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Una escuela sobre ruedas para atraer a los alumnos de barrios pobres de Nueva Delhi

La tasa de deserción escolar en India ha aumentado por el impacto de la covid-19, especialmente entre familias con menos recursos. En la capital, cuatro autobuses recorren los suburbios para garantizar educación a sus hijos

Una profesora enseña a un grupo de estudiantes dentro de un autobús en Nueva Delhi, India, el 9 de agosto de 2021.
Una profesora enseña a un grupo de estudiantes dentro de un autobús en Nueva Delhi, India, el 9 de agosto de 2021.ANUSHREE FADNAVIS (REUTERS)

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Todos los días de la semana, cuatro autobuses parten hacia los suburbios de Nueva Delhi para ofrecer a los hijos de los migrantes, obreros y recogedores de basura la oportunidad de una educación que puede que no consigan de otra forma.

Cada autobús se dirige hacia dos ubicaciones cada día, y está preparado como un aula ambulante para 50 niños. En ellas se imparten clases de matemáticas, anatomía, inglés e hindi y, además, se ofrecen varias comidas diarias. El servicio ambulante llega a casi 400 niños de entre tres y 13 años residentes en toda Delhi y en áreas vecinas.

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Estos Hopebuses (autobuses de la esperanza en castellano) o Hopeschool pertenecen a TejasAsia, una organización sin ánimo de lucro que entre sus objetivos tiene el de intentar acortar la brecha educativa causada por la pandemia de coronavirus en la India. Además, la misma iniciativa también ofrece lecciones por altavoz a los niños de las zonas rurales.

TejasAsia ha estado operando con las escuelas móviles desde hace algunos años, explica Ebna Edwin, coordinadora de proyectos de la ONG, pero sus servicios se han vuelto esenciales desde el inicio de la pandemia.

Las escuelas de toda la India cerraron y la educación pasó a ser a través de internet, especialmente durante los varios confinamientos que sufrió el país para frenar la propagación de la covid-19 durante el año pasado. El cierre afectó a casi 247 millones de niños indios de 1,5 millones de escuelas, según cifras de Unicef.

El último informe anual sobre el estado de la educación de la India muestran que la tasa de deserción escolar ha aumentado del 4% al 5,5% en 2020

Para estos niños que viven en barrios marginales, asistir a una escuela así es una de las pocas alternativas que tienen para educarse, ya que sus familias a menudo son demasiado pobres para comprar un teléfono u otros dispositivos necesarios para estudiar a distancia. Para otros, las dos horas en el autobús son tiempo que están alejados de la explotación laboral o de andar hurgando en los vertederos con sus familias.

Los datos del último informe anual sobre el estado de la educación de la India muestran que la tasa de deserción escolar a nivel nacional ha aumentado del 4% al 5,5% en 2020. “Es muy difícil hacer que los niños comprendan el valor de educación, así que primero tenemos que trabajar con las familias, crear mucha conciencia en todos estos lugares “, explica Marlo Philip, el fundador de TejasAsia. “Se necesitan unos seis meses para establecer nuestro programa en un lugar”, añade.

Dos estudiantes muestran sus tareas en la clase de inglés impartida en un bus de TejasAsia, una ONG que recorre los suburbios de Nueva Delhi para ofrecer educación.
Dos estudiantes muestran sus tareas en la clase de inglés impartida en un bus de TejasAsia, una ONG que recorre los suburbios de Nueva Delhi para ofrecer educación.ANUSHREE FADNAVIS (REUTERS)

La ONG quiere ampliar su alcance a 10 ubicaciones más en diferentes estados, pero ha dejado estos planes en suspenso por la falta de fondos, ya que estos últimos se han redirigido a otros proyectos para hacer frente a la crisis sanitaria.

A todos nos gusta mucho venir aquí y estudiar. Los profesores son muy buenos
Azmira, estudiante de 10 años

Mumtaz Begum, que vive en un barrio de chabolas en el norte de Nueva Delhi, asegura que sus dos hijas han mejorado mucho después de que empezaran a ir al colegio en uno de los autobuses. “Queremos que nuestros hijos aprendan y crezcan”, explica.

Azmira, de 10 años, que ha estado estudiando en una de las escuelas móviles desde hace cuatro años, se sienta en el vehículo, con una mascarilla puesta, y dice: “A todos nos gusta mucho venir aquí y estudiar. Los profesores son muy buenos”.

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