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Cartas a la directora
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Afganistán sin libertad

Los lectores escriben sobre las últimas medidas de los talibanes contra las mujeres, la necesidad de integrar a los migrantes, la defensa de la sanidad pública y el síndrome posvacacional

Una mujer, vista en el retrovisor de un coche en Kandahar (Afganistán).
Una mujer, vista en el retrovisor de un coche en Kandahar (Afganistán).QUDRATULLAH RAZWAN (EFE)

Regresé a casa tras 12 horas de trabajo en la oficina. Casi nunca uso maquillaje, pero ese día tuve deseos de disimular mis ojeras y pintar mis labios de carmín. Abrí la puerta, me quité los zapatos, colé un poco de café. Me miré al espejo y, mientras observaba mi rostro cansado, vinieron a mi mente las últimas medidas contra las mujeres dictadas por los talibanes en Afganistán. Qué pena. Pero nunca podrán asesinar los pensamientos ni la voz interna de una mujer. Comienzo a desmaquillarme y escucho a Carlos Varela. La libertad solo existe cuando no es de nadie.

Yalena González Valdés. La Habana

Facilitar la integración

Tenemos políticos ineficaces que buscan remediar su incapacidad culpando a los más débiles, a los inmigrantes, de todos los males. Esos males que denuncian a menudo son causados por los mismos políticos. Basta acercarse a la residencia de menores no acompañados de Hortaleza para comprobar cómo la Comunidad de Madrid desatiende sus deberes esenciales. Hacinamiento, escasez de medios, internos que pasan el día callejeando por no haber sido incorporados a instituciones educativas o a una formación profesional adecuada. A pesar de esta desastrosa gestión, que podría ser el caldo de cultivo para la iniciación delictiva, estos menores se comportan de un modo ejemplar. Vemos, por tanto, que aquellos políticos que criminalizan a los inmigrantes no dejan de ser los responsables de que estos, en algún caso, no lleguen a integrarse debidamente en la sociedad.

Carlos Osorio García de Oteyza. Madrid

Defender la sanidad pública

La sanidad pública no es gratuita: se paga con nuestros impuestos. Las competencias de la sanidad están transferidas a las comunidades autónomas. La primera “línea de combate” de la sanidad es la atención primaria, que evita saturación en Urgencias. Hay que dotar suficientemente a la pública, y se puede hacer. Por otro lado, la sanidad privada no está al alcance de todos, por el coste económico y porque no incluye todos los tratamientos. Prueben a conocer lo que cubre un seguro privado, lo que cuesta e incluso la posibilidad de que le acepten por padecer alguna dolencia. La sanidad pública es nuestra, de los ciudadanos. Y nos la estamos dejando robar.

Ángel Villegas Bravo. Madrid

El síndrome posvacacional

Así llamamos a ese gusanillo que te carcome las entretelas y que te provoca inquietud, aflicción y congoja de ánimo. Acude puntualmente a su cita con los informativos de finales de agosto cual cometa del Cinturón de Kuiper. Después de unos días de descanso y de un merecido dolce far niente, la vuelta a la vida ordinaria se tornará durante unas jornadas cima y también sima. Las arenas de la playa darán paso a los granos de azúcar del primer café. Las vistas del chiringuito, a las ventanas del sistema operativo. Y las puestas de sol a ritmo de chill out, a la penumbra polícroma de la gris monotonía. En nada, la zozobra irá remitiendo y el rumbo se irá enderezando.

F. Javier Santos. Santiago de Compostela

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