Ser niño en 2050: vivir amenazado por los estragos del clima, pero con más educación y esperanza de vida
Unicef alerta de que el número de niños amenazados por la emergencia climática, incluidas las de calor o las inundaciones, se multiplicará, sobre todo en países de escasos recursos, si no se toman desde ya medidas orientadas a proteger a la infancia
¿Qué peligros acecharán a los niños de 2050 si no modificamos nuestra manera de vivir, gobernar o enfocar la cooperación? Dentro de 25 años, la cifra de menores expuestos a olas de calor extremas se multiplicará por ocho con respecto al año 2000 y habrá un mayor número de menores en regiones con menos recursos para protegerlos. En el otro lado de la balanza, casi un 96% podrá completar la educación primaria, aumentará la esperanza de vida y se reducirá globalmente la desigualdad de género, según las previsiones que Unicef traza en un informe publicado este miércoles, coincidiendo con el Día Internacional de la Infancia.
“Es nuestra manera de decir que, si las tendencias se mantienen, nos dirigimos hacia estos datos tan alarmantes y de plantear cómo se pueden corregir algunas de estas previsiones. Hay que tomar acciones rápidamente, por ejemplo, en los presupuestos, y también mantener esa mirada a medio plazo para que nuestras acciones se sostengan independientemente de los vaivenes políticos”, opina en una entrevista con este diario Chema Vera, director ejecutivo de Unicef España.
Las proyecciones incluidas en el Estado Mundial de la Infancia 2024, titulado El futuro de la infancia en un mundo en transformación, que Unicef encargó al Centro Wittgenstein para la demografía y el capital humano, se basan en varias trayectorias mundiales posibles y en el análisis datos desde la década de 2000. Sus conclusiones son que la vida de los niños en 2050 se va a ver afectada por tres grandes tendencias: la crisis climática y medioambiental, los cambios demográficos y los avances tecnológicos.
99% de los niños
Según el informe, en 2050, el número de niños, niñas y adolescentes expuestos a olas de calor extremas será ocho veces mayor al registrado en la década de 2000, la cifra de menores expuestos a inundaciones extremas será tres veces superior, y el de afectados por incendios forestales extremos prácticamente se duplicará.
En este momento ya hay niños pasando hambre o huyendo de sus casas por el cambio climático y esta realidad no se refleja, por desgracia, en la financiación internacionalChema Vera, Unicef
Vera subraya que en este momento un 99% de todos los niños del mundo ya están expuestos al menos a un fenómeno climático, comenzando por la mala calidad del aire. Además, casi la mitad (alrededor de 1.000 millones) viven en países considerados de alto riesgo desde el punto de vista climático, 820 millones están expuestos a olas de calor extremas, 920 millones sufren escasez de agua y más de 600 millones están expuestos a enfermedades exacerbadas por los estragos del calentamiento global. “Cuando se hacen proyecciones hay una tendencia a pensar que tenemos tiempo. Pero el impacto lo estamos viendo ya. En este momento ya hay niños pasando hambre o huyendo de sus casas por el cambio climático y esta realidad no se refleja, por desgracia, en la financiación internacional”, insiste.
El responsable recalca que “solo un 3% de la financiación climática” tiene una orientación específica hacia la infancia, pese a ser la población más vulnerable ante los estragos del calentamiento del planeta y que los sufrirá por más años.
“Es terriblemente injusto, porque son quienes menos han contribuido a las emisiones que sufren, por edad y por vivir, en su inmensa mayoría en países del Sur Global; porque viven en regiones especialmente afectadas por fenómenos extremos y porque tienen poca capacidad para adaptarse frente a ellos”, resume.
Según las previsiones, cuando lleguemos a la década de 2050, la población infantil mundial se habrá estabilizado en unos 2.300 millones, unos niveles similares a los actuales. Sin embargo, las zonas del mundo con mayor población infantil serán las que ya tienen hoy dificultades para protegerlas y colmar sus necesidades, comenzando por el sur de Asia y África.
“Tal vez el ámbito demográfico sea el que menos posibilidad de reacción presenta. Habrá más niños y niñas viviendo en países del Sur Global y eso requerirá más atención de nuestra parte. Pero en el ámbito climático y de la tecnología sí hay margen de acción” insiste Vera.
Por ello, el informe cita medidas que deberían tomarse de forma urgente: desde más inversiones en energías renovables y una mejor gestión de los residuos, hasta leyes para proteger a la infancia en entornos digitales, pasando por servicios de salud sexual y reproductiva.
Hay que tomar acciones rápidamente, por ejemplo, en los presupuestos, y también mantener esa mirada a medio plazo para que nuestras acciones se sostengan independientemente de los vaivenes políticosChema Vera, Unicef
Con respecto a las tecnologías, el informe de Unicef contempla los beneficios y riesgos de instrumentos como la inteligencia artificial (IA), pero alerta sobre todo de la brecha digital. Actualmente, más del 95% de los habitantes de los países de renta alta están conectados a internet, frente a solo el 26% en los países de renta baja. “La exclusión digital amenaza con acentuar las desigualdades existentes, sobre todo en regiones con un rápido aumento de la población infantil, como las de África”, advierte el informe.
¿Buenas noticias?
En el capítulo de las buenas noticias, este informe prevé un incremento de 4% en la supervivencia de los recién nacidos y un aumento de la esperanza de vida general. Si en 2000 las mujeres vivían una media de 70 años, en 2050 vivirán una media de 81. La esperanza de vida masculina pasará de 66 a 76 años en este medio siglo. Además, en la década de 2050, el 95,7% de los niños y niñas completará, al menos, la educación primaria (frente a un 80% en la de 2000) y el 77% terminará, al menos, la educación secundaria (frente a un 40% en 2000).
A escala mundial, la desigualdad de género también ocupará un lugar menos destacado que hoy en día en la vida de los niños y niñas al llegar a 2050, aunque seguirá habiendo sociedades con importantes niveles de desigualdad, sobre todo en África, matiza el estudio.
“Estas buenas noticias también pueden registrar retrocesos de aquí a 2050. Es decir, sostener estas cifras requerirá determinación política e inversiones para reducir brechas de género, no descuidar la educación y la salud y no desatender la cooperación al desarrollo”, insiste Vera.
En este momento, las brechas entre la financiación necesaria y la que realmente se consigue crecen cada año. Por ejemplo, en Sudán, escenario de una de las crisis humanitarias más graves, y según cifras de la ONU, solo se ha logrado un 57% de los 2.700 millones de dólares fondos solicitados para 2024.
“Por un lado, cada vez hay más necesidades que atender y por otro, hay un estancamiento en la financiación de los programas que sostienen las buenas noticias reflejadas en nuestro informe, en parte porque los recursos se orientan hacia otras urgencias, tal vez domésticas”, dice Vera.
Por último, en 2050, es posible que globalmente haya menos niños y niñas viviendo en zonas con un alto riesgo de sufrir conflictos prolongados. Sin embargo, en la mayoría de países africanos, este número puede aumentar de manera importante, con las consecuencias trágicas que conllevaría para la infancia. También en África, en 2050 habrá 209 millones de niños y niñas viviendo en las ciudades, frente a los 63 millones registrados en torno al año 2000. Esto requerirá “áreas urbanas más saludables y seguras”, concluye el informe.
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