El festival de teatro de Uagadugú resiste 20 años después

El Festival de Teatro Les Récréâtrales ha resistido una vez más a la inestabilidad política y social de Burkina Faso. Un mes antes de su 12ª edición, que arrancaba el pasado 28 de octubre, el país sufrió un nuevo golpe de Estado. Pero este contexto no ha frenado la celebración en Uagadugú del certamen, que nació en 2002 de la mano de Etienne Minoungou, eminente figura del teatro burkinés (invitado especial en mayo del festival Harmattan en España), con el objetivo de dar espacio y tiempo a la creación teatral en África.

Cada dos años se seleccionan más de 200 artistas francófonos del continente en todos los ámbitos: autoría, interpretación, escenografía y dirección. El grupo de cada edición se forma en diferentes etapas hasta llegar al periodo de residencias, donde se crean las diferentes obras que se presentarán en la semana del festival, junto con el resto de la programación de obras y actividades. Además, son los barrios de la capital y sus gentes quienes acogen literalmente cada una de las actividades: las obras se hacen en los patios familiares, donde se construyen las escenografías y se recibe al público cada día. Los vecinos están involucrados en la toma de decisiones y participan en las actividades artísticas. ¿Para quién se hace el teatro? El festival de Uagadugú responde a la intención de que sea con y para sus residentes.

El 30 de septiembre Burkina Faso vivió un nuevo golpe de Estado tras el que ya hubo en enero de este mismo año.

En estos 20 años, el barrio se ha beneficiado de la construcción de un teatro permanente, se ha puesto en marcha una escuela de escenografía, un proyecto de teatro para niños y otro para la profesionalización y acompañamiento artístico de jóvenes. Se convierte así en uno de los eventos teatrales de referencia en el continente, no solo por su calidad artística sino también por los evidentes beneficios sociales y económicos para la comunidad.

Pero son tiempos duros para Burkina Faso, sin duda. El 30 de septiembre se dio de nuevo un golpe de Estado tras el que ya hubo en enero de este mismo año. En esta ocasión, el Capitán Traoré arranca el poder al Teniente-General Damiba, que le reprocha lo que este a su predecesor, el Presidente Marc Kaboré: la incapacidad de dar respuesta a la crisis provocada por el avance yihadista.

De esta manera, el poder militar retoma una vez más las riendas del país, como ocurrió en 2014 después de que el pueblo expulsase de forma pacífica a Blaise Compaoré, su dictador durante 27 años y asesino de Thomas Sankara. De forma paralela a esa revolución popular, también se celebraba la edición de 2014 del festival, donde Serge Aimé Coulibaly creó Nuit blanche à Ouagadougou (Noche en vela en Uagadugú) que representaba en escena lo que estaba pasando en las calles.

Tras la transición democrática ocurrida desde entonces, el país ha sufrido enormemente la violenta crisis en la que se sume la región del Sahel, con ataques terroristas que se han endurecido en los últimos años en las provincias que hacen frontera en el norte con Mali y Níger.

Sin poder ignorar el contexto específico actual, Aristide Tarnagda, director del festival, ha llevado a escena una adaptación de la novela del premiado autor senegalés Mohamed Mbougar Sarr, Terre Ceinte (Tierra cercada), en coproducción con los teatros de Namur, el Grand T y el MC93 (Bélgica y Francia). La historia refleja las circunstancias de brutal violencia de una zona ficticia bajo el yugo del extremismo islámico, que hace de espejo a la situación en la que se sume el país.

El festival Les Récréâtrales se centra principalmente en poder generar sentido y vínculos en estos tiempos de fracturas sociales e individualidades

Esta obra da nombre a un proyecto multidisciplinar con personas desplazadas internas de Tenkodogo y Kaya. Por ello, se han llevado a cabo una serie de residencias artísticas a lo largo del año en los campos de refugiados con el objetivo de “dar la oportunidad a esta población de tomar la palabra, de contar su historia como ellos quieren y dar inicio a un proceso de rehabilitación de la dignidad y de cicatrización de heridas”, según sus promotores. Con más de 50 personas en escena venidas del norte de Burkina a la capital, la creación Tu dis PDI (Tú dices persona desplazada interna) ha sido uno de los platos fuertes de esta edición.

Para el espectáculo de inauguración, este año se ha invitado al reconocido bailarín y coreógrafo burkinés Serge Aimé Coulibaly (que hace unos meses presentaba su obra Wakatt en Los Teatros Canal de Madrid). Une veillée au Sahel (Vigilia en el Sahel) contó con la participación de 30 mujeres del barrio y los jóvenes del proyecto de profesionalización artística, y enmarcó el lanzamiento de una semana de efervescencia teatral, ligada inherentemente a la actualidad política y social.

El festival Les Récréâtrales se centra principalmente en poder generar sentido y vínculos en estos tiempos de fracturas sociales e individualidades, y se esfuerza en poner la humanidad en el centro de sus discursos y de sus espectáculos. Aparte de la programación, que incluye obras de autoras de gran prestigio internacional como la camerunesa Léonora Miano y el coreógrafo Salia Sanou, se presentan numerosas actividades: noches de conciertos, lecturas matinales, una exposición de fotografía, talleres para niños y entrevistas a invitados especiales guiadas por el poeta Kouam Tawa, que este año cuenta con la autora y activista senegalesa Ken Bugul, entre otros.

La presidenta del festival, Odile Sankara (hermana de Thomas Sankara), invitada este verano al mercado de artes escénicas MAPAS en las Islas Canarias, autora y actriz, ha participado activamente en varias actividades de la programación. Ha dirigido la iniciativa de lecturas teatralizadas y se ha subido a escena para encarnar a una de las madres que ha perdido a su hijo en la obra Terre Ceinte. Los contenidos del festival están inherentemente ligados a un grito social por la libertad y la justicia.

En 20 años, el proyecto ha evolucionado para anclarse en lo cotidiano de un territorio y construirse para sus habitantes. En estos tiempos en los que en Europa se habla cada vez más de mediación con los públicos, Les Récréâtrales representa una experiencia única de la que deberíamos aprender. Por su pertinencia y determinación a través de los años y las circunstancias, este festival ha contribuido activamente a cambiar la realidad de todo un país y a sembrar semillas de esperanza en toda persona que lo visita.

Bajo el lema de ·Faire Visage” (dar la cara), inspirado a partir del libro Silence du choeur, de Mbougar Sarr, se pone en pie, a pesar de todo, una edición más del festival para celebrar 20 años de reflexión, resistencia poética y producción de belleza a partir del teatro. Un extracto de esta obra lo explica:

“Hay que hacer frente, pequeña Carla. No resistir, porque no estamos en lucha más que contra nuestro propio demonio interior, sino literalmente hacer frente, quiero decir: dar la cara. Ante estas caras de angustia, asegurarse de tener una verdadera cara humana, una cara de verdad, porque es en la cara donde se encuentra lo más valioso y lo más noble. La más grande de las humillaciones para cualquier hombre es no tener ninguna cara delante de él, o de no ver nada en la cara a la que mira. Así que da la cara…”

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