempo y que no solo den soluciones cortoplacistas.
Conocer el contexto
Existen en España miles de profesionales sanitarios que han participado históricamente, y de diversas formas, a que la población vulnerable de los países empobrecidos tenga acceso a servicios básicos de atención médica. Muchos incentivan que los promotores de salud de estas comunidades puedan ejercer su profesión con dignidad, recursos y la mayor tasa de eficiencia posible. Por suerte, es común entre nuestros profesionales sentir ese “llamado” para ir a terreno, sin embargo, es de vital importancia identificar previamente ciertas vulnerabilidades y carencias que pueden boicotear el entusiasmo y convertirlo en una amenaza más que en una oportunidad.
Antes que nada, para desplazarse a terreno y ejercer de forma eficaz cualquier labor sanitaria, es esencial conocer el contexto al que uno va, desde la absoluta humildad. No por tener la carrera terminada se está preparado para una experiencia donde todo lo vivido es extremo e impredecible. Tomar decisiones en contextos de conflicto armado, crisis humanitarias o catástrofes es extremadamente delicado. Es por ello que la profesionalidad y la humanidad deben equilibrarse con enorme rigor. Es imprescindible complementar el conocimiento específico que cada profesional tenga en su ámbito con herramientas clave para sumar a la población y hacerla partícipe. No es fácil ser útil, y no fútil, en la toma de decisiones y tener la claridad necesaria en situaciones emocionalmente extremas. Es esencial garantizar la eficacia de nuestra acción, pues a terreno se va a aprender y a ayudar, pero nunca a desestabilizar. En definitiva, se trata de canalizar la solidaridad y de vehiculizar el entusiasmo a través de la formación, coordinación y la protección como forma de minimizar futuros errores y evitar repetir los del pasado.
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