Invertir en innovación y creer en los jóvenes para hacer realidad un turismo respetuoso en África
ONU Turismo abrirá una oficina temática sobre nuevas tecnologías e ideas con sede en Marruecos, el país más visitado del continente en 2024
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“Si me dijeras que tengo que elegir un continente en el que poner todo mi dinero, sería en África. Soy completamente optimista con la promoción del turismo aquí”, asevera la india Aradhana Khowala, experta y consultora internacional del sector tras participar en un panel del encuentro Innovación tecnológica e inversión turística, organizado por Marruecos y ONU Turismo y celebrado a finales de enero en Marraquech. En la cita se oficializó la firma para abrir una oficina temática de la organización mundial centrada en la innovación en África y tendrá sede en Rabat, en Marruecos, el país más visitado del continente en 2024, con 17,4 millones de turistas internacionales. “Hemos recibido mucho apoyo de los ministerios [marroquíes] y es nuestro deseo que esté aquí el hub de innovación para África”, declaró el secretario general de la organización, Zurab Pololikashvili, en el acto, en el que participaron los ministros de Turismo e Inversión entre dos centenares de inversores, académicos y profesionales del sector.
“Los inversores están viendo interés en el desarrollo de África como destino de turismo. El 92% de la inversión extranjera se dedicó el año pasado a alojamientos y hoteles, de lo que se espera la creación de 20.000 puestos de trabajo. E invierten desde países como Bélgica, España, Francia y Estados Unidos”, detalla la directora ejecutiva de ONU Turismo, Natalia Bayona. “Además, se invierte mucho en todas las áfricas: en Marruecos, en Sudáfrica, en Tanzania, en Nigeria, en Zambia... y eso es bueno por la diversificación de destinos”, observa Bayona, consciente también de una demanda histórica: la baja conectividad de vuelos.
“Una mejor conectividad de vuelos cambiaría las reglas del juego”, incide Khowala, que es directora adjunta de la consultora internacional Adapmind Partners. Su entusiasmo por África lo trufa con ”la debilidad de las infraestructuras y la desigualdad en el acceso a la formación”, pero se le vuelve a iluminar la cara cuando menciona la demografía. “África cuenta con la población más joven del planeta. En los próximos 15 años en África se tomarán decisiones importantes para regir el mundo”, vaticina, y está convencida de que las nuevas generaciones, y con ellas su innovación, no perpetuarán las prácticas destructivas previas. “El sector del turismo no siempre ha estado en la línea de frente de la innovación, no se ha aventurado. Pero estamos en el momento en el que no cambiar ya no es una opción y eso va a venir desde las start ups (empresas emergentes). Ellas van a mover el tablero”, considera.
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La oficina prevista por ONU Turismo para innovación, cuyo presupuesto se aprobará previsiblemente en mayo, organizará talleres para la reclamada formación de personal, tanto del ámbito público como privado, y celebrará conferencias, foros y concursos de start ups. Hay margen de mejora. El pasado deja por el mundo hoteles levantados a pie de playa tras desplazar a comunidades de pescadores, que se priorice el agua potable para los turistas, el despilfarro de alimentos o contratos a personal local solo para empleos de baja cualificación. Unas dinámicas que, sumadas al apogeo de los pisos turísticos, la masificación de destinos, el horario laboral desregulado o la ausencia de mujeres directivas, dibujan un panorama alejado de ser un referente para los nuevos actores. “Ya no queremos un turismo sostenible, que consiste en impactar lo mínimo. Ahora abogamos por el turismo regenerativo, que es dejar el lugar mejor de lo que lo encontramos”, apunta Khowala, que apuesta por regulaciones sólidas e incentivos públicos para facilitar la senda.
Younnes Ouazri, de 32 años, ha sido el ganador este 2025 del Concurso de start-ups de Marruecos convocado por ONU Turismo con su proyecto Eco-Dôme de construcción de alojamientos con tierra local. “Nuestra solución consiste en recuperar el antiguo patrimonio marroquí y combinarlo con tecnologías modernas. Creamos modelos digitales de nuestros edificios y después usamos procesos vernáculos para hacer alojamientos con un impacto mínimo en el medio ambiente, un máximo de confort y un consumo de energía reducido”, explica Ouazri, que recogió el premio en el mismo encuentro celebrado en Marraquech. Detalla que hasta el momento cuentan con cinco proyectos turísticos en zonas rurales que sufrían éxodo poblacional. “Para el Mundial de Fútbol de 2030 esperamos crear 20 más en todas las regiones de país y que generen al menos 500 empleos directos y más de 1.000 indirectos”, avanza.
El inversor estadounidense-sudanés, Magdi Amin, miembro del jurado del concurso, pronuncia como un axioma: “La manera más rápida de desarrollar África será a través de las starts-up. Están resolviendo verdaderamente con tecnología las grandes brechas que existen en educación, sanidad, empleo”. El experto añade que el turismo crea cerca de 24 millones de empleos y genera cerca del 8% del producto interior bruto en el continente, pero cree que todavía falta conocimiento sobre África por parte de los inversores. “Ven más riesgos, por eso es importante que se tengan equipos en terreno”, recomienda Amin, que enumera la rápida penetración de los teléfonos inteligentes y apunta a la promoción de las plataformas online para optimizar las cadenas de valor. Apuesta también por la combinación de la realidad virtual con las experiencias palpables mientras enseña en su móvil una impresionante reconstrucción en tres dimensiones (3D) de las pirámides Meroë de Sudán elaborada por Google Arts.

Además del 3D o el desarrollo de aplicaciones, la inteligencia artificial es central para la innovación. El treinteañero baidaní Badr Lemkhente lanzó hace dos años la start up HostifAI, una plataforma basada en IA para facilitar la comunicación entre clientes, personal y gestores de hoteles y apartamentos a través de WhatsApp. En dos años han conseguido servicios a cadenas como Accor y Sofitel en varios países. Lemkhente espera en su próxima fase crear una red que difunda a los viajeros servicios sobre el terreno. “Así mejoramos la visibilidad de los actores locales, que a menudo quedan marginados en el turismo de masas”, apunta.
Este emprendedor observa que los directivos más jóvenes son más permeables a los cambios para un turismo más innovador. Y como Ouazri, ve en los campeonatos futbolísticos convocados en Marruecos una oportunidad. “Esperamos expandirnos con la Copa Africana de Naciones [a finales de este 2025] y con la Copa del Mundo en 2030″, proyecta con ilusión. Marruecos se ha propuesto recibir a 26 millones de visitantes en 2030 y, para ir preparando la cifra, lanzó junto a ONU Turismo en el encuentro en Marraquech una amplia guía para invertir en el país titulada Tourism Doing Business. Investing in Morocco. Los demás finalistas al concurso nacional de start-ups esperan también ese empuje para promover sus iniciativas, entre las que se encontraban: tours en bicicleta por Marraquech para conocer zonas alternativas, aplicaciones de audioguías de patrimonio por descubrir para mayores y niños, servicios para fomentar el sector en zonas rurales, plataformas para centralizar la ascendente demanda de surf y costa, o servicios de comida tradicional en formato callejero.
Mientras, en esta transición hasta la plena incorporación digital, Marraquech deja escenas como un fulgurante Tesla con una pantalla enorme que muestra un GPS medio desorientado entre las enjutas calles de la abarrotada medina. O un recepcionista de un riad que proporciona a los visitantes recién instalados un mapa de papel y una fotocopia con un camino marcado con flechitas para llegar sin perderse a la inmensa plaza Yemaa el-Fna: “Es que Googlemaps no sabe ubicar bien dónde estamos”, excusa. En esa plaza emblemática, el contraste vuelve a ser flagrante y los míticos encantadores de serpientes comparten espacio con un chico que ofrece a niños y mayores unas gafas de realidad virtual en ese entorno declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
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