El aumento “histórico” de las crisis humanitarias afectará a 213 millones de niños en 2025, según Unicef

Afganistán, Sudán, República Democrática del Congo (RDC), Palestina y Líbano serán los lugares donde hará falta más fondos para atender las necesidades vitales de la infancia en 2025, comenzando por atención médica primaria, agua potable, alimentos, salud mental, prevención y respuesta a la violencia de género y educación infantil, calculó Unicef este jueves.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia dibuja un mundo donde las crisis humanitarias, más graves y más impredecibles, aumentan y la cantidad de niños con necesidades vitales urgentes alcanza niveles nunca vistos. Un total de 213 millones de pequeños se ven afectados por estas situaciones de emergencia, “una cifra asombrosamente alta”, lamenta la directora ejecutiva de UNICEF, Catherine Russell, en la presentación del Informe de Acción Humanitaria para la Infancia 2025.

En este contexto, Unicef ha hecho una petición de 9.400 millones de euros para atender a las urgencias vitales de al menos 172 millones de personas, de las que 109 millones son niños afectados por los conflictos, los desplazamientos masivos, el cambio climático o la falta de asistencia sanitaria básica, entre otros. Arriba, en la lista de lugares que necesitan más financiación, están Afganistán (1.100 millones), Sudán (840), RDC (804), Palestina (716) y Líbano (658).

La cifra solicitada por Unicef es similar a la de 2024, pese a que “la escala de las necesidades humanitarias de los niños y niñas se encuentra en un nivel históricamente alto, y cada día hay más niños y niñas afectados”, ha explicado Russell. Por ejemplo, Unicef estima que alrededor de 57,5 millones de niños y niñas nacieron en 2024 en zonas afectadas por el conflicto y otras crisis humanitarias. En 2025, el número de recién nacidos en estas zonas aumentará en 400.000 bebés.

“Veo cansancio en el rostro de los niños. Las necesidades en el terreno son enormes. Más de 50.000 niños están en un nivel extremo de desnutrición, algo que antes no existía en la Franja. En esta zona del centro de Gaza no hay panaderías abiertas desde hace más de una semana porque no ha entrado harina Las condiciones de higiene son pésimas, hay basura por todas partes y aguas residuales. Esta falta de higiene tiene graves consecuencias para los niños por las enfermedades que trae consigo”, describe Laura Bill, representante de Unicef para Palestina, desde Deir el Balah, en la Franja de Gaza, donde Unicef está logrando aumentar la distribución de agua en los campos de desplazados y apoyar a los hospitales que funcionan parcialmente con suministros médicos especialmente enfocados en los niños.

50 millones de niños desplazados

En 2024, Unicef atendió más de 400 situaciones de emergencia en más de un centenar de países y logró dar atención sanitaria a más de 26 millones de menores y mujeres y suministrar agua a otros 17 millones. También hizo pruebas de desnutrición a 12 millones de niños, brindó educación a 9,7 millones de menores y apoyo en salud mental a un total de 12,6 millones de pequeños y cuidadores.

Este organismo de la ONU calcula que a finales de 2023, casi 50 millones de niños estaban desplazados debido a conflictos, violencia y desastres naturales, lo que representa el 40% de todos los desplazados forzosos del mundo, y que los fenómenos meteorológicos extremos desplazan a 20.000 niños cada día. Según Russell, los desplazamientos “duran una media de cinco años, lo que significa que muchos niños pasan hasta una cuarta parte de su infancia en lugares de acogida, a menudo con sus derechos básicos denegados”.

“Estimamos que Bangladés es el país donde los niños están más expuestos a los fenómenos climáticos extremos”, explica Miguel Mateos, jefe de comunicación de Unicef en el país asiático. Las inundaciones y el ciclón tropical Remal han dejado este año 19 millones de afectados, de los que siete millones son niños. Los fondos de Unicef sirven para reconstruir escuelas, suministrar decenas de miles de tabletas purificadoras y kits de higiene, además de apoyo psicosocial, explica el responsable.

En 2024, hubo emergencias atendidas por Unicef que recibieron más del 50% de la financiación humanitaria requerida como Afganistán, Etiopía, Siria y Ucrania), pero otras, a menudo conflictos más alejados y olvidados, que sufrieron un importante agujero en la financiación como Burkina Faso, Líbano, Uganda, la República Democrática del Congo, Malí y Myanmar.

En Haití, donde la infancia sufre por crisis agravadas por desastres naturales, inseguridad extrema y pobreza, los pequeños necesitan con urgencia “acceso al agua potable, nutrición, atención médica, educación y protección contra el reclutamiento por parte de grupos armados, además de apoyo psicológico”, estima Adriana Valcarce, experta en educación en Unicef-Haití, subrayando que la violencia armada ha desplazado a 700.000 personas, de las cuales, la mitad son niños.