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Columna
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Cámara, acción

Tenemos que aprender a resucitar, acosados por la extrema derecha en Europa y sin que el mundo respete las decisiones de la Corte Internacional de Justicia

International Court of Justice
El Tribunal Internacional de La Haya, durante un fallo sobre el conflicto en Ucrania en febrero.SEM VAN DER WAL (EFE)

El caso es que ya estamos de regreso, hemos enterrado a Jesús, ha resucitado y podemos volver a escena. Hay vacaciones que sirven para descansar. El despertador, las líneas de metro y los rebaños laborales se meten día a día en nuestro estado de ánimo. Conviene abrir las puertas de corral y dejarlos que corran por el campo. Otras veces, las vacaciones sirven para todo lo contrario. Necesitamos cultivar la tranquilidad, tomar fuerzas, pensar en el tiempo que se avecina. Esta Semana Santa ha servido para las dos cosas. Tan difícil será el tiempo que se avecina como la crispada atmósfera política ya sufrida. Las discusiones han sido y serán telas de araña. Sin embargo, nuestro país es mucho más que una ruina. La prueba más clara de que no va mal es que soportamos una oposición, cada vez menos democrática, que tiende a copiar las añagazas de la competencia desleal entre grandes empresas.

Se convocaron elecciones en Cataluña, se prorrogaron los Presupuestos, nos señalaron el lugar, nos pusieron el micrófono y, cuando la claqueta iba a gritar se rueda, llegó la Semana Santa. El viento empezó a traer y llevar el compás de las bandas cofrades. Unos prefieren al Jesús del madero, otros al que anduvo en la mar, pero la música se pone desagradable cada vez que los tambores pretenden confundir las polémicas con una tecnología de efectos especiales.

Competencia desleal o efectos especiales nos están esperando ahora que empieza una semana nada santa. Tenemos que aprender a resucitar, acosados por la extrema derecha en Europa y sin que el mundo respete las decisiones del Tribunal Internacional de Justicia. Cámara, se rueda, volvamos a la gresca hasta quedarnos en los huesos. Que el descanso de las vacaciones sirva para volver al trabajo con paciencia. En esta película de largo recorrido el discurso sobre nuestras identidades sólo ayuda a los que intentan evitar un debate sobre la realidad.

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