La gran expansión de los ‘data centers’
En los dos últimos años, nuestro país se ha convertido en una de las principales regiones de datos privadas de Europa
La nube se expande, impulsada por la promesa de un futuro automatizado y por la guerra de cinco empresas por dominarlo. La inversión es real. En un año, Nvidia ha crecido hasta valer más que Amazon y Tesla juntas, vendiendo sólo tarjetas gráficas para entrenar modelos de IA. “La inteligencia artificial generativa es la transición de plataforma más significativa en la historia de la informática y transformará todas las industrias”, asegura su presidente ejecutivo, Jensen Huang. Podría ser. Pero, para cumplir hasta sus más moderadas promesas, los gigantes tecnológicos necesitan aumentar significativamente la velocidad y estabilidad de transmisión. Por eso buscan reducir la distancia entre sus centros de procesamiento de datos y los usuarios, invirtiendo en áreas estratégicas como España.
En los dos últimos años, nuestro país se ha convertido en una de las principales regiones de datos privadas de Europa. Además de las expansiones de Google, Meta, IBM y Oracle, Microsoft anunció una inversión de 1.950 millones de euros para “ayudar a España” con tres datacenters en Madrid y un campus de Centros de Datos en Aragón. Amazon acaba de anunciar una inversión de 15.700 millones para construir la mayor red de centros de datos del sur de Europa en Aragón. El presidente autonómico, Jorge Azcón, ha comparado la inversión de AWS con el PERTE de los microchips, dotado con 12.000 millones de euros. También ha dicho: “Quiero que Aragón se convierta en la Virginia europea”.
El condado de Loudoun, la región de Virginia conocida como Data Center Alley, concentra más del 35% del total de la nube y canaliza el 70% del tráfico de internet. La receta es sencilla. Basta con facilitar permisos y perdonar impuestos, flexibilizar las leyes y garantizar un acceso privilegiado al agua, el suelo, la electricidad, los subsidios y la banda ancha. Al Gobierno le sale a cuenta. Incluso recortando impuestos, recauda 600 millones de dólares anuales de la nube. Los vecinos de Virginia, sin embargo, denuncian que la industria que entre todos subvencionan está destruyendo el paisaje, el medio ambiente, la economía, los recursos hídricos y energéticos y la capacidad para cumplir con los objetivos de reducción de carbono de la región.
En los últimos años, la demanda energética local se ha duplicado. PJM, la gestora local, estima que, cuando terminen los proyectos aprobados, en 2040 necesitarán la capacidad energética de Francia. Las renovables generan sólo el 7% de la red eléctrica de Virginia. La demanda ha reactivado el uso de combustibles fósiles y la construcción de nuevas plantas generadoras de metano. El aumento de la demanda duplicará la factura de las familias de la región. Entre 2019 y 2023, la empresa pública de agua de Loudoun ha registrado también un aumento de más del 250% en el uso de agua potable por los centros de datos. Cada uno consume entre 11,4 y 18,9 millones de litros diarios. Virginia recurre a las aguas residuales tratadas para el suministro de la población.
Como aspirante a Virginia europea, el Ejecutivo aragonés ha aprobado la declaración de interés autonómico del proyecto, lo que permitirá agilizar los permisos y hasta acometer expropiaciones si Amazon lo necesita. La prolongada sequía que devoró la mitad de la producción agraria de 2023 no les preocupa. Suzana Curic, directora general de AWS Iberia, ha anunciado que Amazon “devolverá a la red el agua que consuma” con Water Plus, un proyecto de sostenibilidad hídrica para 2030.
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