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Red de redes
Columna
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Gimnastas de sofá, lo peor de los Juegos Olímpicos

Las competiciones de París 2024 acercan los deportes minoritarios al público general. Es un lujo, aunque algunos pretendan sustituir ciertas disciplinas por más fútbol

La gimnasta Simone Biles, durante un ejercicio de barra de equilibrio en los Juegos de París.
La gimnasta Simone Biles, durante un ejercicio de barra de equilibrio en los Juegos de París.CAROLINE BREHMAN (EFE)
José Nicolás

Natación, surf, atletismo, gimnasia rítmica, tiro con arco, balonmano, bádminton, ciclismo, escalada, esgrima, golf, halterofilia, hípica, rugby, taekwondo, waterpolo, fútbol, skate, piragüismo, remo, breakdance, esgrima, boxeo... son solo algunas de las 45 disciplinas olímpicas de París 2024 que podemos disfrutar hasta el próximo día 11. Es complicado seguir estos deportes fuera de los canales especializados y las citas olímpicas y por esa razón hay que celebrar que, por unas semanas, se publiciten estos deportes minoritarios en la televisión pública.

La inclusión de un deporte o disciplina en los Juegos depende de muchos factores recogidos en la Carta Olímpica, pero principalmente deben contar con una federación internacional reconocida por el Comité Olímpico Internacional y ser ampliamente practicados. Sin embargo, algunos, desde su sofá, consideran que debería haber cambios en la lista de competiciones porque lo que se disputa no es de su gusto o, quizá, porque creen que hay “mejores” deportes. Es el caso de @Castillo__Rm que, tras ver que se viralizaba un vídeo del ejercicio de pelota de la gimnasta rusa Yana Kudryavtseva en los europeos de Viena de 2013, tuiteó: “A mí me tendréis que explicar cómo esta puta mierda es un ‘deporte’ olímpico y el fútbol sala, por ejemplo, no. Es que es surrealista”. Como era esperable, la publicación obtuvo infinidad de respuestas para contradecir al autor —que es posible que tuiteara tal burrada para conseguir más interacciones, pues tiene cuenta verificada y así obtiene más ingresos, aunque ese es otro asunto—.

Se pronunciaron perfiles de personas de la talla de Almudena Cid: “Yo lo explico: eso que ves es hacer fácil lo difícil. Quizás por eso tienes dificultad en apreciar el trabajo que hay detrás. Ah, sin olvidar la capacidad que tienes que tener para enseñar tu trabajo de cuatro años en 90 segundos”, escribió la gimnasta, quien participó en cuatro ediciones de los Juegos en esa misma disciplina. “Puede no gustarte, pero no insultes”, concluía. También alzó la voz Paloma del Río, la periodista que más veces ha narrado los Juegos y a quien muchos echan de menos en las retransmisiones de RTVE: “Un poquito de respeto por los demás sería agradecido. Usted querrá que respeten al fútbol sala que tanto ama y a sus jugadores, ¿no? Pues lo mismo. Y si quiere fútbol sala en JJOO, hable con el COI pero no insulte”, escribió.

Volviendo a las palabras del hater de la rítmica: lo surrealista, en fin, es describir como “puta mierda” una disciplina durísima como la gimnasia rítmica y pretender ocultarla para dar espacio a una modalidad de fútbol, un deporte presente en todos los espacios informativos y cuyas retransmisiones se emiten en abierto semana tras semana. Para colmo, soltó esas palabras sin dar la cara, desde un perfil de fan futbolístico, probablemente desde el sofá de casa. En esta línea tuiteó la periodista @emmavallespinos: “Las porterías te parecen demasiado altas, la gimnasia rítmica, una chorrada; la natación sincronizada, un chapoteo... A ver si tu problema va a ser otro, José Luis, que tú lo más cerca que has estado de ser atleta ha sido ir a comprar chanclas al Decathlon un domingo por la tarde”.

Por suerte, no solo hay gimnastas de sofá en la granja de Elon Musk. También se celebran las exhibiciones de los atletas y los éxitos de nuestros deportistas. Para eso están los Juegos: para resaltar las cualidades del deporte, promover el respeto a los adversarios, mostrar disciplinas minoritarias y para dar ejemplo, como el de Álvaro Martín, quie ntras ganar su bronce este jueves declaró que obtener esa medalla era “un sueño y algo esperanzador para otros”, que verán que es “un tío normal de carne y hueso”: “El mensaje que quiero mandar es que no me creo un superhéroe ni nada y aun así he conseguido mi medalla olímpica y mis carreras universitarias intentando ser la mejor persona posible”, dijo entre lágrimas ante el micrófono de TVE.

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Sobre la firma

José Nicolás
Es editor en la sección de Opinión, donde es uno de los encargados de sus contenidos digitales. Escribe la columna 'Red de redes'. Es graduado en Periodismo por la Complutense y máster en Periodismo de Datos y Nuevas Narrativas en la Universitat Oberta de Catalunya. Antes de su llegada a EL PAÍS trabajó en Onda Regional de Murcia y Cadena SER.
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