Canarias, lo insostenible y los cómplices
En el reparto de culpas por la crisis migratoria, Clavijo elude el hecho de que gobierna con el partido que bloquea el acuerdo
La intensa llegada de migrantes en los últimos días a Canarias ha vuelto a evidenciar la urgencia de dar solución a una situación que es insostenible desde hace meses, ante una indolencia política que no tiene justificación. Hasta el pasado 26 de diciembre habían llegado a las islas más de 45.300 personas, lo que supone un 18,3% más que en el mismo periodo de 2023. La reactivación de la ruta atlántica no respeta los días festivos y este 2025 se estrenaba ayer con la llegada de otro cayuco a Las Galletas, en el municipio de Arona (extremo sur de Tenerife), con 60 personas a bordo, dos de ellas fallecidas. Especialmente grave es la situación de los menores no acompañados. Canarias tutela ya a 5.800, muy por encima de las capacidades que permiten sus centros si de verdad la política migratoria pasa por atender a estos menores y no limitarse a su simple almacenamiento.
El presidente canario, Fernando Clavijo (Coalición Canaria), acusó el lunes al Gobierno central y al Partido Popular de ser “cómplices” en la situación “insostenible” de los recursos de las islas. Son palabras duras y necesarias para llamar la atención sobre el drama. Pero Clavijo se saca a sí mismo del reparto de culpas. Lo cierto es que su equidistancia a la hora de achacar responsabilidades es una prueba más del cálculo político con que se afronta la crisis migratoria. El Ejecutivo de Pedro Sánchez ha acelerado los traslados a distintos puntos de España de parte de los migrantes, pero la tutela de los menores corresponde a los gobiernos autonómicos. El PP es socio de Gobierno de Coalición Canaria en el archipiélago, cuya alianza el presidente autonómico ha asegurado que no está en riesgo, y es precisamente el bloqueo de los populares a nivel nacional el que impide que el Congreso apruebe la reforma de la ley de extranjería, que incluye un sistema de reparto obligatorio de menores entre comunidades autónomas cuando se desborden los recursos de una de ellas. Esa solución la pactó el propio Clavijo con el Gobierno central. El bloqueo del PP viene por las amenazas de Vox, de cuyos apoyos dependen cinco de los 11 gobiernos autonómicos de la derecha. El rechazo cuenta además en el Congreso con el respaldo de Junts, en su propia deriva de politización de la inmigración en Cataluña.
Clavijo no parece capaz de imponerse a sus socios minoritarios de Gobierno para hacer frente a su propia contradicción, por apoyar un modelo de distribución de menores no acompañados desde el Ejecutivo de las islas y rechazar el acuerdo, en cambio, en la Carrera de San Jerónimo o en la Conferencia de Presidentes. La correcta atención de los migrantes es una cuestión de derechos humanos, gobierne quien gobierne y le toque a la administración que le toque. Clavijo gobierna con el partido que bloquea una solución que, aunque imperfecta, atiende lo urgente. La equidistancia no es posible en este momento.
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