_
_
_
_

Amitabh Behar: “Nos estamos moviendo desde un escenario de desigualdad a otro de oligarquías globales”

El director ejecutivo de Oxfam Internacional considera que el actual sistema económico consolida la creciente desigualdad global, en la que 3.600 millones de personas viven por debajo del umbral de la pobreza

Amitabh Behar, executive director of Oxfam International, pictured in Madrid on Tuesday, January 28, 2025.
Amitabh Behar, director ejecutivo de Oxfam Internacional, este martes en Madrid.INMA FLORES
Patricia R. Blanco

Amitabh Behar (Raipur, India, 53 años) evidencia rápidamente con cifras cómo crece cada día la desigualdad en el mundo: mientras que en 2024 “los multimillonarios añadieron dos billones de dólares [1,9 billones de euros] a sus arcas, 3.600 millones de personas viven por debajo del umbral de la pobreza”, afirma el director ejecutivo de Oxfam Internacional, durante una entrevista en Madrid. Behar, que vive en Nairobi, la capital de Kenia, a donde Oxfam ha trasladado su secretariado internacional —desde Oxford, Reino Unido— dentro del proceso de descolonización de esta ONG, se acaba de reunir con el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, a quien ha animado a ejercer un “liderazgo mundial” en la lucha contra la desigualdad. Cree que es de especial importancia en un escenario en el que la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca augura mayores inequidades. “Es un presidente multimillonario respaldado por el hombre más rico del mundo”, advierte.

P. El mundo es hoy más desigual. ¿Cuál es la magnitud de esa inequidad?

R. Según nuestro último informe, el año pasado los multimillonarios añadieron dos billones de dólares a sus arcas. Cada semana hemos asistido al nacimiento de cuatro nuevos multimillonarios. El año pasado calculamos que a este ritmo de crecimiento tendríamos muy pronto un billonario, pero la riqueza ha comenzado a crecer más rápido y hemos tenido que revisar nuestro cálculo. Parece que dentro de una década tendremos cinco billonarios.

En 2024 se extrajeron cada hora 29 millones de euros del Sur Global que fueron a parar esencialmente a los súperricos

P. ¿Y en el lado opuesto?

R. Mientras vemos la acumulación de la riqueza por la cima, por el otro lado hay 3.600 millones de personas que siguen por debajo del umbral de la pobreza. Eso es casi el 44% de la población mundial. Hay 733 millones de personas que se acuestan con hambre porque no pueden comer tres veces al día. De ellas, 152 millones se han añadido en los últimos años.

P. Y esta desigualdad afecta desproporcionadamente a las mujeres y a las minorías.

R. Estudio tras estudio confirma que, en la crisis climática, las más perjudicadas son las mujeres. Y si hablamos de la desigualdad económica, son las mujeres las que se llevan la peor parte. Permítanme darles otra interesante dimensión de género a toda la cuestión de la desigualdad. En un año, el trabajo no remunerado de las mujeres [relacionado con los cuidados] aportaría a la economía mundial 10,5 billones de euros. Y ocurre lo mismo con las comunidades marginadas, que suelen quedar más excluidas de los procesos de desarrollo.

Hay 733 millones de personas que se acuestan con hambre porque no pueden comer tres veces al día

P. ¿Cuáles son las causas de esta desigualdad económica?

R. Las causas son múltiples, pero se trata esencialmente de que hemos creado un sistema económico en el que la mayor parte del dinero generado por el trabajo agotador de la clase trabajadora, especialmente en el Sur, va a parar a los bolsillos de los súperricos. El 60% de la riqueza de los multimillonarios no es una riqueza que haya sido ganada. Según nuestros datos, por ejemplo, el 36% de esta riqueza viene directamente de la herencia. Todos los multimillonarios menores de 30 años acaban de heredar su riqueza. Gran parte del resto procede de monopolios o de conexiones entre amigos.

Amitabh Behar, executive director of Oxfam International,
Behar, este martes en una calle de Madrid. INMA FLORES

P. ¿Qué sostiene este sistema?

R. Mucha gente cree que el colonialismo terminó a mediados del siglo pasado, pero el colonialismo moderno sigue existiendo. En 2024, se extrajeron cada hora 30 millones de dólares [28,7 millones de euros] del Sur Global que fueron a parar al Norte, esencialmente a los súperricos.

En un año, el trabajo no remunerado de las mujeres [relacionado con los cuidados] aportaría a la economía mundial 10,5 billones de euros

P. ¿Empeorará la situación con el auge del populismo y la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca?

R. Lo que hemos visto cuando Trump asumió el cargo es a un presidente multimillonario respaldado por el hombre más rico del mundo [Elon Musk]. Con los primeros anuncios que ha hecho la Administración Trump, de recortar impuestos a las grandes corporaciones y a los súperricos, está claro que se alimentará aún más la desigualdad en todo el mundo.

El 60% de la riqueza de los multimillonarios no es una riqueza que haya sido ganada. El 36% de esta riqueza viene directamente de la herencia

P. También ha firmado un decreto que establece una moratoria a la ayuda exterior. ¿Puede el resto del mundo suplir la financiación que Estados Unidos retire?

R. EE UU es uno de los grandes contribuyentes de la ayuda humanitaria en todo el mundo, así que esta decisión es muy preocupante y va a remodelar todo el panorama mundial de la ayuda al desarrollo. Por ejemplo, todo el sistema de la ONU depende enormemente del apoyo del gobierno estadounidense. No creo que ningún otro gobierno pueda llenar el vacío que se va a producir. Pero es probable que esto impulse ahora una reflexión más profunda sobre el sistema económico que hemos creado. La Administración Trump es claramente la joya de la corona de las oligarquías globales. Nos estamos moviendo desde un escenario de desigualdad a otro de oligarquías globales.

P. ¿Qué riesgos entrañan estas oligarquías globales?

R. No solo hay una mayor concentración de riqueza en unas pocas manos, sino que ahora esa concentración de riqueza va unida a la concentración de poder. Están apareciendo oligarquías globales que, obviamente, van a ser enormemente perjudiciales para la estabilidad política, para la cohesión social y para las democracias de todo el mundo. En esta coyuntura de desigualdad, la gente está perdiendo la confianza en las instituciones. Se sienten completamente excluidos y, por lo tanto, se observa el enfado de la gente, que luego se articula en su voto a actores políticos no regulares.

P. ¿Qué se puede hacer para luchar contra las desigualdades?

R. Lo primero es que reconozcamos que los multimillonarios son un signo del fracaso de la política. Tenemos que cambiar completamente nuestra mirada, porque los multimillonarios son una elección política que hacemos a través de nuestro sistema económico. Y lo bueno es que hay soluciones muy claras.

Hay casi 50 países que pagan el 48% de sus presupuestos anuales en reembolso de la deuda

P. ¿Como cuáles?

R. Una solución es gravar a los súperricos. Con la presidencia del G20 en Brasil, hemos conseguido una resolución para que los multimillonarios paguen impuestos. También se está negociando la Convención Fiscal de la ONU, liderada por la Unión Africana, para evitar la evasión fiscal de las multinacionales. La segunda solución es invertir en educación, sanidad, seguridad social y guarderías. Cuando se invierte más en servicios públicos, las sociedades son más igualitarias. Y, en tercer lugar, hay que garantizar salarios dignos para todos. A menudo se observa que, sobre todo en el Sur, la mayoría de las cadenas de suministro, incluso de las grandes empresas, están en el sector informal, y que muchos de los empleados ni siquiera reciben un salario mínimo.

P. ¿Y la deuda externa?

R. La trampa de la deuda es una cuestión muy crítica. Tenemos que entender que, en este momento, hay casi 50 países que pagan el 48% de sus presupuestos anuales en reembolso de la deuda, lo que significa que el dinero de estos gobiernos va de nuevo a los acreedores ricos del Norte. Y en estos países hay menos médicos, enfermeras o maestros de escuela. Hay que salir de este fetichismo del PIB [como indicador del crecimiento] y buscar una economía que sea más humana, verde y más feminista.

Amitabh Behar, executive director of Oxfam International,
El director ejecutivo de Oxfam international, Amitabh Behar, poco antes de la entrevista.INMA FLORES


Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Patricia R. Blanco
Periodista de EL PAÍS desde 2007, trabaja en la sección de Internacional. Está especializada en desinformación y en mundo árabe y musulmán. Es licenciada en Periodismo con Premio Extraordinario de Licenciatura y máster en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_