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Medio millar de organizaciones feministas piden a ONU Mujeres que rompa con el gigante financiero BlackRock

En una carta abierta, las activistas aseguran que la alianza de la institución con el mayor administrador de fondos de inversión del mundo le da a la empresa “un barniz de aprobación feminista que claramente no merece”. De momento, el acuerdo está en pausa

BlackRock
Oficinas de BlackRock en la ciudad de Nueva York.Erik McGregor (LightRocket via Getty Images)
Lucía Foraster Garriga

Más de 500 organizaciones de mujeres y activistas han firmado una carta abierta en la que instan a ONU Mujeres a “rescindir y repudiar inmediatamente” su alianza con BlackRock, el administrador de fondos de inversión más grande del mundo, debido al “historial de priorizar las ganancias sobre los derechos humanos o la integridad ambiental” de la compañía. En carta, enviada el martes a la directora ejecutiva de ONU Mujeres, Sima Sami Bahous, y sus dos adjuntas, Åsa Regnér y Anita Bhatia, aseguran que la asociación “le da a BlackRock una apariencia de aprobación feminista que claramente no merece”.

Si bien los detalles de la colaboración no se han hecho nunca públicos, BlackRock publicó una declaración en su sitio web en mayo, en la que decía que había firmado “un memorando de entendimiento” con ONU Mujeres, “aceptando cooperar en la promoción del crecimiento de la inversión con perspectiva de género”. Ahora, dicho entendimiento está “en pausa”, según ha explicado una portavoz de la organización.

A preguntas de EL PAÍS, un vocero de la gestora de fondos ha señalado: “Continuaremos nuestro trabajo en el desarrollo de estrategias de inversión con perspectiva de género diseñadas para generar retornos a nuestros clientes y apoyar la igualdad entre mujeres y hombres, y esperamos involucrar a diferentes partes interesadas para ayudar a hacer crecer este campo naciente”. La representante de la organización de las Naciones Unidas, por su parte, ha declarado que el acuerdo “se concibió como un intercambio de conocimientos para fortalecer la recopilación de datos, la investigación y los esfuerzos de promoción en inversiones con una perspectiva de género, y no incluye ningún intercambio o transacción financiera”.

Sin embargo, desde ONU Mujeres dicen entender las preocupaciones de sus socios de la sociedad civil, que “merece la pena considerar”. Por eso, el memorando ha sido suspendido mientras dialogan con ellos. Su objetivo, han recalcado, es mejorar la vida de las mujeres y las niñas. “Nuestro interés nunca es mejorar la imagen de ningún actor con el que colaboramos. Más bien, nos enfocamos en lograr resultados para la igualdad de género a través de la asociación con el sector privado”, han asegurado.

¿Qué le echan en cara a BlackRock?

En la carta abierta, las organizaciones firmantes le recriminan a BlackRock que, con sus inversiones, contribuyen al deterioro ambiental, la venta de armas y el colapso de economías en desarrollo.

Desde BlackRock, replican: “El dinero que manejamos no es nuestro. Pertenece a nuestros clientes, muchos de los cuales toman sus propias decisiones de asignación de activos y construcción de cartera. Les ofrecemos una amplia gama de productos y estrategias para lograr sus objetivos de inversión. También nos comprometemos con las empresas en las que invierten nuestros clientes para fomentar las mejores prácticas de gobierno corporativo y la gestión eficaz de los riesgos y oportunidades ambientales y sociales”.

Además, prosiguen las organizaciones feministas, BlackRock está “consistentemente” clasificada entre las de peor desempeño en responsabilidad corporativa por parte de los organismos de control de la sociedad civil.

En cuanto a su relación con economías en desarrollo, Blackrock fue uno de los prestamistas del sector privado a los que activistas contra la pobreza acusaron de negarse a retrasar los pagos de intereses de la deuda para evitar el colapso de las finanzas de Zambia. El país africano tuvo que recortar el gasto en salud y atención social en una quinta parte en los últimos dos años, apuntan las activistas, para equilibrar sus presupuestos, recortes que han afectado de manera desproporcionada a las mujeres y los grupos marginados.

La polémica relación con el sector privado

La académica y activista de Bangladés Sanam Amin, que ayudó a redactar la carta, ha aseverado que BlackRock está utilizando a ONU Mujeres como un lavado de cara, y que es “una fantasía” imaginar que “la inversión con impacto de género puede mantener ricos a los banqueros de inversión y también salvar al mundo”. “Esto es una ilusión y depende de la mano de obra y los recursos de las comunidades marginadas, en una forma de género, en el Sur global y en las cadenas de suministro globales”, ha subrayado en una nota de prensa.

Esta no es la primera vez que ONU Mujeres recibe críticas por asociarse con el sector privado. En 2015, después de que grupos de mujeres hicieran presión, la organización se retractó de un acuerdo con Uber para alentar a un millón de mujeres a inscribirse como conductoras.

Emilia Reyes, economista de la organización Equidad de Género y activista feminista, opina que es la falta de dinero lo que impulsa este tipo de acuerdos. “Hacemos un llamado a los Estados miembros para que cumplan con sus compromisos de financiamiento para los departamentos de las Naciones Unidas en su conjunto”, ha asegurado en una nota de prensa sobre la polémica. “La solución está en reforzar el acceso de ONU Mujeres al presupuesto central de la organización, y no en apresurarse a formar alianzas con las mismas organizaciones que se están aprovechando de la pobreza y del cambio climático”, ha asegurado. ONU Mujeres ha insistido a través de una portavoz en que el acuerdo con Blackrock no está relacionado con ningún intercambio financiero.

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Sobre la firma

Lucía Foraster Garriga
Reportera en Sociedad y Planeta Futuro desde 2021. Licenciada en Relaciones Internacionales por la Blanquerna - Universitat Ramón Llull y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS. Cubre temas migratorios, de género, violencia sexual y derechos humanos. Premio Ortega y Gasset de Periodismo 2022 por la investigación de abusos sexuales en la Iglesia española.

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