_
_
_
_
columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

¿Será verdad?

Soy el ganador legítimo del premio Nobel de Literatura 2024. Todo ha sido por culpa del Gobierno de coalición

Han Kang, ganadora del premio Nobel de Literatura, en noviembre de 2023 en Seúl.
Han Kang, ganadora del premio Nobel de Literatura, en noviembre de 2023 en Seúl.YONHAP (via REUTERS)

Tal y como está el patio de mi casa, que es particular, y el patio de la política, llovido, mojado y remojado, me atrevo a contarles una cosa. Soy el ganador legítimo del premio Nobel de Literatura 2024. Quizá hayan leído que la Academia Sueca otorgó su reconocimiento a la escritora surcoreana Han Kang. Pero eso se debió a una trama poderosa de presiones, comisiones, traiciones y recomendaciones encaminadas a arrebatarle el honor a este servidor. Un académico rubio había presentado mi candidatura con argumentos sólidos: soy un poeta más importante que Federico García Lorca, he volado en la lírica contemporánea por encima de Verlaine y Rubén Darío. Los argumentos de una académica morena llegaron a emocionarme más por mi declarado amor a los clásicos. Afirmó que Cervantes, Lope de Vega y Quevedo estaban muy por debajo de la maestría y el humor con el que ejerzo los sermones, las emociones y el vibrar de las canciones hasta conseguir las bendiciones. Y fui por unanimidad reconocido como el candidato que se merecía el premio, una elección que llevó a todos los profesores, traductores, empapeladores y lectores suecos a brindar con pasión e ilusión por una decisión que unía la razón y el corazón. Chimpón.

Pero cuando ya estaba levantada esta tarima para la buena rima empezaron a sonar los teléfonos. Y no se trató de aupar a una escritora surcoreana, sino de impedir que yo me hiciese con tan merecido reconocimiento. No les miento. Empezaron a sonar los teléfonos, volaron las amenazas gruesas, las promesas, los ataques de ira. Ya sé que en el mundo de hoy todo parece mentira. No se dicen embustes para engañar, sino para que todo sea un pimiento, un cuento sin tiento volando en el viento. Yo les juro que lo mío es verdad. Sé que no me van a devolver el premio, pero si confieso que todo ha sido por culpa del Gobierno de coalición igual consigo salir en las portadas de algunos periódicos.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_