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Africanas de bandera

Cinco mujeres prominentes en campos como la ciencia, la moda, el activismo y la comunicación reflexionan, con enfoque feminista, sobre las aportaciones de su continente a la lucha contra la covid-19

Mujeres Africa
Yara Manuela Cumbi (arriba, izquierda), Susana Edjang (abajo), Táyra Augusto (centro), Faith Osier (arriba, derecha) y Josina Z. Machel.VVAA
El País

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Collateral Benefits es una plataforma que, a través de una serie de artículos pretende dar voz a africanos y afrodescendientes de todos los estratos sociales para que aporten sus conocimientos y experiencias a la conversación mundial sobre cuestiones fundamentales de nuestro tiempo. En esta selección, cinco mujeres prominentes de ámbitos tan diversos como la ciencia, la moda, la medicina, la comunicación y el activismo aportan una visión optimista sobre las distintas maneras en que África se está enfrentando a la covid-19. Las voces femeninas seleccionadas se alejan de los tópicos que envuelven a su continente para poner en valor el ingenio africano en general y los centros de excelencia en investigación médica en particular. También llaman la atención sobre la importancia de cuidar la salud mental y de velar por la seguridad de las mujeres en tiempos pandémicos. Sus palabras son inspiradoras. Y aquí las ofrecemos:

1) Susana Edjang: superar el estigma de la salud mental

La ecuatoguineana Susana Edjang es experta en desarrollo internacional y cofundadora de Collateral Benefits.
La ecuatoguineana Susana Edjang es experta en desarrollo internacional y cofundadora de Collateral Benefits.Enrique Benavides

La covid-19 ha impactado en los servicios sanitarios de todos los países africanos, en especial los de salud mental. Los especialistas africanos en este campo informan de un aumento de la demanda de la asistencia psicológica y psicosocial. Esta procede de personas con trastornos preexistentes y de otras afectadas por los picos de factores estresantes relacionados con la covid-19 como el aislamiento, la depresión, la ansiedad por los riesgos asociados a la pérdida de ingresos y de seres queridos, y el consumo excesivo de alcohol y fármacos.

La situación ha suscitado muchas respuestas prometedoras que ayudan a las personas que conviven con ellos y a quienes trabajan en este campo a superar el estigma y la discriminación asociados con estos trastornos. Durante la pandemia se ha mantenido una visibilidad constante, aunque insuficiente, de estas cuestiones.

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Primero, los centros africanos para el control y la prevención de enfermedades han emitido una guía de salud mental y soporte psicosocial. Segundo, al menos 27 países africanos han integrado la salud mental en sus respuestas nacionales, con el valiente respaldo de los trabajadores de la salud comunitarios o de aldea, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Además, la sociedad civil y el sector privado han ampliado las innovaciones existentes o creado otras nuevas para garantizar un acceso cada vez mayor a los servicios y a la información a través de la telemedicina, de campañas en las redes sociales y otras soluciones tecnológicas. Algunos ejemplos a este respecto son iDocta Africa en Camerún, Wazi en Kenia, proyecto MEGA en la Comunidad para el Desarrollo de África del Sur y Shezlong en Egipto.

Aunque estas oportunidades se limitan a personas con conocimientos digitales y acceso a internet y teléfonos móviles, son un buen complemento para las iniciativas públicas que aspiran a poner los servicios de salud mental al alcance de aquellos que tienen más dificultades para acceder a ellos, en especial en las zonas rurales.

Sabemos por la experiencia en las crisis del ébola o del sida que las consecuencias psicológicas perdurarán más que la pandemia

A continuación debemos emplear estas innovaciones para contrarrestar las desigualdades que mantienen la brecha de tratamiento ―la porción de personas que padecen una enfermedad mental no tratada― por encima del 70% en África, incluidos los residentes en campamentos de refugiados, y que lleva cada año al suicidio a más de 35.000 africanos.

Es crucial aumentar la sensibilización y la inversión en salud mental, y sabemos por la experiencia anterior en las crisis de la epidemia de ébola o del VIH-sida, que las consecuencias psicológicas perdurarán más que la pandemia. Es fundamental la prevención y el cuidado de quienes corren riesgo de padecer o de quienes padecen ya trastornos, incluidos los sanitarios en primera línea. Este apoyo debe integrarse mejor y recibir prioridad en las respuestas nacionales a la covid-19 y más allá.

Susana Edjang (Guinea Ecuatorial / España) es cofundadora de Afroinnova, una plataforma de innovación para africanos que viven en la diáspora, y es miembro del Consejo de la Real Sociedad Africana de Reino Unido y confundadora de Collateral Benefits.

2) Táyra Augusto: quiérete a ti misma

Tayra Augusto es mozambiqueña. También es actriz, cantante y modelo.
Tayra Augusto es mozambiqueña. También es actriz, cantante y modelo.Derrick Gudo

De joven siempre me sentía desplazada. Era rechoncha, muy alta y tenía una madre que era un icono de belleza en la sociedad mozambiqueña. No me sentía representada por los anuncios televisivos que me lavaban el cerebro para hacerme creer que la esencia de la belleza reside en “ser delgada” y que solo de esa forma te acepta la gente. Si lograbas estar delgada, les gustarías a los chicos, y las chicas te envidiarían.

Los trastornos de la alimentación no tardaron mucho en llegar, recordándome a diario que si comía un aperitivo de más tendría que matarme de hambre al día siguiente para compensar. Siempre deseaba que la obsesión, la ansiedad y la depresión no se apoderasen de mí, pero lo hacían. Y siguen haciéndolo, aunque con el tiempo he aprendido a lidiar con estos retos diarios y a aplicar mecanismos que me impidan volver a mis viejos hábitos.

Debido a esas experiencias, la positividad y la representación corporales lo son todo para mí. A superar mis retos personales me ayudó en parte el hecho de hacerme un hueco en ese mismo sector que no parecía incluirme. Siendo modelo de tallas grandes, represento a chicas como yo, que no cumplen la norma de ser altas y tener una barriga plana y un hueco entre los muslos.

Necesitamos tener debates sanos sobre la relación que mantenemos con nuestro cuerpo

Se están produciendo pequeños cambios ―desde tiendas que exponen maniquíes de tallas grandes a una mayor representación en las películas― pero necesitamos completar la inclusividad, y eso va más allá del tamaño. Hay muchos cuerpos marginales que están infrarrepresentados en los medios de comunicación convencionales; si añadimos la raza y el género, hay una verdadera necesidad de modelos africanas negras con un aspecto parecido al mío.

En el contexto de la covid-19, un estudio publicado en octubre de 2020 muestra que la ansiedad y el estrés de la situación podrían estar causando problemas de imagen corporal. Necesitamos verbalizar esos problemas, y cuestionar lo que se considera “la norma”, tener debates sanos sobre la relación que mantenemos con nuestro cuerpo y rechazar el condicionamiento que hemos experimentado.

Enseño a las personas a evitar comentarios sobre la apariencia de otros, a no ser que estos les pregunten, y a que hablen de querer cada porción de sí mismas y acepten lo que ven en el espejo.

Táyra Augusto (Mozambique / Sudáfrica) es cantante, modelo de tallas grandes e ingeniera química.

3) Faith Osier: ciencia hecha en África

Faith Osier fue nombrada una de las 100 mujeres más influyentes de África en 2020.
Faith Osier fue nombrada una de las 100 mujeres más influyentes de África en 2020.Nic Thuita

Todos nacemos con el deseo de vivir, de prosperar, de llegar más lejos que la generación anterior. Mis padres se aseguraron de que yo no me enfrentara a las indignidades que ellos habían soportado. Me dieron la mejor educación, me protegieron de la enfermedad, y con ello me capacitaron para hacer realidad mis mayores sueños.

Les estaré agradecida siempre. Pero en África hay muchas personas que no disfrutan de este privilegio. Vemos infecciones que matan (malaria, VIH, tuberculosis) y enfermedades debilitantes que merman las oportunidades de disfrutar de una vida sana.

A eso tenemos que sumarle que hay 420 millones que viven por debajo del umbral de pobreza, para las que romper el ciclo es una tarea hercúlea, en especial cuando las instituciones nacionales no pueden sostener estos esfuerzos para una masa crítica de nuestra población.

Veo la ciencia como una clave para convertir lo que muchos consideran nuestra mayor desventaja en nuestra mayor ventaja. Hemos esperado que otros nos definieran en términos contemporáneos cuáles eran nuestras enfermedades y qué debíamos hacer con ellas. Las imágenes de africanos plagados de enfermedades proporcionan buenos reportajes para los medios de comunicación internacionales.

En toda África proliferan las iniciativas científicas

Pero está emergiendo una historia que también merece visibilidad. En toda África proliferan las iniciativas científicas y los centros de excelencia científica están centrando su atención en el aumento de capacidad. Piensen en el éxito del Centro Internacional de Mali para la Excelencia Investigadora en la detección, el tratamiento y la gestión de los pacientes de ébola, que permitió al país ser declarado libre de las fiebres hemorrágicas en 2015.

Además, el trabajo de centros de investigación como el Instituto Keniano de Investigación Médica y el Instituto Nacional de Investigación Médica de Tanzania está aumentando la producción de investigación científica en África y la formación de futuras generaciones de científicos africanos.

Soy la primera africana y la segunda mujer que preside la Unión Internacional de Sociedades Inmunológicas. Trabajo para formar a 1.000 estudiantes de doctorado africanos en inmunología en los próximos 10 años a través del Proyecto Legado de la Federación de Sociedades Inmunológicas Africanas, y para aumentar la capacidad y la representación de África en la sanidad mundial. Creo que podemos ser las soluciones que nuestro continente ansía, y para eso necesitamos creer en la ciencia hecha en África, y en la salud, la riqueza y la prosperidad que esto traerá al continente.

Faith Osier (Kenia / Uganda) es una inmunóloga que preside la Unión Internacional de Sociedades Inmunológicas, es embajadora de #Togetherband para el ODS 3y fue nombrada una de las 100 mujeres más influyentes de África en 2020.

4) Josina Z. Machel: debemos poner fin a la violencia de género

Retrato de la mozambiqueña Josina Machel, defensora de los derechos de las mujeres.
Retrato de la mozambiqueña Josina Machel, defensora de los derechos de las mujeres.Angelastudios

Observo con mi ojo izquierdo el horizonte de la humanidad, viendo cómo avanza la tendencia. Porque las mujeres africanas que nos resistimos a la violencia estamos convirtiéndonos rápidamente en el polvo que penetra en las grietas de los sistemas que supuestamente deben protegernos. Como pilares de la sociedad, nuestro único mandato es el llamamiento colectivo a que se ponga fin a la violencia de género.

Se forman montañas cuando el dolor de la erupción se transforma en propósito. Vivimos tiempos insólitos, nos asomamos al borde del precipicio llamado humanidad; empieza a desaparecer nuestra fe en la justicia y en los sistemas sanitarios que nos han fallado, no solo a mí, sino a todas las mozambiqueñas y a todas las africanas. Los perpetradores de la violencia y sus cómplices actúan con impunidad en todos los hogares y en las esquinas de todas las calles sin que ningún ojo u oído declare a nuestro favor.

No descansaremos hasta que cada sistema judicial se transforme para atender con rapidez a una víctima y superviviente de malos tratos

Si conseguimos sacar adelante la campaña para alcanzar la Justicia para Todas las Mujeres, cambiaremos el relato enfrentándonos a nuestros sistemas judiciales, que tan a menudo se ponen de parte de los agresores. Tenemos la fuerza de los números con nuestros hermanos y hermanas del continente, y no descansaremos hasta que cada sistema judicial se transforme para atender con rapidez a una víctima y superviviente de malos tratos.

La pandemia de la violencia de género en África está hecha por el hombre. Está desbocada y tiñe todos los hilos del tejido de nuestras sociedades. Es imprescindible que se oiga mi grito de Kuhluka, exigiendo un renacimiento que garantice la seguridad y la supervivencia de todas las africanas. Es hora de empezar de nuevo y abrirnos a una África en la que nuestras hijas nazcan para prosperar.

Josina Z. Machel (Mozambique / Sudáfrica) es una defensora de los derechos de las mujeres y fundadora del Movimiento Kuhluka, una iniciativa sin ánimo de lucro que apoya a mujeres supervivientes de violencia de género.

5) Yara Manuela Cumbi: la lucha contra la covid-19 ha mostrado el poder del ingenio africano

Yara Manuela Cumbi, analista de sistemas sanitarios de Mozambique.
Yara Manuela Cumbi, analista de sistemas sanitarios de Mozambique.The Obama Foundation (The Obama Foundation)

Cuando los primeros rumores de la pandemia indicaron su potencial destructivo, muchos se preguntaron cuáles serían sus efectos a escala mundial. Cuando la ciudad de Wuhan cerró y después países occidentales como Italia cayeron en una situación de emergencia grave, la pregunta que se hacían muchos expertos era qué catástrofe le esperaba a África.

La realidad fue asombrosamente distinta de las predicciones. Incluso teniendo en cuenta la ventaja inicial (muchos países africanos informaron de sus primeros casos en marzo, uno o dos meses después que en Europa, Norteamérica y Asia), el continente ha tenido mejores resultados y menos casos. El país africano más golpeado es Sudáfrica, por detrás de países de Norteamérica, Europa y Latinoamérica, en los que la pandemia se ha visto desatada a lo largo de todo el año pasado y parte de este.

Los dirigentes africanos se han mostrado a la altura del reto y han superado barreras geográficas, económicas y políticas. Ha habido una coordinación y una colaboración intercontinentales que estaban ausentes en pandemias y crisis anteriores y se ha establecido un grupo de trabajo continental. Las soluciones han sido novedosas, teniendo en cuenta los contextos y los retos específicos de cada país: una empresa de genómica nigeriana con solo un año de antigüedad aportó una financiación considerable para ampliar las pruebas disponibles; investigadores ugandeses desarrollaron una prueba de detección del coronavirus.

Lo que hemos observado es una ruptura con el relato de que los países en desarrollo dependen de los conocimientos, las soluciones y los recursos aportados por los países desarrollados. Cuando los africanos crean sus propias soluciones, las respuestas son más flexibles y más adecuadas a los países. Debemos mantener esta trayectoria mediante la creación de entornos que promuevan y recompensen las soluciones propias. Las soluciones científicas a los retos que viven los países en desarrollo deben encontrarse en los países en desarrollo, y pueden usarse como ejemplo para todo el mundo

Yara Manuela Cumbi (Mozambique) es una analista de sistemas sanitarios que ha trabajado en diversos proyectos de salud pública de Mozambique.

Estos artículos se publicaron originalmente en Voces de las mujeres africanas en tiempos de covid-19, una colaboración entre New African Magazine y Collateral Benefits.

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