Vito Quiles contra la anti-España
La vanguardia reaccionaria importa a las universidades el modelo provocador del asesinado Charlie Kirk, pero no su talento


La vanguardia reaccionaria tiene la maquinaria mejor engrasada de España; nadie trabaja con más descaro y con mayor eficacia en el activismo político. Después del protagonismo de Vox durante el Día de la Hispanidad, con Abascal Campeador como héroe popular, el penúltimo ejemplo ha sido el arranque de la gira de agitación del follonero Vito Quiles, el creador de contenido ideológico con mayor impacto entre las nuevas generaciones.
Quien fuera candidato de Se Acabó la Fiesta ha apostado por replicar el formato que popularizó el mártir del nacionalcatolicismo norteamericano. “Tras el asesinato del activista Charlie Kirk a manos de la izquierda, cobra más sentido que nunca abanderar la libertad donde más amenazada está”: en los claustros universitarios. La flipas. Tan solo diez días después del crimen en Orem (Utah), sobre el que ya circulan todo tipo de teorías conspirativas, la asociación de estudiantes españolista S’ha Acabat solicitó formalmente autorización para celebrar un acto de Quiles en la Facultad de Comunicación de la Universitat Autónoma de Barcelona. No les fue concedido y tampoco lo han autorizado en Granada, Sevilla y Málaga, adonde irá la semana que viene. Pero este jueves estuvo en la UAB. Hubo altercados, proclamas falangistas y él habló con un megáfono.
No hay solución fácil y tampoco sé a quién ayuda esta columna, pero sí sé que se creó el escenario ideal para su impostada victimización: la que le permite presentarse como adalid de la libertad de expresión, la resistencia y del coraje por ir a contracorriente. Es indiscutible su talento para descifrar cuáles son las coordenadas de la comunicación más viralizable en el presente. Y si no eres viral, a base de videos de impacto, hoy no eres nadie. ¿Cuál es su propósito? Aunque sin el talento dialéctico del fundador de la asociación confesional Turning Point USA, que tenía una genuina vocación misional tradicionalista, el objetivo del activismo de Quiles es brutalizar la conversación pública para poner al progresismo bajo sospecha permanente.
La maquinaria funciona para conseguirlo. A las pocas horas de su performance, que respondió a una calculada estrategia, Quiles retuiteaba el comunicado de Hazte Oír impulsando una campaña con el lema “Defender la Libertad es Defender a España”. Así la asediadora asociación extremista, que ha llevado a los tribunales desde la mujer del presidente del Gobierno hasta la revista satírica Mongolia y que se gasta un pastizal en propaganda (“España o el PSOE”, el 12 de octubre), va normalizando una disolvente operación ideológica en fase avanzada de implementación: el vaciamiento de significado de la noción ilustrada de libertad para hacerla sinónima de la idea sobre España del reaccionarismo nacionalista de toda la vida. Tras lo ocurrido el pasado jueves en la Plaça Cívica de la UAB, nada más revelador que el uso de un concepto en su comunicado: “Anti-España”.
Los estudiantes que cayeron de cuatro patas en la provocación de Quiles serían, según Hazte Oír, representantes de ese conglomerado diabólico. “Que quede patente: la anti-España, en su esfuerzo por fracturar la nación y coartar los derechos fundamentales, encuentra en Hazte Oír un muro infranqueable”. Esta basura argumentativa es neofranquismo químicamente puro: cualquiera con un mínimo conocimiento del lenguaje contrarrevolucionario recuerda que dicho concepto estuvo en la base ideológica del golpe contra la legalidad republicana. La mejor herramienta de esta operación son las redes, cuya mecánica nadie controla mejor que Vito Quiles. Si logras convencer a tus conciudadanos de que la esencia de tu país está amenazada, nada más natural que apoyar de manera acrítica a quienes quieran destruir a tus enemigos.
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