La convocatoria anticipada en Cataluña sorprende a los partidos con la máquina electoral a medio gas
ERC y PSC llegan a la cita del 12 de mayo con los candidatos decididos y Junts apunta a Puigdemont
El president Pere Aragonès ha fijado las elecciones para el 12 de mayo y la convocatoria ha sorprendido a los partidos con la maquinaria electoral a medio gas. Esquerra es en realidad la única formación que ya ha proclamado a Aragonès después de que optara por aplazar la pugna con Oriol Junqueras. Salvador Illa, primer secretario del PSC, afirma que está preparado para la cita y Junts per Catalunya mantiene su incógnita, aunque buena parte de su dirección está inhabilitada. Esta es la fotografía en que se encuentran los principales partidos en Cataluña con vistas a la próxima campaña, justo a las puertas de que el jueves se apruebe la amnistía en el Congreso.
1. Partit dels Socialistes: Ganador de las elecciones de 2021, pero también de las municipales y generales de 2023, el PSC se postula para revalidar la victoria. El último barómetro de opinión política del Centre d’Estudis d’Opinió (CEO, el CIS catalán), publicado en noviembre, daba la victoria a los socialistas, con un resultado estimado de entre 39 y 45 diputados. La experiencia dice que ganar no significa poder gobernar y encuestas como la del CEO lo alejan mucho de la mayoría absoluta fijada en 68 escaños. “Estoy preparado y el PSC también. Cataluña no necesita un candidato; necesita un presidente. Los catalanes deberán decidir si quieren pasar página o volver al pasado”, ha afirmado Illa, que está a las puertas de un plácido congreso sin oposición el fin de semana, cuando será proclamado primer secretario. No le llega la cita a Illa en el mejor momento por las sombras que el caso Koldo proyecta sobre el Ministerio de Sanidad, que dirigió durante la pandemia de covid. Illa siempre se ha mostrado dispuesto a comparecer en el Congreso.
2. Esquerra Republicana: La aplicación de la amnistía había generado en ERC un intenso debate sobre la posibilidad de que Oriol Junqueras fuera candidato. El dilema se despejó el 20 de enero, cuando el consejo nacional avaló que Aragonès repitiera como cabeza de lista. El president ya ha anticipado en su discurso de convocatoria electoral varios de los argumentos que podrá usar en la campaña, poniendo el acento en los más de 2.000 millones de euros que se dejarán de invertir. El parón le evitará además asumir la culpabilidad de la gestión de la sequía al alegar que 1.000 millones de euros se han dejado de invertir para frenar esa plaga. El último CEO le dio a ERC el segundo lugar, con entre 29 y 34 escaños. Superada su pugna con Junqueras, la convocatoria le permite en teoría esquivar una eventual confrontación directa con el expresident Carles Puigdemont. Queda la duda de si ahora ERC cumplirá su amenaza de que si no se aprobaban los presupuestos en Cataluña, tampoco los habría en el Congreso.
3. Junts per Catalunya: “La persona que todos tenemos en la cabeza, el día del debate de investidura puede estar en Cataluña”, ha manifestado el secretario general de Junts, Jordi Turull, apuntando a Carles Puigdemont. Junts no ha despejado aún el gran interrogante sobre quién podrá ser su cabeza de lista porque tiene, entre otras cosas, a su plana mayor inhabilitada por las condenas del procés. Turull no puede todavía aspirar a un cargo público porque arrastra la inhabilitación. Puigdemont tampoco llegaría a tiempo de poder regresar a Cataluña porque la amnistía necesita un tiempo para entrar en vigor. Eso no quita, sin embargo, que pueda ser cabeza de lista desde Bélgica, como ya ha pasado en otras ocasiones. Nadie descarta además que vuelva a ser candidato a las europeas. Las dudas se multiplican y en este escenario emerge la figura del exconsejero Josep Rull, que fue indultado por el Gobierno y sobre quien no pesa pena de inhabilitación. La encuesta del CEO situaba a Junts en noviembre en la tercera posición con entre 19 y 24 diputados, perdiendo unos 10 escaños con respecto a los resultados de las elecciones de 2021.
4. En Comú Podem. Los comunes han sido los protagonistas inesperados de este fin de legislatura al defender de forma irrevocable la retirada del megacasino del Hard Rock como condición para apoyar los presupuestos. Tras haber apoyado tres cuentas de los últimos cuatro ejercicios, la postura de la coalición de izquierdas ha sorprendido al PSC que la ha tachado de electoralista. “No nos manda ni Madrid ni La Caixa. No todo el mundo puede decir lo mismo. Somos una fuerza soberana”, ha afirmado Jéssica Albiach, líder de los comunes. Su decisión cuestiona el ascendente que en teoría tiene Yolanda Díaz sobre los comunes. Albiach quiere repetir como candidata. El CEO pronosticaba un avance de este partido con respecto a las elecciones de 2021, y le otorgaba un empate con el PP, con entre 10 y 14 diputados. Los comunes, con manos libres —no gobiernan Barcelona—, no esperaban en realidad el adelanto electoral. El interrogante es si volverán a cerrar una coalición con Podem y si finalmente Ada Colau, que ha renunciado a ir a Europa, tiene algún papel en estos comicios.
5. La bancada de la derecha: PP y Ciudadanos. La convocatoria electoral ha pillado a contrapié al PP, que ha ido aplazando sine die la situación del partido en Cataluña, ahora enquistada al no haberse convocado el congreso regional. La encuesta del CEO de noviembre pronosticaba una importante recuperación del PP catalán, que pasaría de los tres diputados que tiene ahora a entre 12 y 17. Con estas estimaciones, el presidente del PP, Alejandro Fernández, ha mantenido un tenso pulso con Génova tras sus devaneos con Junts y pide a su partido en Cataluña superar las “tutelas” y tantos “bandazos ideológicos”. Según los estatutos, el presidente del partido es el candidato y en su aplicación Fernández debería repetir. Hace tiempo que no quiere hablar de su situación y tampoco ayer. “Podemos el 12 de mayo poner fin al procés y al sanchismo. Todo a la vez”, ha afirmado Fernández, que no ha aceptado preguntas. En caída libre desde hace años, Carlos Carrizosa, líder de Ciudadanos, ha recordado que en el debate ha pedido elecciones y ha vaticinado que su partido se preparará para dar batalla. Las últimas encuestas del CEO no les otorgan representación.
Los agentes sociales lamentan la oportunidad perdida de los presupuestos
También desde el ámbito empresarial y de los agentes sociales ha habido reacciones, en este caso lamentando una convocatoria de elecciones que ha echado a perder unos presupuestos expansivos. Antes de presentar su proyecto de presupuestos, el Govern llegó a un acuerdo con UGT y CC OO y con las patronales catalanas Foment del Treball y Pimec sobre las medidas que deberían ir en las cuentas catalanas. Por ejemplo, aumentar el indicador que sirve para cuantificar las prestaciones sociales y para definir el tope de ingresos que da acceso a estas ayudas. “Ahora intentaremos que todos aquellos aspectos que teníamos acordados se puedan hacer por la vía de las modificaciones de crédito sobre los presupuestos prorrogados, pero no sé si se podrá al disolverse el Parlament”, dice Camil Ros, secretario general de UGT en Cataluña. Su homólogo en CC OO, Javier Pacheco, ha criticado el bloqueo en la negociación: “La izquierda no está haciendo caso de los riesgos que tenemos a la hora de pensar cómo las políticas reaccionarias y de ultraderecha están tocando a la puerta de nuestras instituciones. Emplazaremos a la izquierda a tomar el rumbo de una vez y que no estemos en la situación de parálisis que tenemos en los últimos años”. Desde el ámbito empresarial, Antoni Cañete, presidente de la patronal Pimec, ha apuntado en la red social X (antes Twitter) que esta oportunidad perdida de aprobar los presupuestos “lleva a perder 2.443 millones de euros en inversiones”. “Perdemos así la oportunidad de avanzar en proyectos estratégicos y de dar respuesta a los retos económicos y sociales”.
6. Los anticapitalistas de La CUP. Con nueve diputados en esta legislatura, la CUP está sumida ahora en un proceso interno, denominado Garbí, para hacer una autocrítica sobre su papel en el procés y sobre hacia dónde debe dirigirse la formación, que quedó sin representación en Barcelona en las elecciones municipales y fuera también del Congreso. Tras firmar un acuerdo de investidura, la CUP retiró su apoyo al Govern de Aragonès pocos meses después. Su entonces cabeza de lista, Dolors Sabater, renunció hace meses al acta para regresar a la política municipal. El diputado Xavier Pellicer ha responsabilizado a Aragonès del fracaso de esta legislatura y ha afirmado que han activado todos los mecanismos para las próximas elecciones. La encuesta de la Generalitat pronosticaba para la CUP una horquilla de entre cuatro y ocho diputados.
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